El índice de niños y adolescentes que piensan en suicidarse o intentan hacerlo ha aumentado en la última década, mientras que el número de hospitalizaciones se duplicó entre 2008 y 2015.
La Academia Estadounidense de Pediatría publicó recientemente un estudio sobre las hospitalizaciones de niños y adolescentes relacionadas con ideación suicida (IS) e intentos de suicidio (IDS). El organismo encontró que en 2008, 0.8 por ciento de las hospitalizaciones en los hospitales infantiles estudiados se debieron a pensamientos e intentos suicidas. En 2015, este índice era de 1.82 por ciento.
Este es un incremento importante que afecta a todos los grupos de edad de la investigación, en la que se estudió a personas de 17 años o menos. Los grupos de mayor edad tuvieron índices más altos de IS e IDS que los grupos más jóvenes.
El Dr. Gregory Plemmons, del Hospital Infantil Monroe Carell Jr. de la Universidad de Vanderbilt, declaró a CBS News que la depresión y la ansiedad van en aumento entre los niños y los adolescentes, y que las redes sociales podrían estar empeorando la situación.
Los medios de comunicación convencionales también podrían desempeñar una función en el índice de suicidios. En el pasado, la cobertura mediática de los suicidios de personas famosas estuvo relacionada con un aumento en el número de suicidios entre el público, al grado de que existen lineamientos por escrito en los medios sobre cómo evitar matar a sus propios lectores. La serie de Netflix 13 Reasons Why fue criticada por expertos en la prevención del suicidio, que la calificaron como peligrosa y afirmaron que daba un aire glamoroso al suicidio adolescente. Tras la primera temporada del programa, las búsquedas en Google de “suicidio adolescente”, “línea telefónica de ayuda para el suicidio” y “cómo suicidarse” aumentaron enormemente.
El Instituto Nacional de Salud de Estados Unidos alienta a los padres y a los médicos a conocer las señales de alerta de los pensamientos suicidas y a emprender acciones. Recomienda que los médicos pregunten a sus pacientes si piensan sobre el suicidio, que tomen en serio esos pensamientos y que restrinjan el acceso de los jóvenes a elementos que puedan utilizar para quitarse la vida, como las armas de fuego. La organización también sugiere que los médicos ayuden a esos pacientes a entrar en contacto con recursos como líneas telefónicas de ayuda para prevenir el suicidio, y que den seguimiento a esos pacientes.
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Publicado en cooperación con Newsweek / Published in cooperation with Newsweek