Al menos 82 personas murieron y decenas resultaron heridas en un violento terremoto que sacudió la isla indonesia de Lombok el domingo, justo una semana después de otro mortal sismo en el mismo lugar.
El nuevo sismo tuvo magnitud 7 y su epicentro se localizó a 10 km de profundidad, según el servicio geológico de Estados Unidos (USGS). Le siguieron dos temblores secundarios- uno de magnitud 5.4- y unas 20 réplicas.
Las autoridades indonesias lanzaron una alerta de tsunami, que levantaron más tarde. El agua del mar entró sin embargo en dos localidades costeras, dijo a una televisión local Dwikorita Karnawati, un alto responsable de la agencia de gestión de catástrofes.
La sacudida se sintió con fuerza en la vecina isla de Bali, uno de los destinos turísticos más populares de Indonesia, donde residentes y turistas salieron a las calles despavoridos. También provocó daños leves en la ciudad javanesa de Bandung, a unos 955 km de distancia.
Este es el segundo terremoto de gran potencia que sacude la isla de Lombok en una semana. El 29 de agosto, un sismo de magnitud 6.4 pero mucho menos profundo dejó 17 muertos y destruyó cientos de edificios. También provocó corrimientos de lodo y piedras que tomaron por sorpresa a los senderistas que recorrían las montañas de la isla, muchos de los cuales quedaron bloqueados y tardaron más de 24 horas en descender.
En esta ocasión, según los socorristas, la mayor parte de los daños se concentraron en la principal ciudad de la isla, Mataram.
“Todo el mundo estaba en pánico”
El balance anterior era de 37 víctimas mortales. Entre los muertos hay un bebé de un año y una persona de 72 años, informó previamente otro portavoz, precisando que al menos 52 personas resultaron heridas.
Habitantes de la ciudad describieron una violenta sacudida que precipitó a la gente fuera de los edificios.
“Todo el mundo corrió inmediatamente fuera de sus casas, todo el mundo estaba en pánico”, relató a la AFP Iman, que como muchos indonesios solo tiene un nombre.
En varias puntos de la ciudad se cortó el suministro eléctrico y los pacientes tuvieron que ser evacuados de los principales hospitales, explicaron responsables y testigos.
En imágenes difundidas por los medios podía verse a pacientes yaciendo en camillas fuera de una clínica mientras doctores con batas azules se ocupaban de ellos.
Un portavoz de la agencia indonesia de gestión de catástrofes, Sutopo Purwo Nugroho, afirmó que numerosos edificios resultaron dañados en Mataram.
“La mayoría eran inmuebles construidos con materiales poco sólidos”, precisó.
El ministro del Interior de Singapur, K. Shanmugam, que se encontraba en Lombok para una conferencia sobre seguridad cuando tuvo lugar el terremoto, describió en Facebook la violenta sacudida que sintió en su habitación de hotel, situada en una 10ª planta.
“Las paredes se fisuraron, era casi imposible permanecer de pie”, afirmó.
Indonesia, un archipiélago de 17,000 islas e islotes, se sitúa en el conocido como “cinturón de fuego” del Pacífico, una zona de fuerte actividad sísmica. Aunque el país registra numerosos seísmos, la mayoría no son peligrosos.
En 2004, un tsunami provocado por un terremoto de magnitud 9,3 frente a la costa de Sumatra, en el oeste de Indonesia, dejó 220,000 muertos en varios países del Océano Índico, 168,000 de los cuales en Indonesia.