El Smart City Expo LATAM Congress es un evento único en su tipo tanto en México como en América Latina. Durante tres días, en esta plataforma se reúnen representantes de ciudades, instituciones, organizaciones de la sociedad civil y empresas con el propósito de identificar retos comunes y presentar y compartir soluciones orientadas a una mejor planeación urbana.
Organizado por la internacional Fira Barcelona, con más de 220 conferencistas, más de 50 conferencias y cuatro sesiones plenarias, la edición 2018 de este congreso se realizará del 11 al 13 de septiembre en el Centro Expositor, en Puebla, México.
Como punto de encuentro para los principales agentes de cambio de las ciudades latinoamericanas que tienen como fin generar vínculos que fomenten la colaboración en vías de definir estrategias y futuras líneas de acción, el Smart City Expo LATAM Congress presentará en este 2018 una temática por demás interesante que incluye los incisos “Territorios sustentables y resilientes”, “Open Government”, “Emprendimiento y desarrollo económico”, “Co-cities: sociedades participativas y colaborativas” y “Transformación digital”.
Manuel Redondo, presidente de Fira Barcelona México y miembro del comité organizador del Smart City Expo LATAM Congress, explica que este encuentro es el más grande de todos los actores de transformación latinoamericanos que desean mejores ciudades y territorios.
—¿Por qué la expo Smart City es tan trascendente?
—Es un evento en donde se reúnen gobiernos, empresas, agencias mundiales y organizaciones de la sociedad civil para debatir y compartir soluciones y retos para encontrar cómo con mejores prácticas, con nuevas tecnologías, con innovación, podemos acelerar la transformación urbana y territorial en México y América Latina. Y, particularmente, en el entendido de que la Smart City en América Latina tiene que ser pensada en el gran reto de equidad social. Si no es para eso, para la equidad social, pues no es Smart City.
“Al final de cuentas este es un concepto que reúne las nuevas tecnologías en beneficio de mejorar la calidad de vida, pero cuando hablamos de nuestras ciudades hay temas en los que estas tecnologías pueden y deben acelerarse: movilidad, gestión de residuos, agua, resiliencia, datos abiertos, en fin, todos los ámbitos de la gestión de la ciudad vistos en función del ciudadano”.
—¿De qué manera se involucra el Smart City en temas como los datos abiertos y el gobierno?
—Un ejemplo es la iniciativa Verificado 2018. Este tipo de iniciativas, que vienen desde la propia ciudadanía y que tienen mucho que ver con las nuevas tecnologías, las redes sociales, son un ejemplo de cómo, a partir de este tipo de soluciones, le estamos generando valor a nuestra sociedad, a nuestras ciudades. Este hay que ponerlo como un ejemplo de lo que muchos gobiernos o ciudades deberían facilitar. Y como eso, la responsabilidad y la propia implicación de los medios de comunicación en temas urbanos es importantísima, es decir, que los medios realmente puedan ayudar a que el ciudadano de a pie conozca más fácil y rápido cuál es la ciudad que necesitamos y que queremos.
—¿Cómo se justifica la realización de la Smart City Expo LATAM Congress?
—Surgió a partir del evento mundial de Barcelona, el Smart City World Congress, que se realiza todos los meses de noviembre. A partir de este evento, que termina convirtiéndose en el pivote y catalizador de muchas iniciativas de transformación urbana en el mundo, Fira Barcelona comienza a tener solicitudes de muchas ciudades para poder llevar este concepto de Smart City a otras regiones. Entonces comenzamos a realizar eventos en Kioto, en Casablanca, en Curitiba, en otras ciudades, y particularmente en febrero de 2016 desarrollamos el primer Smart City Expo en México con una dimensión local, algo todavía no pensado en el ámbito latinoamericano, pero a partir del gran éxito de ese evento en todos los sentidos, decidimos hacer el Smart City Expo LATAM Congress ya como un evento de dimensión latinoamericana, en donde ya hemos recibido a muchísimas ciudades, gobiernos, empresas y universidades de toda Latinoamérica.
—¿La expo es propicia para todo el público o está dirigida a un sector en específico?
—Es un evento profesional, prácticamente la mitad de los visitantes son del sector público, la otra mitad es del sector privado, universidades, organizaciones de la sociedad civil, agencias mundiales. No obstante, cualquier ciudadano que se quiera involucrar en todos estos temas puede entrar en la página, registrarse, asistir y atender estas conferencias y conocer las inercias y las dinámicas de transformación urbana que muchas ciudades y territorios en América Latina y en el mundo están emprendiendo.
—¿Cuáles son las recomendaciones para que esta sea una gran experiencia?
—Respecto a las conferencias, el visitante puede escoger qué es lo que más le interesa escuchar, aprender, vincularse, porque obviamente pasan muchas cosas al mismo tiempo en estos tres días. Hay algunas ponencias magistrales, conferencias paralelas, talleres, entonces el visitante puede interesarse más en temas de agua, movilidad, gestión de residuos, conectividad, gobierno abierto, transparencia, empoderamiento ciudadano, desarrollo económico, resiliencia o seguridad. Y al mismo tiempo, muchos de nuestros aliados, como ONU Hábitat, la Unesco, el Banco Interamericano de Desarrollo y el Conacyt, tienen sus propios eventos, en donde tocan temas específicos en función de los intereses y las temáticas de cada entidad. Y por supuesto está toda la zona expositiva, en donde hay stands donde se pueden ver muchas de estas soluciones urbanas, hay gobiernos que muestran lo que están haciendo en cuanto a cómo con tecnología e innovación se puede mejorar la calidad de vida de los ciudadanos.
—¿Cuál es la definición más optimista de “ciudades inteligentes” y cuál es su razón de ser?
—En realidad cuando hablamos de ciudades inteligentes se puede malentender. Particularmente en América Latina, debe ser una Smart City digamos como concepto, tienen que ser ciudades que por supuesto utilicen la tecnología y la innovación, pero que además sean inclusivas, sustentables, resilientes, innovadoras y muy participativas. Yo creo que en América Latina falta que podamos vincular a todos estos agentes de cambio. Me parece que el reto es poder vincular a las organizaciones de la sociedad civil, las universidades, los observatorios ciudadanos, con la gobernanza de la ciudad, en donde los tres niveles de gobierno se conviertan en facilitadores y generen las condiciones para que estas articulaciones ayuden a cambiar el modelo de ciudades que tenemos, y entonces sí, tener ciudades inteligentes.
“Se trata de construir una ciudad con inteligencia y entre todos —concluye Manuel Redondo—. No nada más el gobierno, porque a veces se malentiende y muchos ciudadanos creen que lo que les toca es votar, que esa es su participación, pero en realidad la ciudad la hacemos, proponemos y cuidamos todos, y también podemos diseñarla y reconstruirla todos: las administraciones públicas y los agentes de cambio, incluido el ciudadano de a pie”.