ARTÍCULO DE OPINIÓN
Newsweek Baja California cede este espacio a familiares de víctimas de feminicidio en la entidad. Aquí escribe Dalilah Loza, la hija de Nery Rodei Pelayo Ramírez. Tenía 14 años cuando asesinaron a su mamá, pero además lo presenció. El texto a continuación fue editado para facilitar su comprensión.
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Quiero dar a conocer el caso de mi mamá, ser su voz y gritar por ella, que la gente la conozca por lo buena que era y no por cómo murió en manos de su ex pareja.
Mi mamá es Nery Rodei Pelayo Ramírez, le arrebataron la vida el 16 de septiembre del 2019 en Tijuana, apuñalada frente a mi hermano y frente a mi, en nuestra propia casa.
Ese día nunca podrá borrarse de mi memoria. Mi mente no ha logrado procesarlo y ha generado demasiados problemas en mi persona, pero con todo el dolor y la impotencia que tengo en mi corazón, escribo esto.
¿Qué pido en estos momentos? Justicia para mi mamá, para todas las que no están con nosotras, que las autoridades hagan su trabajo. Quisiera que todo lo que me han dicho se cumpla y que atrapen a José, el asesino de mi madre.
No quisiera que nadie sufra lo que yo sufrí por su culpa.
Necesito justicia por primera vez.
Mi madre no será una estadística más. Haré todo lo posible y hasta lo imposible para que su caso no quede impune.
No me podrán silenciar tan fácil como lo hicieron con Nery.
Decir que era la mejor madre sería un cliché, pero es la verdad.
No conoceré a nadie tan genial como ella, comprensiva y abierta de mente.
Nosotros sus hijos éramos su prioridad, su vida entera.
Me sentía demasiado feliz a su lado, me sentía segura con ella y quiero que la gente la recuerde por lo maravillosa que fue y que siempre será.
México necesita autoridades que hagan algo.
No están solas, griten hasta que sus gargantas duelan. Hagan lo imposible para que no las callen, para que nadie tenga que escribir carteles con sus fotos buscándolas o pidiendo justicia como hago yo con mi madre.
Sé que hay más personas en mi situación y solamente puedo aconsejarles que alcen la voz.
Quiero que todas esas lágrimas y coraje no sean en vano y que si piensan que podrán con nosotras están mal. Ahora estamos más unidas que nunca y no podrán silenciarnos a todas.
Esto va por Nery y por todas las que no están, nadie debe de sufrir lo que sufrieron todas ellas.
No es la ropa, ni la hora, ni el lugar. Ninguna merece ser violada y asesinada, no hay razón, ni justificación para eso.
Pero parece que algunos lo ven como un juego y asesinan porque saben lo incompetentes que pueden ser las autoridades.
Dan carpetazo a tu caso y se acabó el problema. Su única excusa siempre será que “tenemos demasiados casos en Tijuana y el tuyo no es el único”.
Pero lo gracioso aquí es que no vemos resuelto ni uno solo.
No hemos visto castigos dignos pues al parecer, la vida de una mujer vale menos que una pared rayada. Todo esto lo cuento yo, porque mi mamá ya no puede.