Muy a su estilo irreverente, el artista
urbano londinense, que hizo fama mundial por su técnica de graffiti transgresor
y prolífico, ha creado Dismaland, Bemusement
Park, el parque de atracciones parodia de Disneyland que ya abrió sus
puertas y el público en general podrá visitarlo hasta el 27 de septiembre por
unos 4 euros (79 pesos).
Su “exposición de arte y entretenimiento
para anarquistas principiantes”, según su propia definición, está situado en un
recinto abandonado de 10 000 metros cuadrados en la ciudad balneario
Weston-Super-Mare, en North Somerset, una zona costera al oeste del Reino
Unido.
Inquietante, reflexiva, con fino humor
negro, su visión siniestra y satírica de la actualidad se representa en
instalaciones macro, micro y de tamaño real donde igual se puede ver una
princesa que volcó de su carroza con paparazzis al lado; singulares barquitos a
la deriva, de migrantes africanos y de medio oriente, simpáticos roedores de
laboratorio y un descarnado carrusel; por mencionar algunos.