El alcohol mata a más adultos en Estados Unidos que la epidemia de los opioides, según el Instituto de Medición y Evaluación de la Salud de la Universidad de Washington. La epidemia de los opioides mata en promedio 72,000 personas cada año, mientras que el alcohol mata a 88,000. En esas 88,000 muertes hay 2.5 millones de años de vida potencial perdida, según el Centro para el Control y Prevención de Enfermedades.
El aumento de muertes relacionadas con el alcohol es algo nuevo. En diez años, la cantidad de muertes aumentó en 35 por ciento, según el informe nuevo compartido por USA Today el viernes. La estadística se basa en hallazgos de 2007 a 2017.
Las más afectadas por la epidemia creciente del alcohol son las mujeres jóvenes. Entre las mujeres, las muertes aumentaron 67 por ciento, mientras que para las hombres, el porcentaje solo aumentó 27 por ciento.
Las mujeres son más susceptibles a riesgos relacionados con el alcohol porque por lo general pesan menos que los hombres, y pueden sentir los efectos del alcohol más rápido, según el Instituto Nacional de Alcohol, Abuso y Alcoholismo. Las complicaciones que más afectan a las mujeres que beben excesivamente son daño hepático, enfermedades cardíacas, cáncer de mama y complicaciones en el embarazo.
Según un sondeo hecho por el instituto en 2015, 9.3 por ciento de las mujeres entrevistadas bebieron alcohol estando embarazadas en el mes previo a participar en el sondeo. 51.1 por ciento de las mujeres bebieron alcohol en general, y 22 por ciento de ellas bebió en exceso durante el mes previo. 61.3 por ciento de los hombres bebió durante el mes previo al sondeo, y 32.1 por ciento bebió en exceso.
5.4 por ciento de las bebedoras recibió ayuda para un trastorno con el alcohol, mientras que 7.4 por ciento de los hombres también la recibió.
Los índices de muertes por alcohol entre adolescentes disminuyeron en 16 por ciento, mientras que las muertes por beber entre los 45 y 64 años aumentaron alrededor de 25 por ciento.
Las muertes asociadas con beber en exceso no son necesariamente instantáneas. Muchas de las causas radican en problemas que se desarrollaron con el tiempo después de beber con exceso, como cirrosis hepática, pancreatitis, cáncer y suicidio.
En términos de ubicaciones, el Distrito de Columbia encabeza la lista con más muertes por alcohol. Lo siguen Georgia y Alabama. Los estados con menos políticas para controlar el alcohol, como Nevada, Wisconsin, Iowa, Dakota del Sur y Wyoming, tienen índices más altos de bebida en exceso que aquellos con restricciones más estrictas.
El psicólogo Benjamin Miller se preguntó por qué, si las muertes por alcohol superan a las muertes por opioides, todavía abrazamos beber alcohol como una cultura. “Culturalmente, hemos vuelto aceptable el beber alcohol, pero no salir e inyectarte heroína”, dijo Miller. “Muchísima gente leerá esto y dirá: ‘¿Cuál es el problema?”
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Publicado en cooperación con Newsweek / Published in cooperation with Newsweek