Sentado frente a mí para nuestra entrevista, Brian Chesky, director ejecutivo de Airbnb, demostró por qué los robots de inteligencia artificial no asumirán el trabajo del empresario en un futuro cercano.
Ningún robot sería tan excéntrico y desatento como lo era Chesky al inicio de su compañía; de hecho, como debe serlo cualquier empresario actual. En esta retorcida era de creación de empresas, las únicas buenas ideas de negocios son realmente las malas ideas. Codifica eso en Watson de IBM y verás cómo sus circuitos se derriten.
La entrevista con Chesky tuvo lugar en la Universidad de Nueva York, frente a una audiencia compuesta principalmente por estudiantes que algún día desean fundar su propia empresa. Chesky volvió a contar la historia de la creación de Airbnb. Él y Joe Gebbia, que se habían graduado hacía poco tiempo de la Facultad de Diseño de Rhode Island, se habían convertido en compañeros de habitación desempleados en San Francisco, y no podían pagar el alquiler. Una importante conferencia de diseño llegaría a la ciudad, y los hoteles estaban llenos. Los compañeros de habitación consiguieron tres colchones inflables y construyeron un sitio web que ofrecía alquilarlos y servir cereal por la mañana. De ahí nació AirbedAndBreakfast.com. Consiguieron tres clientes que les pagaron.
“¿Parece una gran idea?”, bromeó Chesky. “Recuerdo que alguien me dijo: ‘No te preocupes por tu idea. Si es buena, todos la descartarán'”.
Últimamente he escuchado muchas veces esa frase. Bryan Roberts, capitalista de riesgo de Venrock, me dijo que él debía buscar lo que llama ideas no consensuales. Estas compañías deben tener “algo que la mayoría de las personas creen que uno no puede superar, o que si lo supera, a nadie le importará”. Snapchat, por ejemplo, encaja en esta última categoría. Antes, muchas personas se preguntaban por qué alguien, excepto los adolescentes que practican elsexting,se preocuparía por un servicio que desaparece susselfiesal desnudo. Hoy, la compañía está valuada en 16 000 millones de dólares. Imagínate.
¿Por qué buscar la ausencia de consenso? En esta época de conectividad constante y redes sociales, todo el mundo sabe en un instante qué están haciendo todos los demás. Los servicios de la nube y elsoftwarede fuente abierta permiten que cualquier persona con una idea la ponga en práctica rápidamente y por muy poco dinero. Juntemos todos estos elementos y veremos cómo en el primer momento en que una idea parece sensata, treinta compañías ya la están poniendo en marcha y luchando para obtener atención, inversión y clientes. Ese no es el tipo de negocio que dará origen a una empresa multimillonaria y que cambiará al mundo.
Una compañía no consensual como Airbnb o Snapchat compra tiempo en las sombras para construir un negocio que casi nadie piensa que vale la pena desarrollar. Entonces surge otro fenómeno de nuestra época ultraconectada. Como dice Roberts, “las cosas pasan muy rápidamente de no consensuales a consensuales, pero para entonces tú [la compañía] tienes cierta ventaja competitiva difícil de superar”. Nadie lo ve, y de repente, ¡bum!, está por todas partes, es tuiteada, recibe muchos “me gusta” y es publicada y compartida. Slack, Dropbox, YouTube, lo has visto ocurrir mil veces. Para Airbnb, ese momento de despegue llegó en 2011. Actualmente, Airbnb proporciona más habitaciones que Hilton, Marriott y el Hyatt juntos. Está valuada en 25 500 millones de dólares.
Lo novedoso es la velocidad. Las ideas no consensuales siempre han impulsado las mayores innovaciones (cuando King Gillette empezó a vender máquinas de afeitar desechables en 1904, la mayoría de los hombres se preguntaban por qué debían renunciar a sus navajas de afeitar.) Pero en el pasado, poner en marcha un negocio generalmente tenía que ver con la fabricación, y tu palabra tenía que ser difundida mediante la publicidad. La conversión al consenso era más como un viaje que como un interruptor. Los nuevos artilugios podían estar protegidos por patentes durante décadas. En la actualidad, apenas una mínima parte de las nuevas empresas presentan una solicitud de patente. No hay tiempo. La mejor protección consiste en hacer que tus posibles competidores piensen que estás chiflado durante el tiempo suficiente para que no puedan alcanzarte cuando demuestres que no lo estás.
Entonces, el desafío de buscar las ideas no consensuales consiste en separar las buenas ideas no consensuales de las ideas que simplemente apestan. En las etapas más tempranas, como cuando Chesky alquilaba camas inflables, ambos tipos de ideas parecían iguales. En los momentos de honestidad, todos los inversionistas o empresarios te dirán que no reconocen la diferencia. El consejo de Chesky: “Sólo tienes que desarrollar una solución para un problema de tu propia vida”. Soluciona tu propio pequeño problema, y es posible que la solución crezca después para resolver los problemas más grandes de muchas personas.
De hecho, si pensamos acerca de esto, los empresarios legendarios han comprendido que sus trabajos no sólo consisten en inventar algo. Esa podría ser la parte fácil, la parte con la que alguien como Chesky puede tropezar. El verdadero trabajo consiste en cambiar las mentes de las personas. Por definición, una idea no consensual no tiene ninguna demanda. Nadie piensa que la quiere o la necesita. Inventar Airbnb fue una cosa. Convencer a un mercado masivo de que es estupendo quedarse en las casas de otras personas mientras viajar ha sido la verdadera victoria de la compañía es otra.
Esto nos hace regresar a la preocupación de que la inteligencia artificial se vuelva tan inteligente que pueda realizar todos nuestros trabajos. Días antes de hablar con Chesky, me reuní con Joseph Sirosh, quien desarrolla aprendizaje automático en Microsoft. Habló de cómo las máquinas se están volviendo asombrosamente competentes para pronosticar lo que se debe hacer después con base en datos anteriores. Pueden absorber todas las investigaciones médicas y los datos de los pacientes de todos los tiempos y diagnosticar una enfermedad rara que la mayoría de los médicos ni siquiera saben que existe.
Pero las grandes ideas no consensuales provienen de la dirección opuesta. Como dijo Sirosh, los datos anteriores siempre muestran que una idea no consensual fracasará. Si utilizas inteligencia artificial para analizar Airbnb en 2008, te sugerirá que Chesky deberá aferrarse a su otra idea, producir cereal para el desayuno con un tema político. Chesky y Gebbia financiaron Airbnb vendiendo cajas de cereal Obama O y Cap’n McCain.
En esta época moderna, el gran valor de los seres humanos, nuestro triunfo final, parece ser nuestra disposición a hacer cosas que carecen completamente de sentido.
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Publicado en cooperación conNewsweek/ Published in cooperation withNewsweek