Los “problemas femeninos” de Silicon Valley eran bien conocidos mucho antes de que el movimiento #MeToo empezara a derribar a los hombres-cerdo en los medios de comunicación, la política y el arte. Pero correos electrónicos obtenidos por Newsweek revelan otra esquina sórdida del sector tecnológico: un nido cachondo de “aficionados” a la prostitución en Microsoft, Amazon y otras compañías en el corredor de alta tecnología del área de Seattle.
Los correos electrónicos de algunos hombres, incautados en una operación encubierta contra foros de reseñas de prostitución en línea, a menudo son disfrazados como respuestas a direcciones erróneas. “Creo que tienes la dirección de correo electrónico equivocada”, escribió un hombre desde su cuenta laboral, en Amazon, a un burdel. “Entendido”, escribió otro, desde una dirección de correo electrónico de Oracle, a un padrote.
Esos correos electrónicos son parte de cientos enviados por empleados de importantes compañías tecnológicas con la esperanza de tener sexo con mujeres asiáticas traficadas. Estaban en sus cuentas laborales porque los padrotes de Seattle a menudo les piden a quienes compran sexo por primera vez que demuestren que no son policías mediante enviar un correo electrónico de empleado.
Newsweek obtuvo el expediente de correos electrónicos a través de una solicitud de registros públicos a la Oficina del Fiscal de King County. Las autoridades los recabaron de computadoras de burdeles en el transcurso de los últimos años; algunos se obtuvieron en conexión con una operación encubierta de 2015 que capturó a directores de alto nivel de Amazon y Microsoft. Los correos electrónicos están fechados entre 2014 y 2016. Incluyen 67 enviados desde cuentas de correo electrónico de Microsoft, 63 enviados desde Amazon y docenas enviados desde algunas de las otras principales compañías tecnológicas de Seattle, sí como algunos enviados desde compañías importantes domiciliadas en otra parte, pero con oficinas en el área de Seattle, incluidas T-Mobile y Oracle. Los hombres que enviaron los correos electrónicos no han sido acusados, y Newsweek no los identificará.
Los muchos problemas del sector tecnológico con las mujeres —desde lugares de trabajo hostiles y acoso sexual hasta directores ejecutivos con un historial de violencia contra ellas— se han reportado ampliamente. Pero un aspecto del mal comportamiento de la industria ha recibido poca atención: la actitud diseminada y a menudo indiferente ante comprar sexo con mujeres traficadas, un proceso que se hizo más eficiente con la internet. Algunos estudios incluso sugieren que el sector tecnológico, abrumadoramente masculino y que a menudo exige pasar muchas horas solitarias frente a la computadora, tiene más consumidores ávidos de prostitución que muchos otros campos.
Un estudio comisionado por el Departamento de Justicia de Estados Unidos halló que Seattle tiene la industria del sexo de más rápido crecimiento en el país y que ha duplicado su tamaño entre 2005 y 2012. Ese auge se correlaciona curiosamente con el crecimiento del sector tecnológico en la entidad. También se correlaciona con el aumento de trabajos de alto sueldo, ya que esta “afición” (la palabra que los clientes usan en línea para describir la compra de sexo) puede ser costosa. Algunos de estos hombres gastan de 30,000 a 50,000 dólares al año, según las autoridades.
En el área de Seattle, los burdeles incluso promocionan su cercanía a las oficinas centrales de Microsoft en el sitio Backpage.com: “Nueva asiática, mente abierta, caliente, dulce, cara bonita, buen cuerpo, servicio de primera (Bellevue-Redmond, cerca de Microsoft)” o “Estudiante certificablemente sexi, masaje nuru 69, baño de lengua (Bellevue-Redmond, acceso a Microsoft)”.
El sector tecnológico no solo tiene una cantidad significativa de hombres que pagan por sexo con mujeres traficadas; también ha permitido que los traficantes contacten a los clientes con más facilidad y oculten su negocio a la policía al sacarlo de las calles. En un periodo de 24 horas, en el área de Seattle se calcula que 6,487 personas solicitaron sexo en solo uno de los más de cien sitios web que conectan a compradores con vendedores, según un estudio de 2014.
Las autoridades dicen que las mujeres asiáticas traficadas atienden cientos de hombres cada día en Seattle, y que cada mujer tiene sexo con entre cinco y 15 hombres diariamente. La mayoría de las mujeres habla poco inglés, y muchas se comunican con los clientes a través de aplicaciones telefónicas de traducción. Uno de los padrotes capturados en una operación contra un foro de reseñas, en 2015, admitió que muchas mujeres estaban atadas por deudas y temían por sus vidas o la seguridad de sus familias.
EL YELP DE LA INDUSTRIA DEL SEXO

La policía y los fiscales en el área de Seattle empezaron a enfocarse en los “aficionados” a la prostitución con una operación encubierta cuyo objetivo eran los operadores de tres foros de reseñas en línea en las que hasta 18,000 hombres calificaban y discutían un grupo relativamente pequeño de mujeres coreanas. En KGirlsDelight.com, por ejemplo, los hombres asignaban calificaciones numéricas y añadían descripciones específicas de las mujeres, como sus habilidades sexuales, nivel de entusiasmo y otros atributos. El sitio supuestamente tuvo 1.2 millones de visitas mensuales en 2009 (el año pasado, su administración reveló las cifras públicamente).
La operación llevó al arresto de 17 hombres y una mujer, pero solo un director de Amazon y uno de Microsoft optaron por un juicio. La fecha del juicio se ha postergado en repetidas ocasiones y ahora está programado para marzo de 2018. Ninguna de las trabajadoras sexuales involucradas fue acusada.
Los arrestos enfurecieron a los libertarios y partidarios de las llamadas trabajadoras sexuales, quienes argumentaron que la mayoría de las mujeres venden sexo por elección propia y que los foros de reseñas en línea ayudan a mantener seguras a las mujeres al proveer un medio para advertirles sobre hombres peligrosos. Pero los comentarios de The Review Board exhiben una falta de compasión en el mejor de los casos; en el peor, un menosprecio generalizado por las mujeres. Un comentarista que presumió de encadenar a una mujer a un radiador se lamentó públicamente de que dos de sus favoritas se fueran de Bellevue.
Los foros de reseñas de prostitución son comunes en todas las áreas urbanas importantes —son el Yelp de la industria del sexo—, pero los de Seattle eran inusuales en cuanto a que los hombres también se reunían IRL (siglas en inglés de “en la vida real”, jerga de internet) y se llamaban a sí mismos la Liga de Caballeros Extraordinarios; comparaban notas sobre las mujeres mientras bebían en lugares públicos, lo que facilitaba que la policía de Seattle se infiltrara y videograbara en secreto algunos de los actos. “Ella es lo más cercano a la perfección que, pienso yo, puedes conseguir”, dijo un hombre al describir a una mujer coreana. “Justo después de las coreanas, siempre he tenido esta afición por las europeas orientales”, dijo otro. “Cualquiera de un país afectado por la guerra. Cualquier cosa con ‘trabajaré por comida’”.
Un día después de que Newsweek contactó por primera vez a Microsoft por sus comentarios, a fines de diciembre, una cantidad desconocida de empleados de Microsoft en el área de Seattle recibió un correo electrónico de un ejecutivo de recursos humanos advirtiéndoles que las autoridades “podrían haber obtenido” tarjetas de presentación, gafetes y correos electrónicos; incluía ligas a una variedad de políticas de la compañía relacionadas con conducta comercial estándar y uso responsable de la tecnología. “Se les insta a asegurarse de que han revisado y cumplido con estas políticas de la compañía, así como con las leyes penales”.
Un portavoz de Microsoft dice que el momento de la advertencia de recursos humanos es “una coincidencia” y niega que esté relacionada con la investigación de Newsweek, aun cuando Microsoft había solicitado acceso a los registros en octubre, los recibió en noviembre, pero advirtió a sus empleados solo a finales de diciembre.
John Tymczyszyn, abogado de algunos de los empleados de Microsoft que recibieron la advertencia en estos días, dice que sus clientes —quienes no han sido acusados y no estuvieron involucrados en la operación de 2015, pero supuestamente han frecuentado burdeles cuyas computadoras fueron incautadas por las autoridades— están alarmados. “Pienso que cualquiera que recibió este correo electrónico de la nada estaría, ya sabes, asustado de que pudiera haber repercusiones en su carrera si no es que criminales”, advierte.
Tymczyszyn, quien también representa a otras personas acusadas de comprar sexo en el área de Seattle, cuestiona el buen juicio de los hombres que usaron correos electrónicos laborales de una de las compañías con mayor seguridad cibernética en el mundo para comprar sexo. Pero explica que los gigantes tecnológicos de Seattle no llevan a cabo ningún tipo de instrucción para aumentar la consciencia o la compasión de los empleados para con las mujeres traficadas.
Un portavoz de Microsoft envió una declaración vía correo electrónico a Newsweek, la cual decía: “Microsoft tiene un largo historial de cooperar con las autoridades y otras agencias en el combate al tráfico sexual y tópicos relacionados, y tenemos empleados que aportan voluntariamente su tiempo y dinero específicamente para combatir este problema. La conducta personal de una fracción diminuta de nuestros 125,000 empleados de ninguna manera representa nuestra cultura. Ninguna organización está inmune a la situación desafortunada cuando empleados actúan con poca ética o ilegalmente. Cuando eso sucede, revisamos la conducta y tomamos la acción apropiada. Microsoft les deja en claro a nuestros empleados que tienen la responsabilidad de actuar con integridad y comportarse de una manera legal y ética todo el tiempo. Si no lo hacen, se arriesgan a perder sus empleos”.
Cuando Newsweek buscó el comentario de Amazon, una portavoz primero pidió ver los correos electrónicos enviados por empleados de Amazon (al contrario de Microsoft, Amazon al parecer no solicitó los correos electrónicos a las autoridades). Newsweek compartió una lista de Excel con los nombres redactados de los remitentes, y cuando la portavoz dijo que no podía comentar sin ver más, Newsweek envió un correo electrónico completo.
A fines de diciembre, Amazon informó a Newsweek que está “investigando” el asunto y dio esta declaración vía correo electrónico: “El Manual de Propietario de Amazon declara claramente que ‘es contrario a la política de Amazon que cualquier empleado y trabajador en precario se involucre en cualquier actividad de compra de sexo de cualquier tipo en el lugar de trabajo de Amazon o en cualquier marco relacionado con el trabajo fuera del lugar de trabajo, como puede ser durante viajes de negocios, reuniones de negocios o eventos sociales relacionados con negocios’. Cuando Amazon sospecha que un empleado ha usado fondos o recursos de la compañía para involucrarse en una conducta criminal, la compañía inmediatamente investigará y tomará la acción apropiada hasta e incluido el despido. La compañía también podría remitir el asunto a las autoridades”.
LAS DESAPARECIDAS
En un panel sobre el problema en 2014, un fiscal de King County dijo que la comunidad tecnológica de Seattle es una importante consumidora de sexo, y que los compradores más frecuentes son hombres blancos de clase media y alta. Una fuente legal en esa ciudad dice que las autoridades saben que hay una concentración de compradores en la tecnología, y que los investigadores se han comunicado con detectives en y alrededor de Silicon Valley.
Un estudio realizado por Polaris, una de las principales organizaciones contra el tráfico humano, halló que más de 700 burdeles asiáticos (o “ilícitos locales de masajes”) están domiciliados en Silicon Valley, 20 por ciento del número total de burdeles que se cree que operan en California, aun cuando la población del área es solo la décima parte del total estatal. Los comentarios de reseñadores en línea de estos locales indican que los compradores reconocen que las mujeres son traficadas. La edad promedio de las mujeres que trabajan en los locales es de 45 años, y algunas son tan viejas como 70 años, lo que indica que han rebasado la edad de empleos fabriles en sus países de origen y viajaron a Estados Unidos para ganarse la vida, según una fuente familiarizada con la investigación.
Alex Trouteaud, director de política e investigación en Demand Abolition, otra organización nacional contra el tráfico, dice que el sector tecnológico es una “cultura que ha abrazado sin reparos el tráfico”. Como ejemplo de la actitud indiferente de la industria, recordó que, en sus primeros días, Uber publicó una entrada de blog que analizaba sus datos en viajes compartidos, enfocado en el área de la Bahía de San Francisco, y señaló que los vecindarios con la mayor prostitución también tenían la mayor cantidad de viajes en Uber. “Hicieron un mapa usando sus datos de viajes compartidos, como si fuera algo gracioso”, comenta Trouteaud.
Las autoridades de Seattle deshicieron los foros de reseñas en 2015, pero no arrestaron a las mujeres calificadas en estos. Desde entonces, esas mujeres han desaparecido del área, según Robert Beiser, director ejecutivo de Seattle Against Slavery, una organización de voluntarios que trabaja con mujeres traficadas. “Las empresas criminales se extienden a través de los países y pueden ofrecer a estas personas y sus familias”, dice. “Ellas estaban en deuda, y trataban de salirse y tenían miedo”.