Para la cobertura mediática y difusión de los suicidios, la Organización Mundial de la Salud (OMS) definió un protocolo en el que se señalan las acciones y recomendaciones que se sugieren a los profesionales de los medios de comunicación para la socialización de la información relativa a esta problemática.
El protocolo forma parte del programa SUPRE, iniciativa mundial de la OMS para la prevención del suicidio.
En un primer término, se destaca la necesidad de citar fuentes confiables en el manejo de los datos del suicidio, por ejemplo el banco de datos de la OMS, que contiene datos por edad y género de las víctimas, a partir del año 1950; otras fuentes a las que se puede acudir son el Fondo para la Infancia de las Naciones Unidas (UNICEF), el Instituto Interregional de Investigación del Crimen y la Justicia de las Naciones Unidas (UNICRI), entre otras.
Las acciones que indica el instrumento de acción son:
- Las estadísticas deberán interpretarse cuidadosa y correctamente.
- Deberán usarse fuentes auténticas y confiables.
- Los comentarios espontáneos deberán manejarse con cuidado, en vista de las presiones por tiempo.
- Las generalizaciones basadas en cifras pequeñas requieren particular atención, evitando hacer uso de expresiones como “epidemia de suicidios” y “el lugar con mayor tasa de suicidios en el mundo”, entre otras frases que estigmatizan ciertas regiones en el tema del suicidio.
- Se deberá oponer resistencia a informar el comportamiento suicida como una respuesta entendible a los cambios o la degradación social o cultural.
¿Qué se debe evitar?
Dentro de la cobertura informativa también se deberá prescindir de ciertos elementos como:
- Evitar la cobertura sensacionalista de suicidios, particularmente cuando se involucre a una celebridad, minimizándose lo más posible en este tipo de casos.
- Se deberá hacer el mayor esfuerzo por evitar exageraciones.
- Abstenerse de publicar fotografías de la víctima, del método empleado y de la escena del suicidio.
- Asimismo, se deberán invitar descripciones detalladas del método usado, ya que según investigaciones de expertos, se ha demostrado que el cubrimiento por parte de los medios de comunicación tiene mayor impacto sobre el método del suicidio, que por la frecuencia de los mismos.
- Abstenerse de informar los suicidios desde el punto de vista de un fenómeno simplista y unifactorial, ya que normalmente es resultado de muchos factores como las enfermedades mentales, abuso de sustancias, conflictos familiares y otro tipo de aspectos.
- El suicidio no se deberá recomendar como método para resolver problemas como bancarrota, incapacidad para aprobar un examen o consecuencia de un abuso sexual.
- No se deberá glorificar a las víctimas del suicidio como mártires y objeto de adulación pública, ya que podría interpretarse socialmente como una honra al comportamiento suicida.
- Se deberá informar sobre las consecuencias médicas de los intentos de suicidio (daño cerebral, parálisis, etc…), a fin de que actúen como mecanismos de disuasión.
- Se deberá evitar la publicación de las noticias sobre suicidios en las primeras planas, sino en las páginas interiores.
- Se propone evitar culpas en la comisión de algún suicidio.
El informe destaca que el número de suicidios suele ser subestimado, ya que el alcance de autoprivaciones de la vida varía de país en país, dependiendo de las formas en las que se determine el suicidio.
Las tasas de suicidios se manifiestan normalmente como el número de muertes por suicidio por cada 100 mil habitantes. Sin embargo, si las tasas reportadas se refieren a poblaciones pequeñas –como ciudades, provincias o incuso países pequeños-, el manejo de las cifras debe ser más puntual.
De esta forma, para poblaciones menores de 250 mil personas, generalmente se deberá de indicar un número aproximado de suicidios.
Por último, la OMS recalca la necesidad de agregar información sobre los programas gubernamentales de ayuda y atención psicológica en la información noticiosa sobre los suicidios.
- Se propone incluir en las notas informativas la lista de servicios de salud mental y las líneas telefónicas de ayuda, con sus números telefónicos y direcciones actualizadas.
- Se deberán incluir las señales de advertencia del comportamiento suicida para su fácil identificación de víctimas potenciales.
- Añadir mensajes sobre la asociación entre la depresión y el comportamiento suicida.
- Ofrecer un mensaje de solidaridad a los sobrevivientes en momentos de dolor.
Desde hace más de cinco años, Aguascalientes se ubica entre los primeros tres lugares a nivel nacional en incidencia de suicidios, principalmente en jóvenes de entre 15 y 29 años de edad, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).