Cuando se le pidió que comparara al presidente de Estados Unidos Donald Trump y al presidente electo de Brasil Jair Bolsonaro, la secretaria de prensa de la Casa Blanca Sarah Huckabee Sanders dijo a los reporteros este lunes: “En mi opinión, solo existe un Donald Trump”. Pero Bolsonaro se ganó el mote de “el Trump del trópico” por una razón.
Su retórica misógina, así como sus puntos de vista sobre los medios de comunicación convencionales, la inmigración y los derechos de posesión de armas, reflejan los del inquilino de la Casa Blanca. También aprovechó la ira de los brasileños, que están hartos de la corrupción rampante, del estancamiento económico y de la violencia, factores que, a su vez, catapultaron sus aspiraciones políticas en un tiempo muy corto. Ha culpado repetidamente a la izquierda, alguna vez encabezada por los líderes caídos en desgracia Luiz Inacio Lula Da Siva y Dilma Rousseff, de los actuales problemas económicos, y ha obtenido el apoyo de una base evangélica que le ayudó a obtener el poder en Brasilia.
Y su plan de política exterior presenta marcadas similitudes con el de Trump. El Presidente estadounidense tuiteó este lunes que había tenido “una muy buena conversación con el recientemente electo presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, que ganó la contienda por un importante margen”. Añadió que “¡Brasil y Estados Unidos trabajarán estrechamente en temas de comercio, el ejército y todo lo demás! ¡Una excelente llamada, le di mis felicitaciones!”
Had a very good conversation with the newly elected President of Brazil, Jair Bolsonaro, who won his race by a substantial margin. We agreed that Brazil and the United States will work closely together on Trade, Military and everything else! Excellent call, wished him congrats!
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) 29 de octubre de 2018
Tras el entusiasta mensaje de Trump a Bolsonaro, algunas personas indican que está en marcha la construcción de un nuevo eje para dar forma a la política de la región, y posiblemente más allá. Estos son algunos ejemplos de lo que el mundo podría esperar de una nueva etapa en la política de Brasil.
¿Una embajada brasileña en Jerusalén?
A pesar de la controversia, Trump cumplió su promesa de trasladar la embajada de Estados Unidos de Tel Aviv a Jerusalén en mayo pasado, y Bolsonaro prometió hacer lo mismo durante su campaña presidencial. El presidente electo anunció el martes que espera establecer acuerdos “para beneficiar a los pueblos de ambos países” durante una próxima visita a Israel, según la revista brasileña Exame.
Al igual que con la decisión de Trump, el posible traslado de la embajada también podría provocar tensiones entre Brasil y la comunidad palestina. Si Bolsonaro decide cortar relaciones con los territorios palestinos, las empresas empacadoras de carne de Brasil temen sufrir represalias de los países islámicos, que son los principales consumidores de las exportaciones de carne y aves de ese país, informó la semana pasada el diario brasileño Folha de Sao Paulo. De acuerdo con la Federación de Asociaciones Musulmanas de Brasil, 45 por ciento de la carne de ave y 40 por ciento de la carne de res son exportadas como halal, es decir, que se apegan a la ley islámica.
El acuerdo de París
En junio de 2017, Trump anunció que retiraría a Washington del acuerdo climático de París, una acción clave del gobierno de Obama cuya intención era mantener el calentamiento global por debajo de los 2 grados Celsius. Trump convirtió a Estados Unidos en el único país del mundo que no firmó el acuerdo. Pero Bolsonaro podría unírsele.
Durante su campaña, Bolsonaro dijo que retiraría a Brasil del acuerdo, afirmando que el calentamiento global no es más que “una fábula de invernadero”, según una entrevista realizada en agosto con la radiodifusora brasileña Globo. No será una tarea fácil retirarse del marco climático, debido a que el Congreso brasileño promulgó el acuerdo, según VICE.
A pesar de ello, Bolsonaro constituye una amenaza para las iniciativas ambientales. VICE informó que desea limitar el poder del organismo ambiental de ese país que supervisa la deforestación y la contaminación, y ha amenazado con despojar a las reservas ambientales y a las comunidades indígenas de sus protecciones legislativas.
Proteccionismo económico y relaciones con China
El gobierno de Trump ha impuesto aranceles a los productos chinos y ha arremetido contra otros acuerdos comerciales, afirmando que se han aprovechado de Estados Unidos. De la misma forma, Bolsonaro ha amenazado con tensar las relaciones comerciales entre Brasil y China, y prometió romper relaciones con algunos de los llamados BRICS, un bloque de economías emergentes compuesto también por Rusia, India, China y Sudáfrica.
Dijo una vez, “Los chinos no compran en Brasil. Están comprando a Brasil. Este es un gran problema que debería preocuparnos”, declaró unos meses antes de su victoria. “¿Están dispuestos a dejar a Brasil en manos de los chinos?”, informó el diario South China Morning Post.
América Latina se prepara para el “efecto Bolsonaro”
Las políticas draconianas de Bolsonaro también podrían tener un efecto en América del Sur. “Bolsonaro ha dicho que podría retirar a Brasil del Mercosur [un bloque económico compuesto también por Argentina, Paraguay, Uruguay y Venezuela] algo que, sin duda, produciría efectos colaterales y consecuencias para el país y para sus relaciones con América Latina y Europa”, declaró este sábado a Newsweek Roberta Braga, directora adjunta del Centro Adrienne Arsht para América Latina del Consejo del Atlántico en Washington D.C.
Venezuela
Trump y Bolsonaro comparten una visión en contra del régimen venezolano. Washington ha impuesto sanciones a funcionarios venezolanos, entre ellos, el presidente Nicolás Maduro, lo que les impide vender deuda y otros activos. Además, Trump ha dicho que no descarta la posibilidad de una intervención militar en ese país.
En un mitin de campaña en el estado de Roraima, Bolsonaro también prometió “hacer lo que sea necesario para derrotar a ese gobierno” en Caracas, informó el Financial Times. Roraima ha sido el escenario de un gran éxodo de migrantes venezolanos que han entrado en su territorio, lo cual también ha provocado choques entre los habitantes de la localidad y los buscadores de asilo.
Expertos brasileños consultados por la agencia informativa del Estado ruso Tass señalaron este lunes que el gigante sudamericano podría tomar parte en una operación militar contra el régimen de Maduro. “Me parece que es difícil llevar a cabo [la incursión militar de Brasil en Venezuela], ello sería una estrategia absolutamente irracional y equivocada. Pero es posible, dada la composición del futuro gobierno”, dijo a la agencia rusa Fabiano Mielnichuk de la Universidad Federal de Rio Grande do Sul.
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Publicado en cooperación con Newsweek / Published in cooperation with Newsweek