Venezuela obtuvo este jueves una banca dentro del Consejo de Derechos Humanos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en el periodo 2020-2022, a pesar de las críticas hacia el gobierno de Nicolás Maduro.
En una votación de los 193 miembros de la Asamblea General, Caracas obtuvo 105 votos, en un escrutinio marcado por aplausos cuando se anunció el resultado. Brasil ganó el segundo escaño disponible con 153 votos.
Costa Rica, que había tratado de bloquear a Venezuela, consiguió solo 96 adhesiones.
“Hoy venimos a informar y a celebrar una nueva victoria de la diplomacia bolivariana de paz (…)”, dijo el canciller Jorge Arreaza, al sumarse a la celebración, más temprano, del fiscal general, Tarek William Saab, quien lo calificó como un “importante logro” en declaraciones ofrecidas durante la excarcelación de 24 opositores.
La composición de este consejo creado en 2006 refleja criterios geográficos con 13 escaños para África, 13 para Asia Pacífico, ocho para América Latina y el Caribe, siete para Europa Occidental y seis para Europa del Este.
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Venezuela vive una grave crisis económica y política y el gobierno de Nicolás Maduro es rechazado por más de 50 países que reconocen como presidente interino al líder del Parlamento, Juan Guaidó, la entrada del país genera resistencia.
En julio, la Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, denunció que en el último año y medio en Venezuela se produjeron cerca de 7,000 ejecuciones extrajudiciales y que la gran mayoría de esas muertes fueron responsabilidad de las fuerzas de seguridad.
A finales de septiembre el CDH decidió -mediante una resolución- crear “una misión internacional independiente” encargada de investigar las presuntas violaciones de los derechos humanos en Venezuela, una medida rechazada por responsables del país sudamericano.
En este contexto el presidente de Costa Rica, Carlos Alvarado, anunció a principios de octubre que su país concurriría como candidato y explicó que las “graves violaciones” a los derechos humanos relatadas por el informe de Bachelet hacen que Venezuela no sea un nominado “adecuado”.
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Esta candidatura obtuvo inmediatamente el apoyo del secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, que expresó que sería “inadmisible” que Venezuela ocupara el puesto.
La semana pasada el subsecretario de Estado adjunto de Estados Unidos, Roger Carstens, dijo que le parecía “irónico” que Venezuela buscara un asiento en el Consejo y que esto podría lastrar la “credibilidad” del organismo.
El diplomático también expresó su preocupación de que esto pudiera darle a Venezuela una oportunidad de “resguardarse de los esfuerzos de investigación en la ONU”. Estados Unidos se retiró en 2018 del Consejo denunciando el “sesgo continuo” contra Israel y dijo que el organismo era una “cloaca”.
El miércoles Chile calificó como una “burla” la postulación de Venezuela y el canciller chileno, Teodoro Ribera, dijo que su ministerio se ha movilizado para lograr que la comunidad internacional tome consciencia “de lo que está en juego”.
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“No está claro cómo van a votar los países latinoamericanos. Lamentablemente los medios y la comunidad diplomática no lo han discutido mucho”, indicó Sabatini.
Los miembros del Consejo de Derechos Humanos sirven por un período de tres años y no son elegibles para reelección inmediata después de servir dos mandatos consecutivos.
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Con información de AFP