En los últimos días, 22 estados de Estados Unidos están padeciendo un nuevo repunte de contagios de coronavirus.
De acuerdo con información de la Universidad Johns Hopkins, en la medida que continúan las protestas y las salidas a sociabilizar, están registrándose tasas más altas de nuevos contagios.
Los contagios por coronavirus en Estados Unidos se han elevado a más de 2 millones 28,000, y más de 113,000 personas han fallecido a causa de la pandemia en poco más de cuatro meses.
Sin embargo, en las últimas semanas se ha visto un considerable aumento de casos principalmente en California, Utah, Nueva York, Alaska, Arkansas, Arizona, Kentucky, Mississippi, Montana, Carolina del Norte, Oregon, Carolina del Sur y Texas.
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En Utah, la representante Suzanne Harrison calificó el aumento reciente de casos como “muy preocupante”.
Por su parte, funcionarios de salud dijeron que estaban “muy preocupados” por el aumento de nuevos casos durante la semana pasada, y es que Utah ha registrado más de 12,000 contagios, de acuerdo con la Johns Hopkins.
En tanto, el doctor Anthony Fauci, director del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas, advirtió: “El coronavirus no se ha acabado todavía”.
Durante una entrevista con The New York Post, Fauci señaló que el COVID-19 es mucho más complejo que el VIH debido a los diversos niveles de gravedad en las infecciones, desde portadores asintomáticos hasta pacientes que desarrollan afecciones fatales.
“Todavía hay un mundo de incertidumbre en torno al virus y cómo se propaga e impacta al cuerpo”, puntualizó.
Este martes, el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) reportó los primeros casos de COVID-19 en mascotas de Estados Unidos.
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Se localizaron contagios en dos gatos en Nueva York, ambos animales eran propiedad de personas con sospecha o confirmación de COVID-19, y ambos gatos se recuperaron completamente.
“Aunque el COVID-19 puede propagarse de personas a animales, no hay evidencia de que los animales tengan rol significativo en la propagación”, explicó el CDC.
EL SARS-COV-2 ESTÁ MUTANDO LENTAMENTE
Los científicos de la Universidad Johns Hopkins que estudian el virus que causa el COVID-19 han dado a conocer que el patógeno tiene pocas variaciones, una observación prometedora que aumenta las posibilidades de desarrollar una vacuna efectiva, de acuerdo con el más reciente estudio publicado, este 10 de junio.
El documento explica que los virus evolucionan con el tiempo y experimentan cambios genéticos o mutaciones en su búsqueda para sobrevivir. Algunos virus producen muchas variaciones, otros solo unos pocos.
“Afortunadamente, el SARS-CoV-2, el nuevo coronavirus que causa el COVID-19, se encuentra entre los últimos”.
El virus ha tenido muy pocos cambios genéticos desde que surgió a fines de 2019, señala Peter Thielen, biólogo molecular del Laboratorio de Física Aplicada de la Johns Hopkins y candidato a doctor en Ingeniería por JHU, quien, con colegas de otras áreas de la comunidad de investigación de Hopkins, ha estado secuenciando el genoma viral para comprender mejor su composición.
“Diseñar vacunas y terapias para una sola cepa es mucho más sencillo que un virus que está cambiando rápidamente”.
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En tanto, Winston Timp, profesor asistente de ingeniería biomédica en la Escuela de Ingeniería de Whiting, indica que no será posible que se vuelva a la normalidad hasta que tengamos una vacuna.
Y agrega que también se podría impulsar los esfuerzos para desarrollar posibles tratamientos para la enfermedad.
“El primer paso es comprender las respuestas inmunitarias necesarias para eliminar el virus o protegerse contra él”, dice Heba Mostafa, profesor asistente de patología en la Facultad de Medicina que proporciona material viral a los investigadores de APL, así como la secuenciación de muestras virales.
Y explicó que, con un virus estable, la reinfección será menos probable o podría ser menos agresiva.
“Todo esto es útil, especialmente en el diseño de una vacuna”.