En Puebla perdieron su empleo alrededor de 12 mil 026 personas en el primer mes de la pandemia del COVID-19 y, están en riesgo cerca de 17 mil 900 empleos generados por microempresas y 4 mil 274 pertenecientes a pequeñas empresas, de acuerdo a datos de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social.
También podemos observar el cierre de pequeños negocios como restaurantes, hoteles, tiendas, pequeños talleres, entre otros, que están afectado de manera importante el desarrollo de las cadenas de valor de la entidad poblana, señaló Marcos Gutiérrez Barrón.
Afirmó que “no sólo es el cierre de negocios o la caída de empleos, sino que el gran riesgo que se tiene es la destrucción de las cadenas de producción. Es decir, si se cierra un negocio, se detendrá el trabajo de diferentes proveedores y de los proveedores de éstos, que dan soporte a las cadenas de valor y productividad, situación que ya la vivió México con la crisis de 1994, cuando se destruyeron gran parte de las cadenas productivas del país y volverlas a reiniciar, fue un problema serio”.
El investigador de la Facultad de Economía de la UPAEP, manifestó que, en estos momentos de crisis, “los gobiernos deben inyectar liquidez al sistema y liquidez al mercado a través de una reducción de impuestos, posponer impuestos de todo tipo, como son los gravámenes a las empresas para que éstas puedan tener oxígeno y cuenten con los recursos que necesitan para seguir operando o para mantenerse mientras se encuentran paradas”.
Reiteró que en el caso de Puebla, la recesión económica que se registre en el estado dependerá del tiempo que dure la pandemia, pero por el grado de relación que tiene la entidad poblana con la industria automotriz y manufacturera, así como con los sectores de exportación con los Estados Unidos, la estimación podría estar por encima de la media nacional.
Por lo tanto, en el estado de Puebla podemos hablar que el gobierno ha puesto en funcionamiento un “programa económico, que busca reactivar la economía, es un buen primer paso, pero, se debe tener en cuenta que, si se prolonga más la pandemia, se debe contar con un segundo y tercer paso para hacer frente a la contingencia y los escenarios que se presenten”.
Apuntó que este tipo de políticas expansionistas se han aplicado en diferentes países como Estados Unidos, España, Alemania, Francia e Italia, entre otros. En el caso de México, cualquier pronóstico de crecimiento puede ser válido, por la situación económica que viene arrastrando desde el 2019.
Acotó que la Secretaría de Hacienda ha señalado que la economía del país va a caer en un 4.9 por ciento, otros pronostican que puede llegar hasta el 10 por ciento. Por lo tanto, dijo que México no puede darse el lujo de no hacer nada, es necesario que se apliquen políticas de reactivación económica, y que en estos momentos se están aplicando de manera modesta a nivel federal.
Señaló que, en el caso de México, existen cerca de 5 millones de empresas de las cuales dependen alrededor de 20 millones de trabajadores; y de estos 5 millones de empresas, el 85.9 por ciento son empleos permanentes y el resto, son eventuales.
Gutiérrez Barón dijo que otro dato importante es que el 96 por ciento de estos 20 millones de empleos reportan con empresas pequeñas y medianas, es decir, pertenecen al sector de las PYMES, de las cuales dependen alrededor de 18 millones de trabajadores formales, y es importante señalar que está siendo uno de los sectores más vulnerables ante la crisis económica que se está viviendo por la pandemia del coronavirus.
Agregó que este sector de empresas –las PYMES- son las que más empleos generan en el país y es el sector al que más se debe cuidar y apoyar.
Advirtió que, de acuerdo a datos de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social, en un mes México perdió alrededor de 346 mil 838 fuentes de trabajo; por lo que es importante tener en perspectiva qué escenario se puede presentar en los siguientes meses y como se va a atender esta problemática del empleo.
Además, las remesas que enviaban los trabajadores del extranjero, principalmente de los Estados Unidos a sus familias se están contrayendo por la situación por la que está pasando la Unión Americana a consecuencia del COVID-19. “Las remesas están disminuyendo por el impacto que se está registrando en la economía de los Estados Unidos. De estas remesas que provienen del extranjero, dependen aproximadamente 6.4 millones de familias mexicanas”, apuntó el académico.
Expresó, “el consumo privado en el caso de México ha sido uno de los factores que ha generado y sostenido el crecimiento económico del país. La inversión en estos momentos está decaída, el gasto del gobierno es pequeño y el sector externo también es mínimo, elementos que junto con la disminución de las remesas van a impactar en la economía de nuestro país”.
Asimismo, dijo que se pueden observar tres datos a nivel mundial que nos hablan de la gravedad que está ocasionado la pandemia del coronavirus COVID-19 y la crisis económica que se está presentando. El primer dato lo proporciona la Organización Internacional del Trabajo que señala que, en este periodo de la pandemia, se van a perder alrededor de 20 millones de empleos en el mundo.
El segundo punto a observar es la pérdida de ingresos por parte de los trabajadores que estaría rondando para finales del 2020 en los 3.4 billones de dólares, cantidad sumamente importante para la economía.
Como tercer aspecto y como consecuencia de los dos puntos anteriores, está la caída de los bienes de consumo de los servicios que de manera significativa afectará las expectativas de desarrollo y crecimiento económico de las empresas y gobiernos de los países afectados, aclaró Gutiérrez Barrón.
En ese orden de ideas, el Fondo Monetario Internacional pronostica que la economía mundial puede registrar una recesión económica del alrededor del 4 por ciento. “La crisis del 2008 no tuvo este impacto económico”, estos son los tres datos a nivel internacional que están agudizando la economía del mundo.
Con información de Diario Puntual