En el Santuario Mandela, en Johannesburgo, los delegados de decenas de países se acercan uno a uno a colocar artesanías sobre una estructura. Sus manos, al igual que cada pieza, provienen de distintos lugares del mundo y cargan una historia única.
En el Santuario Mandela, en Johannesburgo, los delegados de decenas de países se acercan uno a uno a colocar artesanías sobre una estructura. Sus manos, al igual que cada pieza, provienen de distintos lugares del mundo y cargan una historia única.