Los rusos empezaron a votar este jueves en el referéndum destinado a sancionar la reforma constitucional que permitirá al presidente, Vladimir Putin, permanecer en el poder hasta 2036.
La votación durará hasta la fecha oficial de la “consulta popular” establecida el 1 de julio.
Las autoridades decidieron abrir los centros electorales a partir del 25 de junio para evitar aglomeraciones en los colegios electorales en momentos en que la pandemia de covid-19 se extiende en el país.
Las autoridades han puesto a disposición de los 110 millones de electores repartidos en 11 husos horarios mascarillas y gel desinfectante.
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En la antigua capital, San Petersburgo, Serguei Papov, 45 años, ha votado contra la reforma. “Es lo único que puedo hacer para tener la conciencia tranquila”, dice a la AFP.
Tatiana Khrolenko, 79 años, ha votado, en cambio, a favor de estas “reformas necesarias” y apoya la posibilidad de que Putin se “presente a un nuevo mandato”.
En Moscú, uno de los primeros responsables en votar fue el antiguo primer ministro Dmitri Medvedev, que fue filmado entrando a una cabina del centro electoral sin mascarilla ni guantes.
El referéndum estaba inicialmente previsto el 22 de abril pero fue pospuesto a causa de la covid-19. Esta primera reforma de la Constitución de 1993 fue promovida por Putin en enero, y adoptada rápidamente por el Parlamento.
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“Presidencia vitalicia” para Putin
Para el principal opositor del Kremlin, Alexey Navalny, el único objetivo de la votación es poner el “contador de los mandatos de Putin a cero y darle el derecho a una presidencia vitalicia”.
“Es una violación de la Constitución, un golpe de Estado”, declaró en junio en las redes sociales.
La reforma autoriza al presidente en ejercicio a permanecer en el Kremlin dos mandatos más hasta 2036, el año de sus 84 años. Normalmente, Putin hubiera tenido que abandonar la presidencia en 2024.
Prácticamente no ha habido campaña contra la reforma de la Constitución debido a la epidemia y a la ausencia de voces discordantes en la prensa.
Las manifestaciones previstas en abril no pudieron celebrarse por el coronavirus. El portal “Niet” que recababa firmas de rusos opuestos a la reforma fue bloqueado por la justicia, que le obligó a utilizar otro nombre.
Sin embargo para algunos políticos, como el alcalde Moscú, Serguei Sobianin, la reforma es necesaria para “garantizar la estabilidad y eliminar la incertidumbre”.
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Putin declaró el domingo en televisión que todavía no ha decidido si seguirá en el Kremlin después de 2024, pero le parece importante tener esa opción.
“De lo contrario, sé que en dos años, en vez de trabajar normalmente en todos los estamentos del Estado, las miradas estarán puestas en la búsqueda de eventuales sucesores. Hay que trabajar en vez de buscar sucesores”, sostuvo.
Aunque la mayoría da por hecho la aprobación de la reforma – la Constitución reformada ya está en venta en las librerías – el referéndum se celebra en medio de la caída de la popularidad de Putin debido a la reforma de las pensiones y a la crisis del coronavirus.
De mayo de 2018 a mayo de 2020, su nivel de aprobación cayó del 79% al 59%, según el instituto independiente Levada.
La reforma también otorga al presidente prerrogativas como la designación y cese de jueces, la indexación de las pensiones, la “fe en Dios” y el matrimonio como institución heterosexual.
Estos principios están en el centro del sistema de valores patrióticos conservadores del jefe del Estado ruso.