Por años, los adultos han instado a los adolescentes a no tener sexo. Parece que sus oraciones ahora han sido respondidas, ya que menos estudiantes de preparatoria juguetean en las sábanas como nunca antes.
El informe Sondeo Nacional de Comportamiento Riesgoso en la Juventud, publicado por los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) el jueves, mostró una diminución tanto en la cantidad de estudiantes en edad preparatoriana quienes dijeron que tuvieron sexo como entre quienes tuvieron cuatro o más parejas sexuales.
Los investigadores analizaron las respuestas del sondeo bienal entre 2007 y 2017. Desde 1991, alrededor de 4.4 millones de estudiantes de preparatoria han respondido preguntas sobre su comportamiento que ponen más en riesgo su salud, en más de 1,900 sondeos independientes.
En la década posterior a 2007, la cantidad de estudiantes quienes tuvieron sexo disminuyó de casi 48 por ciento a 39.5 por ciento. Y la cantidad de preparatorianos quienes tuvieron cuatro o más parejas sexuales en 2017 se redujo en 10 por ciento, disminuyendo de casi 15 por ciento en 2007. Sin embargo, es preocupante que la cantidad de estudiantes quienes usan condón también se redujo, de 61.5% en 2007 a 53.8% en 2017. Durante el mismo periodo, los estudiantes de preparatoria fueron menos propensos a consumir drogas, pero también fueron más propensos a sentirse hostigados y suicidas.
Aun así, en general, los CDC dijeron que los resultados daban una “imagen promisoria sobre los comportamientos de drogas y sexuales” de los estudiantes de preparatoria.
El Dr. Jonathan Mermin, director del Centro Nacional de Prevención de VIH/SIDA, Hepatitis Viral, ETS y TB de los CDC, dijo en una declaración: “La juventud de hoy día toma mejores decisiones con respecto a su salud que hace solo una década”.
Entonces, ¿qué está desanimando a los jóvenes a tener sexo? En pocas palabras, no es del todo claro. Lo que sí sabemos, dijo Jesseca Boyer, alta administradora de políticas del Instituto Guttmacher a investigadores de salud sexual y reproductiva, es que los programas de abstinencia no son los responsables.
“Décadas de investigación muestran que este enfoque no ha tenido impacto en que los jóvenes retrasen el sexo”, dijo ella a Newsweek.
Tampoco es el miedo a contagiarse de SIDA, dijo la Dra. Kathy Woodward-Murray, de la División de Medicina Adolescente y Juvenil del Centro Goldberg de Salud Pediátrica Comunitaria en el Sistema Nacional de Salud Infantil.
¿Tal vez los estudiantes de preparatoria están demasiado pegados a los medios sociales como para ser íntimos? Esa teoría sola es demasiado simplista y no hay evidencia suficiente para demostrarla, pero el hecho de que la mayoría de los estadounidenses tenga un teléfono inteligente también es improbable que sea insignificante.
“Los medios sociales y el uso de tecnología probablemente han añadido un componente significativo a la disminución”, supuso la Dra. Woodward-Murray.
La Dra. Holly Richmond, terapeuta sexual de la Asociación Americana de Educadores, Consejeros y Terapeutas en Sexualidad, argumenta que los adolescentes probablemente todavía tienen sexo, solo que no en la vida real.
“Los medios sociales y el uso de tecnología con toda probabilidad tienen un efecto en cuánto sexo persona a persona tienen los adolescentes, por la sencilla razón de que pasan más tiempo en línea y pasan menos tiempo frente a frente entre sí”, dijo ella a Newsweek. “Pero tienen más sexo en línea, como los mensajes de texto sexuales y el sexo por Skype, que sigue siendo tener sexo, solo que es facilitado desde una perspectiva diferente de lo que el sexo adolescente era hace 10 o 20 años”.
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Otros señalan la “teoría de historia de vida” para explicar la tendencia general de los adolescentes teniendo menos sexo. Conforme aumenta la esperanza promedio de vida de una persona, ciertos factores en nuestro desarrollo —incluido cuándo tenemos sexo— se posponen.
El otoño pasado, un estudio publicado en la revista Child Development investigó qué tan a menudo los adolescentes de 13 a 19 años mostraban comportamientos considerados como apropiados por los adultos, desde tener sexo hasta beber, y conservar un empleo y manejar. Los adolescentes fueron encuestados para el periodo de 40 años posterior a 1976, y se halló que adoptan los comportamientos adultos más tardíamente en su vida, incluido el tener sexo. De hecho, las vidas de los jóvenes actuales de 18 años son más parecidos a los de jóvenes de 15 años hace una década.
“Los jóvenes están más seguros y más sanos que antes, y eso obviamente es algo bueno”, dijo Jean Twenge, autora principal del estudio y profesora de psicología en la Universidad estatal de San Diego, a Time el año pasado.
No obstante, lo que queda en claro para los investigadores es que la educación sexual para adolescentes es inadecuada.
Cuando los adolescentes sí tienen sexo, es por la influencia del porno “sin protección y con múltiples parejas” al que los niños están expuestos desde una edad entre los nueve y 10 años, argumentó la Dra. Richmond.
“A los adolescentes no se les enseñan lo que es el sexo ‘real’,” comentó ella. “Los adolescentes piensan que esto [el porno] es como debe ser el sexo, sin protección y con múltiples parejas. Si tuviéramos educadores sexuales en las escuelas hablándoles de la diferencia entre el sexo porno y el sexo real, y por qué los condones son importantes, creo que se reducirían los riesgos”.
“Tenemos que hacer un mejor trabajo en proveer educación sexual que dé una imagen positiva del sexo y se enfoque en el placer”, concuerda Eric Garrison, sexólogo de la Universidad de William y Mary. Él dijo a Newsweek: “Somos seres sexuales desde el útero hasta la tumba y necesitamos una educación sexual sana sobre los temas desde el útero hasta la tumba.
“[La educación sobre] el consentimiento —no tiene que ser sobre sexo— puede empezar en la escuela primaria, y el placer sexual puede enseñarse en asilos y centros de ancianos”.
Y los medios sociales podrían ser una manera importante de transmitir mensajes sexuales saludables, comentó la Dra. Woodward-Murray. “Sabemos que existen muchas intervenciones textuales en línea para comportamientos de salud (dietas/obesidad/incluso prevención del suicidio), y vemos muchos adolescentes con teléfonos celulares en nuestras clínicas, por lo que sabemos anecdóticamente que más personas obtienen su información de esas maneras”.
Porque al final, aun cuando no podemos estar seguros de por qué los adolescentes tienen menos sexo, sabemos que con el tiempo lo tendrán. Y cuando lo hagan, es responsabilidad de los adultos asegurarse que lo hagan segura y alegremente.
“Una cosa que sabemos del estudio longitudinal de salud adolescente es que los adolescentes quienes están bien conectados con adultos positivos tienen los menores riesgos”, comentó ella. “Ya que pasamos más tiempo con nuestros dispositivos tecnológicos y menos tiempo conectándonos socialmente con los muchachos, sería interesante ver cómo eso cambia el comportamiento riesgoso en los próximos 20 años”.
Después de todo, fueron los adultos quienes enseñaron a los adolescentes a retirarse a una existencia digital, y ahora nos toca mostrarles cómo comportarse cuando finalmente decidan perder la virginidad.
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Publicado en cooperación con Newsweek / Published in cooperation with Newsweek