Ramos respondió a la acusación de Trump en la que dijo que el reportero estaba “totalmente fuera de línea”, realizada en el programa televisivo Today.
Ramos, uno de los periodistas estadounidenses de origen mexicano más influyentes en la televisión de Estados Unidos, se puso de pie en la conferencia de prensa de Iowa después de que Trump le habría pedido a otro reportero cuestionarle, en su interrupción interrogó en repetidas ocasiones al candidato acerca de su polémica postura de inmigración.
Como Newsweek habría informado en la madrugada del miércoles, la situación se torno bastante desagradable, con Trump diciéndole a Ramos “vuelve a Univision.” Trump levanto una demando al medio por $500 millones de dólares, sin dudar en sacar el tema como argumento más adelante.
Finalmente, Ramos fue expulsado de la conferencia por la seguridad de Trump eventualmente dejaría que el periodista volviera al la conferencia 10 minutos más tarde.
En la discusión entre Ramos y Trump ¿Quién rompió las reglas de etiqueta? La respuesta es ambos, aunque Trump en un grado mucho mayor.
No hay reglas formales en las ruedas de prensa, sólo los hábitos y costumbres. Generalmente, en las conferencias de prensa políticas, el político llama a los periodistas, los periodistas realizan sus preguntas, y el político les responde. A veces ocurre una discusión. Unos reporteros hacen lo posible para poder realizar su pregunta. A veces un periodista podría tratar de meter muchas preguntas en una sola. Pero, en general, lo que hizo Jorge Ramos se considera fuera de límites, no porque sus preguntas fuesen inapropiados (que no eran), sino porque haber realizado filibusterismo en una rueda de prensa, y hablar fuera de turno, es una grosería para los demás periodistas. Esta es una razón por la cual los grandes periodistas son a menudo mal vistos. Estas interrupciones afectan al libre flujo de información, ya que los recorta el poco tiempo que tienen los periodistas para plantear sus preguntas. La pregunta no es “¿Por qué deberían los reporteros ser corteses con los políticos?” sino “¿Por qué deberían los reporteros ser amables con otros reporteros?”
Aún así, la expulsión escoltada de Ramos de la habitación es rara y muy preocupante para los periodistas. El periodista Glenn Greenwald, conocido por sus creencias sobre la práctica periodística, escribió en Twitter que era “muy probable que a Ramos le hubieran dado la palabra”, ya que Trump esta en un juicio legal contra Univision, su empleador.
Generalmente, cuando los políticos tratan con un reportero farragoso, sutilmente continua a la siguiente pregunta, como cuando John Boehner desvió una pregunta a Ramos en este video:
La idea de que una persona de seguridad retire a un reportero de una conferencia de prensa usando la intimidación física, es anatema para todos los periodistas. Es una línea que no se cruza, que es probablemente algo de lo que el equipo de Trump se dio cuenta rápidamente cuando regresaron a Ramos a la habitación, pero sólo después de que el daño estaba hecho.
Un reportero de confrontación en las conferencias de prensa era Helen Thomas. Thomas, quien falleció en 2013, interrogó sentado a presidentes de Estados Unidos desde la era de Kennedy. Se hizo famosa por hacer preguntas difíciles y no hacerse menos frente a figuras poderosas, pero también era conocida por ocasionalmente vociferar a un grado tal que hacia a sus colegas enfadar y desear que tuviera prisa. Thomas no era una periodista auto-identificados como de defensa tal como lo es Ramos, quien ha dejado claro que él es un abogado y un periodista. Sin embargo, con el tiempo se volvió una defensora de los derechos de los palestinos, un tema del cual a menudo frecuentaba hablar.
Lo que hizo Ramos llevó el enfoque de Thomas al extremo. Los periodistas sí tienen el derecho y la responsabilidad de hacer preguntas difíciles, así como el derecho a ser defensores de una causa en lugar de tomar una postura neutra. Pero acaparar el micrófono no es libertad de expresión.
Jorge Ramos ha estado tratando de conseguir una entrevista con Trump desde hace meses. Recientemente en CNN criticó los planes del primer lugar de popularidad ente los candidatos del Partido Republicano, de levantar un muro fronterizo y realizar más deportaciones, una señal de que él está en la larga tradición de periodismo de abogacía.
La ironía es que Ramos probablemente ayudó al peleador Trump, quien ha ganado importancia política por ser participe de discusiones. Basada en recibir tanta atención como sea posible en las primeras etapas de las elecciones, la estrategia aparente de Trump es ayudada, en lugar de instigada por el enfoque de Ramos, ya que permite que el candidato se quede en los titulares. La discusión del martes por la noche es similar a la actual guerra de Trump con Megyn Kelly, que ha vuelto a encender desde el primer debate del Partido Republicano.
Este tipo de enfrentamientos hacen al candidato y al reportero más famosos; pero la idea de que se pueda maniobra, intimidar, vociferar o dejar callado a Trump, y despues de haber logrado esto, obligarlo a explicar o hacerlo declinar sus polémicas declaraciones sobre la inmigración, es equivocó después de tomar en cuenta el comportamiento típico del candidato.
Sobre las encuestas de los votantes hispanos, parecería que Trump ha colgado en su mayoría con sus propias palabras.
Matthew Cooper contribuyó a este texto.