Que el idioma español no sea su lengua madre no es un obstáculo para Laura Pausini. Además de que en castellano ha grabado varios discos y ofrece conciertos, en el habla común manifiesta sus ideas con orden, argumenta sin rebuscamientos innecesarios, explica con claridad lo que pretende trasmitir. La cantante italiana, nacida en Faenza, provincia de Rávena, hace 44 años, platicó con Newsweek en Español a propósito del lanzamiento de su nuevo disco, Hazte sentir, que desde el 16 de marzo ya se encuentra disponible tanto en tiendas de discos como en las plataformas de streaming.
Pausini es una de las artistas más reconocidas del orbe. Su primer disco, el cual pertenece a una lista de 13, lo grabó en 1993 y, desde entonces, ha sido merecedora de infinidad de distinciones y reconocimientos, como los premios Grammy, Lo Nuestro y el World Music Awards. Además de ser declarada la cantante italiana más exitosa de todos los tiempos, también ha cantado en portugués, inglés, francés e, incluso, latín.
“Nadie ha dicho”, el primer sencillo de Hazte sentir, fue escrito por la propia cantante con el apoyo de los compositores Niccolò Agliardi, Gianluigi Fazio y Edwyn Roberts. Una versión de este tema en género urbano, grabado con el grupo Gente de Zona, suena en la radio desde hace unos días y ya ha rebasado los 3 millones de reproducciones en la plataforma de videos YouTube. El nuevo disco está compuesto por 14 canciones y Laura habla de él con pasión, con entusiasmo, con melancolía. A lo largo de la charla varias veces se emocionará, reirá, recordará con nostalgia, aceptará, negará y, también, derramará alguna lágrima.
—¿Cuál es la historia detrás de Hazte sentir, Laura?
—El título, como ves, por primera vez quizá, no tiene una canción que se llame así, es el resumen de todas las 14 historias. Son historias de personas que han tenido que tomar una elección, encarar la decisión que te pone enfrente de tus miedos, de tus fragilidades, entonces ahí tienes que hacerte sentir, tienes que demostrarte quién eres, a ti mismo sobre todo. Muchos nos escondemos detrás de gestos, charlas o maneras de vestirnos que gusten a la mayoría de la gente para no ser juzgados mal. Eso significa esconder quiénes somos, pero nos hace perder tiempo. Creo que es muy importante hacernos sentir, como dice el disco.
“Es un disco que se ha hecho sentir solo porque, además, normalmente me tomo largo tiempo en escribir un disco y realizarlo, producirlo, un año, y yo tenía ya las 14 canciones en el primer mes que empecé a escribir, a pensar en ideas. Es la primera vez que hago un disco así, en que me salen las canciones tan fácil y emocionalmente. Debo decir que es la primera vez también que no soy quien domina: la música me eligió, mandó. El día que me di cuenta de que ya estaba listo, pensando que mi disco salía después de un año de trabajarlo, entonces revolucionamos el calendario y la gente a mi alrededor. Fue un poco nuevo para mí”.
—¿Tú escribiste las 14 canciones del disco?
—Casi todas, y cinco o seis de las piezas musicales. Muchas veces, cuando escribo un disco, lo hago acompañada por personas que, después de que he escrito una canción, les llamo y les digo: necesito ayuda para completar el tema con palabras más importantes. Por ejemplo, “Nadie ha dicho” tiene una frase que es la más bella del disco, no la he escrito yo, y que dice: “El que no arriesga nada no va al infierno y ni va a los altares”. Creo que es una manera muy directa, pero muy poética, de decir algo fuerte, que es la verdad de todos los hombres: arriesgarnos es algo que nos da miedo, pero cuando lo hacemos, de una dirección o de otra, vamos adelante.
—¿Es el tema de promoción y, a la vez, es tu tema favorito?
—No, no lo es, no es mi tema favorito. Hay dos o tres que dependen un poco del día cuando me levanto, hay uno que se llama “Verdades a medias”, que cuando estoy enojada, a veces me pasa levantarme así, me sirve mucho, me acuerdo de que cuando lo canté en el estudio estaba muy involucrada en eso, el enojo. Y hay otro que se llama “La solución”, que es una balada bellísima, según mi opinión. Y también otra que es más pop-reguetón, se llama “Nuevo”, probablemente es el único pop-reguetón escrito por un italiano y que no ha sido escrito por un colombiano o un puertorriqueño; me gusta mucho porque me divierte.
“Me gusta todo el disco, pero no he elegido ‘Nadie ha dicho’ porque sea mi favorita entre las otras, sino porque tiene un significado, me gusta mucho salir con esa emoción, y además es la primera vez que hablo de una historia de amor desde el punto de vista de una persona que tiene que dejar a la pareja… ‘tiene’ no es la palabra justa, se da cuenta de que tiene que enfrentar a la otra persona, diciendo: ¿estamos seguros de que estamos enamorados o somos amigos?”.
—Además, involucra ese tema tan importante que es la comunicación…
—Exactamente. Hablar no es una cosa que hagamos mucho. Yo hablo mucho, como ves, tengo muchas palabras en la boca, pero cuando tengo que hablar de temas serios, a veces pienso: lo digo mañana. Con una pareja me ha pasado, espero a que hable él, y pasan los meses, en mi caso pasan los años, y después tienes el miedo de enfrentarte, pero cuando lo haces te das cuenta de que estás haciendo algo importante para ti y para la persona que respetas porque hablar y decirse las cosas, cuando no estamos hablando de traición obviamente, es un sinónimo de respeto y estima que tienes por ti y por la persona que está viviendo contigo.
—¿Qué te gustaría dejar al público tras escuchar el disco?
—Me gustaría dejar elegancia y profundidad, y también, porque existe esta parte, divertimento y rabia.
—¿Ah, sí? ¿Un doble sentimiento?
—Sí, es que eso es muy parte de mí, desde siempre, en realidad. En el pasado, al principio de mi carrera, yo era más melancólica que enojona, después era más enojona que melancólica, después era más feliz que el resto, y ahora creo que este disco tiene muchas facetas, especialmente en las letras porque yo soy hecha de eso. Cuando pasan los años y vives y conoces más, te quedas con algunas cosas de ti que prefieres, pero vives de todo. Yo siempre he contado mis sensaciones y aquí están todas, es un disco muy completo.
—¿Se puede decir que hoy eres más Laura que nunca?
—No sé. Siempre he sido muy Laura. Estoy contenta de que en la música no tengo mucho de qué arrepentirme. La música me ha permitido ser segura de mí misma desde el primerísimo momento, mientras que en mi vida privada no lo he sido. Yo creo no haberme equivocado con la música, incluso cuando era pequeña, mientras que en mi vida privada no sabía qué hacer, cómo influenciaba mucho la persona con la que vivía. En la música, si quiero cantar “Se fue”, canto “Se fue”, por eso me sorprende haber sido mucho más madura en el trabajo que en la vida personal, y me gusta mucho. Ahora que han pasado 25 años, decirte que nunca vino nadie a decirme que debo cantar o no cantar un tema, es bello.
—Esa es una gran libertad profesional…
—Sí, porque ahora yo nunca te diré que estoy cansada de cantar “Se fue”. No es mi canción favorita, pero cuando la canto tengo millones de recuerdos. El primer disco básicamente está todo dedicado a Marco, el de La soledad; cuando estoy en concierto muchas veces pienso en él, y cuando llega la soledad es bello recordar quiénes éramos o quiénes por siempre seremos.
—Además de los conciertos y la grabación de discos, tu carrera se caracteriza por una constante labor a favor de los niños, de los enfermos, de los caídos en desgracia, de las mujeres maltratadas, contra el uso de las armas. ¿Cuál es tu concepto de humanidad, de filantropía?
—Es importante como ser humano. Utilizo el hecho de que soy famosa para hablarlo porque sé que el mensaje llega a través de tu revista, por ejemplo. Eso es muy importante, pero una cosa que me han enseñado mis padres cuando yo era pequeña, a mí y a mi hermana, es sobre todo lo de los niños y los abuelos que viven dentro de los asilos. Íbamos todas las navidades a cantar por ellos y pasar un día con ellos, y también íbamos a los hospitales de los niños con cáncer para conocerlos, jugar, llevarles juguetes, estar un día con ellos. Conocer esa realidad a veces para los padres es muy difícil porque siempre quieres cuidar a los niños, que no vean las cosas malas, pero es importante educar a un niño en el dolor, yo creo que eso es muy importante, especialmente si eres una persona afortunada. Mis padres no eran ricos, al contrario, pero éramos muy afortunados porque teníamos todo lo que necesitamos, o sea, la felicidad. Si no conoces el dolor, la dificultad, cuando eres más grande es más difícil enfrentarlo. Entonces creo que fueron muy buenos para enseñárnoslo viendo, no contándolo solamente.
“Cuando fui famosa, después, me llamaron a hospitales y sí, es una cosa seria, me involucraba mucho, me gustaba estar dentro de eso. Ahora no voy desde hace cinco años a hospitales con niños porque necesitas ser muy fuerte para entrar ahí, sonreír, jugar, cantar, y desde que tengo a mi hija desafortunadamente no soy tan fuerte, lloro muy a menudo, incluso hablando de esto me siento un poco emocionada… Entonces, no puedo ir a un hospital y que un niño me vea llorando. Pero de otra manera, a través de asociaciones, puedo contribuir con ayudas. Ahora me interesa un aspecto que antes no consideraba, que son los padres que tienen hijos enfermos; no se habla mucho de eso, pero es un sentimiento que viven y que es muy complicado. Cuando tienes un niño enfermo a veces tú te echas la culpa, ¡la culpa, la culpa!, y algunos padres pelean entre ellos durante la enfermedad y se alejan. Algunos necesitan psicólogos y el niño ve, siente eso, vive algo raro. Entonces, por ejemplo ahora, estoy ayudando a una asociación italiana pequeña, pero muy buena, que ha seguido una prima mía que desafortunadamente ha tenido una niña con una enfermedad muy rara, ha fallecido… y ya… estoy viendo a mi hija, la veo, y por eso me… dame un segundo…”.
Laura interrumpe la conversación en este punto. Solloza. Algunas lágrimas surcan su rostro. Alguien de su equipo le extiende un pañuelo desechable. Una pequeña niña, de cinco años, se le acerca con un teléfono en la mano. En italiano dice que está videograbando la entrevista. Laura explica que a la niña le gusta grabar, “es la segunda vez que lo hace, y lo hace aquí en México”.
—¿Cuál es la otra pregunta? —retoma la conversación.
—Siendo severamente autocrítica, ¿cómo te observas a 25 años de carrera artística?
—Estoy muy feliz de mi carrera y de lo que yo he hecho en mi carrera. Y si debo hacer la misma pregunta que no hable del trabajo, sino de mí, no te contesto igual, porque me hubiera gustado ser un poco más fuerte durante mis 20 a 30 años, y más segura de mí, que no lo era absolutamente. Por eso en mis primeros cinco discos siempre se escucha a una mujer mucho más frágil, que necesita protección y que se siente melancólica. Después, de repente, llega un disco más enojado, que era Escucha, y después más feliz, que era Primavera anticipada, entonces sí, la música fue reflejo de mi vida personal, y por eso no he traicionado quién era, y por eso estoy feliz de que musicalmente en esos 25 años siempre he sido fiel a mí misma. Hubiera sido mejor sí yo fuera en la primera parte un poco más segura de mí.
—Pero vas firme y hacia delante.
—Sí. Como todos, tengo cosas de mi pasado que no me gustan tanto por la elección que he hecho en el amor o algo así, pero sinceramente hoy estoy bastante contenta con mi vida, por cómo estoy, gracias a mis padres.