*Maquiladores reprueban cierre abrupto de NAMS, que dejó a la deriva a 600 trabajadores
*Abogada y activista en conflicto sindical de Matamoros, ya representa a los juarenses
*Index y 24 empresas gestionan reclutar a los obreros, que ni indemnizaciones recibieron
Cd. Juárez.- María es una obrera que tenía 10 años trabajando para NAMS, sin aviso previo se quedó sin trabajo y sus planes inmediatos quedaron truncados debido a lo que calificó, como “acción cobarde” por parte de sus empleadores.
“No lo podía creer, todo era normal hasta ese martes 5 de marzo, llegamos y ya no nos dejaron entrar… Aquí estamos, esperando a ver qué pasa”, comentaba María, con voz pausada y los hombros caídos, una semana después del cierre de operaciones.
Como ella, otros 599 trabajadores se quedaron pasmados, sin saber qué hacer y cómo enfrentarían los gastos en su hogar. María, por ejemplo, vive con dos hijos menores de edad y otro que es mayor y ya trabaja, pero su salario es insuficiente para cubrir las necesidades de toda la familia.
En voz de los empleados, lo que ocurrió no debió pasar porque ellos fueron fieles a su trabajo, llegaban temprano, realizaban las tareas encomendadas y, en general, cumplían sus encomiendas laborales.
Sin embargo, North American Mailing Services (NAMS) ‘bajó la cortina’ de un día para otro y dejó a la deriva a 600 personas sin pagarles indemnización, por lo cual los trabajadores se plantaron en el exterior de la nave industrial, ubicada en el Parque Industrial Aerojuárez, al sur de la ciudad.
De inmediato, se activó la alerta en el Gobierno del Estado y la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STyPS), así como la Junta Local de Conciliación y Arbitraje, además de la Procuraduría Federal de la Defensa del Trabajo (PROFEDET) para pugnar por los pagos legales de liquidación.
El 23 de marzo pasado incluso, se anunció que el gobierno estatal a través de la STyPS realizó una jornada de reclutamiento y 25 ex empleados de NAMS fueron recontratados, derivado de las gestiones del Servicio Nacional de Empleo Unidad Regional Juárez con el organismo maquilador Index y la participación de 24 empresas como Wernes, Smurfit, Penske, Caseem, Lear, Foxconn, Genpact y Kelly Services, entre otras.
De acuerdo con la STyPS, otros 200 trabajadores fueron vinculados con opciones de empleo y se espera que se concreten, en tanto se recluta al resto.
Un capítulo laboral que recuerda la llegada de las plantas maquiladoras al país, a finales de la década de los 80 y que a pulso, se ganaron la denominación de capitales “golondrinos” precisamente porque un día estaban y al otro, ya no.
Por décadas se trabajó en un marco legal para que la maquiladora, como cualquier empresa, se rigiera por marcos legales y de alguna manera, se logró. Inclusive, las plantas se esmeraron por adquirir un rostro social, que subrayaba su arraigo en las localidades.
Pero el caso de NAMS encendió los focos rojos no sólo por el temor de que retomen esa figura “golondrina” sino por el reciente conflicto entre maquiladoras y obreros, suscitado en Matamoros, Tamaulipas a principios de este año, ante lo cual más de un industrial ha advertido del temor a que con el menor pretexto, se replique en otros estados bajo el auspicio del gobierno federal y de activistas ajenos al sector.
No obstante, los especialistas en Ciudad Juárez consideran que ese movimiento sindical está lejos de trasladarse porque “las relaciones obrero-patronales están muy controladas”.
De Matamoros a Juárez
En cuanto, NAMS cerró sus puertas y 600 desconcertados empleados se agruparon afuera de la planta para presionar a las autoridades por el pago de sus liquidaciones, una figura apareció en el sitio: Susana Prieto Terrazas.
La abogada laborista y quien desempeñó un activo papel en el movimiento 20-32 de Matamoros, volvió a esta ciudad para asesorar a los ex trabajadores. Actualmente es su representante legal.
En su opinión, las condiciones de los obreros juarenses son más desventajosas que las que se enfrentan en la frontera de Tamaulipas.
“En Ciudad Juárez están peor que en Matamoros, pero creo que el Gobierno del Estado ha trabajado, siendo de extracción panista, priista o de cualquier otro partido, siempre a favor abierto y deliberado del sector empresarial”.
Añade que los trabajadores juarenses están más reprimidos porque no los dejan relacionarse entre sí, los despiden por preguntar sus derechos, los amenazan y hostigan.
“Es un ambiente muy hostil por parte de los empresarios y de los sindicatos”, recalca.
Prieto Terrazas afirma que el control que los empresarios ejercen aquí en el gobierno y con los obreros hacen difícil que se organicen para demandar mejores condiciones laborales.
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