ADEMÁS DE QUE POSEER una mascota implica mucha responsabilidad, estos seres que nos alegran la vida merecen el mejor trato y, por supuesto, muchos cuidados en la alimentación.
Aunque no lo creas, todo lo que comen define su estilo y calidad de vida. Darle sobras de comida a tus mascotas podría llegar a ser perjudicial para ellos, pues no absorben los nutrientes de la misma manera ni tienen las mismas necesidades de un humano.
La base de la dieta de un animal de casa debe ser equilibrada y estar planeada por un experto, en este caso, un veterinario.
Hay alimentos como la cebolla y el ajo que podrían causar irritaciones en su tracto digestivo, así como alteraciones en la sangre u obstrucciones en el sistema digestivo. El chocolate, por otro lado, resulta tóxico para los perros y no se recomienda en ninguna medida.
Melanie Díaz, veterinaria egresada de la UNAM, afirma que este tipo de alteraciones al principio no logran verse; sin embargo, conforme avanza el tiempo, las mascotas desarrollan padecimientos que pueden causar incluso la hospitalización y la muerte.
¿QUÉ PASA CON LAS DIETAS CASERAS?
Actualmente existe una forma de alimentar a las mascotas con productos naturales y lejos de las croquetas de mala calidad. La tendencia hacia las dietas caseras se enfoca en nutrirlos con frutas, verduras y carnes, excluyendo condimentos, aditivos y grasas innecesarias.
“Si bien existen las llamadas “dietas caseras”, que se preparan con alimentos que normalmente un humano comería, hay que ir con un especialista en nutrición veterinaria para que se calcule la dieta y los ingredientes que se necesitan según raza, edad, estado fisiológico, etcétera”, apunta Melanie Díaz.
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En el caso de los perros, los cachorros, al ser más pequeños, podrían desarrollar deficiencias nutricionales; a medida que van creciendo, los más grandes pueden sufrir exceso de calcio o incluso problemas cardiovasculares.
También hay que contemplar la cocción de los alimentos; hay muchas dietas que incluyen productos crudos; sin embargo, es importante tomar en cuenta que no siempre es benéfico para los animales ya que, en caso de las carnes, por ejemplo, el porcentaje de grasa podría causar problemas cardiovasculares y sobrepeso.
SÍ, LAS MASCOTAS PUEDEN TENER PROBLEMAS NUTRICIONALES
La obesidad es una de las enfermedades más comunes dentro de los animales. Hay muchos factores que la desatan como la genética o el estado reproductivo en el que se encuentren; sin embargo, una de las principales es la alimentación.
Los perros obesos o con sobrepeso suelen almacenar muchas más calorías de las que queman, por eso es sumamente importante mantenerlos bien alimentados y sacarlos a pasear para que ejerciten sus músculos.
Por eso, se recomienda darle una ingesta de productos de consumo especialmente para ellos y dejar para ocasiones especiales las dietas caseras.
¿CÓMO SABER SI MI PERRITO ES OBESO?
El diagnóstico de la enfermedad lo tiene que realizar siempre un experto, este debe evaluar si la obesidad es causada por alguna situación externa o si es por malos hábitos alimenticios.
Afortunadamente existen tratamientos que ayudan a regular el padecimiento, el cual tiene que ser monitoreado por el experto y llevarse al pie de la letra para obtener grandes resultados. Hay procesos que pueden tardar hasta un año, por lo que es importante ser muy paciente y brindarle una alimentación adecuada a su padecimiento.
Lo más recomendable es darle a tu mascota lo que su cuerpo necesita y no tratar de ajustarlo a nuestros hábitos, sino brindarle la atención necesaria a su alimentación.
¿ENTONCES QUÉ HACER CON LAS “SOBRAS”?
Unos 1,300 millones de toneladas de comida producida para el consumo humano, o un tercio del total, se convierte en desechos. No obstante, una de cada nueve personas en el mundo sufre de hambre.
El 45 por ciento de las frutas y vegetales que se cosechan en todo el mundo se desperdician, la cantidad equivale a aproximadamente 3,700 millones de manzanas. También se desperdicia el 30 por ciento de los cereales, o 763,000 millones de cajas de pasta, y de los 263 millones de toneladas de carne que se producen mundialmente cada año, se pierde el 20 por ciento, el equivalente a 75 millones de vacas.
Por ello, organizaciones como la ONU y la FAO han lanzado el mensaje de que todos los seres humanos tienen un papel que desempeñar en la reducción de la pérdida y el desperdicio de alimentos, no solo por la comida, sino por los recursos que hacen falta para producirlos.
Existen sencillas acciones que ayudan a no desperdiciar la comida en casa, a saber: planificar la cantidad de alimentos que se usará en el menú semanal; revisar qué alimentos están almacenados; hacer una lista de la compra con los productos necesarios; verificar y diferenciar entre la fecha de caducidad y la de consumo y congelar los alimentos preparados.
Asimismo, es muy útil cocinar raciones adecuadas; colocar los alimentos más viejos delante de los nuevos; aprovechar los alimentos para otra comida; donar a bancos de alimentos o a personas que lo necesiten, y guardar los alimentos no refrigerados en un lugar fresco, seco y oscuro.