La Zona Metropolitana del Valle de México se secó desde hace 20 años, por lo que el agua tiene que recorrer cientos de kilómetros por el sistema Cutzamala para llegar a ella; mientras tanto, en las colonias populares que han surgido en la periferia cada vez es más común ver pipas que transportan el agua potable a donde no llega por medio de las tuberías, y en otros lugares menos accesibles es frecuente observar gente que la acarrea en cubetas.
Esa travesía es el argumento con el que el documental ‘H2O MX’, dirigido por José Cohen y Lorenzo Hagerman, detona la interrogante sobre qué ocurriría si, como anticipan los expertos, el Valle de México se quedara sin agua dentro de ocho o 10 años, y esta difícil circunstancia ocasionara el colapso del principal centro de actividades económicas, políticas y sociales del país, donde se genera el 25 por ciento de su producto interno bruto.
A través de diferentes voces, entre las que se cuentan antropólogos, ingenieros, científicos e investigadores de diversos rubros, este trabajo cinematográfico, que actualmente está en cartelera, muestra cómo en pleno siglo XXI el Valle de México enfrenta las consecuencias de las decisiones tomadas hace 500 años, cuando se optó por secar una ciudad que tuvo su origen en una región lacustre.
Y es que los 143 metros cúbicos de agua por persona con los que cuenta este lugar anualmente, son insuficientes para abastecer a sus 22 millones de habitantes, ya sea en colonias periféricas de las delegaciones Tlalpan y Xochimilco, o en la céntrica zona de la Condesa, donde desde hace varios años el desabasto es ya también un problema, pues, además, el 40 por ciento del agua que la Zona Metropolitana importa de otros estados se desperdicia en fugas.
Pero, ¿qué pasa con esas miles de personas que viven ahí donde no llega el agua potable? Son los testimonios de la misma gente los que cuentan que, en el mejor de los casos, una vez por mes tienen que pagarle a una pipa para que transporte agua (que es gratuita) hasta sus casas para cubrir de ese modo el consumo de aproximadamente cuatro personas; de lo contrario, deben caminar distancias significativas y hacer alrededor de seis viajes para conseguir 120 litros de este líquido.
Asunto aparte es la contaminación del agua, pues a ella van a parar muchos de los desechos de quienes la usan. Lo que no se toma en cuenta es que el agua que se utiliza en el Valle de México se va a zonas como El Mezquital, en Hidalgo, para regar vegetales y legumbres, por lo que la suciedad que lleva regresa en los alimentos.
No se trata de ser pesimistas
Pero, como lo expresa José Cohen, no se trata de que los habitantes del Valle de México asuman un tono fatalista, sino de que entiendan que como ciudadanos empoderados con información, pueden ejecutar acciones al respecto y entrar en debate con las autoridades para armar un plan verdaderamente útil, en donde investigadores expertos sean quienes lleven la agenda, y por medio del cual pueda transitarse hacia la sustentabilidad del agua en los próximos 10 años.
Muestra de ello es la asociación civil Isla Urbana que, partiendo de la paradójica situación de que en el mismo lugar que carece de agua potable caen torrenciales lluvias capaces de causar terribles inundaciones, ha enseñado a los habitantes de la delegación Tlalpan a captar agua de lluvia en los 1300 contenedores que han instalado, a través de los que se recolectan 60 millones de litros al año.
Finalmente, el mensaje de ‘H2O MX’ es que las soluciones en el tema del agua pueden llegar desde la sociedad civil, y que son los mismos ciudadanos los que, además de evitar el desperdicio, pueden generar acciones al respecto y frenar el desastre para las siguientes generaciones.
‘H2O MX’
Dirección: José Cohen y Lorenzo Hagerman.
Guion: Olga Cáceres y Alejandra Liceaga.
Fotografía: Sylvestre Guidi, Gaetan Mariage, Jaime Reynoso, Guillermo Rosas y Bernabé Salinas.
Música: Ariel Guzik.
Sonido: Samuel Larson.
Edición: Omar Guzmán, Lorenzo Hagerman y Paula Heredia.
Producción: Alejandra Liceaga.