El secretario de Defensa de Estados Unidos, Jim Mattis, renunció el jueves en momentos en que el presidente Donald Trump recibía duras críticas en su país y en el extranjero por su repentina decisión de retirar a todas las tropas de Siria.
Trump defendió el jueves el retiro de sus 2,000 soldados en Siria por considerar que Estados Unidos ya no quiere ser el “policía de Medio Oriente” e insistió con que el grupo Estado Islámico (EI) ya está derrotado.
Mattis, un general retirado visto como una fuerza moderadora en el impulsivo presidente, hizo pocos esfuerzos por ocultar sus desacuerdos con Trump.
“Usted tiene el derecho de tener un secretario de Defensa cuyos puntos de vista estén mejor alineados con los suyos…creo que lo correcto para mí es renunciar a mi cargo”, dijo Mattis en una carta a Trump.
Mattis elogió a la coalición para derrotar al Estado Islámico y también defendió a la OTAN, la alianza militar entre América del Norte y Europa cuya rentabilidad ha sido cuestionada por Trump.
“Mis puntos de vista sobre cómo tratar a los aliados con respeto y también a tener en cuenta tanto a los actores malignos como a los competidores estratégicos están fuertemente respaldados e informados por más de cuatro décadas de inmersión en estos temas”, escribió Mattis.
La renuncia se produce luego que The Wall Street Journal informara que Trump también considera una reducción sustancial en una operación mucho más grande de Estados Unidos: Afganistán.
Trump, quien se rodeó de ex militares y se dijo que estaba impresionado por el académico y calmado Mattis, de 68 años, fue diplomático cuando anunció su salida. Escribió en Twitter que el secretario de Defensa había logrado “un progreso tremendo”.
Mattis prestará servicios hasta fines de febrero, lo que le dará a Trump una breve ventana para nombrar un sucesor que puede ser confirmado por el Senado.
Policía de Medio Oriente
“¿Quiere Estados Unidos ser el policía de Medio Oriente, para no obtener NADA e invirtiendo vidas valiosas y miles de millones de dólares (…)? ¿Queremos estar ahí para siempre? Es tiempo de que otros peleen finalmente”, tuiteó el mandatario al declarar la victoria sobre el grupo extremista Estado Islámico, el miércoles.
La retirada de Estados Unidos hará que Rusia, que ha desplegado su poder aéreo en apoyo del presidente sirio Bashar al Asad, sea la potencia global prominente en el conflicto.
El presidente ruso, Vladimir Putin, quien ha descrito la caída de la Unión Soviética como un desastre geopolítico histórico, ve a Siria, la aliada de Moscú desde hace mucho tiempo, como un activo clave para preservar la influencia en el Medio Oriente.
Rusia consideró “justa” la decisión de Trump. “Donald tiene razón, estoy de acuerdo con él”, dijo, sobre el retiro de unos 2.000 soldados estadounidenses de Siria.
El régimen chiíta de Irán también ha respaldado enérgicamente a Asad, a diferencia de Turquía.
Amenaza latente
Desde 2014, el EI ha perdido la mayor parte de su autoproclamado “califato” ante las sucesivas ofensivas.
Pero Francia, Reino Unido y Alemania, aliados de Estados Unidos en la lucha contra el EI y objetivos regulares de acciones terroristas atribuidas al grupo, no coinciden con Trump en que ha sido derrotado.
“El EI retrocede pero la amenaza no ha terminado”, dijo el ministro de Exteriores de Alemania, Heiko Maas.
En París y Londres, principales aliados sobre todo en las operaciones aéreas, insistieron en que la campaña militar contra el EI continúa.
La continuidad de la campaña aérea, en la que Estados Unidos y sus aliados han pasado años atacando blancos de EI en todo el país, es foco principal de incertidumbre tras el anuncio de Estados Unidos.
Este jueves, Rebecca Rebarich, portavoz del Pentágono, dijo que el ejército estadounidense continuará sus operaciones aéreas en Siria, al menos en el corto plazo: “Mientras haya tropas en tierra, llevaremos a cabo ataques aéreos en apoyo a nuestras fuerzas”, dijo a la AFP.
“En cuanto a lo que pasará después de la salida de las tropas, no especulamos sobre operaciones futuras”, añadió.
Mike Pompeo, jefe de la diplomacia estadounidense, dijo que “Estados Unidos tienen la intención de continuar su campaña contra el terrorismo y seguir luchando contra el EI, ya sea en Siria o en cualquier otro lugar”.
Por su parte, Turquía e Irán, dos actores clave en Siria, hablaron este jueves del impacto potencial de esta retirada durante una reunión en Ankara de sus presidentes, Recep Tayyip Erdogan y Hasán Rohani.
“La integridad territorial de Siria debe ser respetada por todas las partes”, dijo Rohani, en momentos en que la creciente autonomía de los kurdos sirios preocupa a Turquía.