De las casi 400 fincas catalogadas como antiguas por parte del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) en Aguascalientes, 14 de ellas están en riesgo latente de derrumbarse. Todas ellas están deshabitadas por lo que no se contemplan posibles daños a personas, así lo declaró el sub director de la delegación estatal, Christian Martín Medina López.
“Están detectadas sobre todo en el centro histórico, son fincas que tienen años deshabitadas y con problemas estructurales importantes que se han estado cayendo, que los dueños no han hecho caso de darles mantenimiento, a veces su intención es esperar a que se caigan para aprovecharlas para una nueva finca”, declaró.
El principal problema en estos casos, es el incorrecto uso de materiales para renovar o arreglar estas fincas, cuyo origen es principalmente de adobe. El cemento, por ejemplo, no es compatible con el adobe, explicó.
Reconoció que no se les puede obligar a los dueños de realizar el mantenimiento necesario a las fincas, pero sí existen sanciones en casos donde intervienen la estructura de forma deliberada y sin el conocimiento necesario del proceso correcto.
“Existen sanciones cuando las personas de manera voluntaria afectan la finca para que se caigan, o la tumban, tapan los canales para que se llenen de agua las azoteas y se vengan abajo, pero cuando no hay evidencias o no es una acción deliberada, no”.
Sin embargo, existen casos en los que los dueños por motivos, principalmente económicos en los que se ven imposibilitados de invertir en el arreglo y mejora de la infraestructura, por lo que recordó que existen programas del gobierno estatal y municipal para la restauración de fachadas y otras partes de las viviendas.
“El INAH es meramente normativo no podemos ser juez y parte, si vigilamos que las fincas se conserven no podemos al mismo tiempo dar mantenimiento por una cuestión de ley que escapa al instituto”.
El catálogo que delimita qué fincas son antiguas o no, se creó hace aproximadamente 30 años, tras el arribo de la delegación del INAH en Aguascalientes.
Actualmente se encuentra bajo revisión a fin de cerciorarse de que la definición de las fincas continúe vigente, sin embargo, es un proceso lento y complicado, explicó Medina López.
“No es sencillo el proceso, el personal con el que cuenta el instituto para hacer este tipo de revisiones es limitado y muchas de estas fincas son casa habitación donde hay que hacer laboro de onvenconeiieto para que permitan ingresar y realizar la revisión”.
La verificación se inició en el 2016 y se extenderá por lo menos otros dos años, agregó.