Los presidentes Vladimir Putin y Donald Trump se encontrarán próximamente “en un país tercero” para su primera cumbre bilateral, en la que buscarán relanzar las deterioradas relaciones entre Rusia y Estados Unidos.
“Lo que puedo decir es que hemos llegado a un acuerdo para celebrar una cumbre, e incluso hemos acordado la fecha y el lugar” del encuentro, que se anunciarán el jueves, declaró a las agencias de prensa rusas el consejero del Kremlin, Yuri Ushakov.
Este cara a cara se celebrará en “un país tercero”, “muy práctico tanto para Rusia como para Estados Unidos”, añadió al término de una visita a Moscú del consejero para Seguridad Nacional de la Casa Blanca, John Bolton.
Desde Washington, Trump dijo que aún no conocía el informe completo de Bolton sobre los planes para una cumbre con Putin, “pero parece que nos encontraremos probablemente en un futuro no muy lejano”.
“Creo que hablaremos sobre Siria. Creo que hablaremos sobre Ucrania. Creo que hablaremos de muchos otros temas. Y ya veremos qué pasa […] Pero creo que de las reuniones con personas pueden salir muchas cosas buenas”, aseguró el mandatario estadounidense.
Donald Trump había enviado a su consejero a Moscú para sentar las bases de esta muy esperada cumbre, pensada para relanzar las relaciones bilaterales, que nunca habían sido tan malas desde el fin de la Guerra Fría, envenenadas por la guerra en Siria, la crisis ucraniana y las acusaciones de injerencia rusa en las presidenciales estadounidenses de 2016.
A pesar de sus promesas de campaña sobre un acercamiento a Moscú, Trump solo vio a su homólogo ruso al margen de reuniones internacionales. La última vez fue en noviembre de 2017.
La visita del consejero estadounidense “da la esperanza de que suponga […] el primer paso para restablecer relaciones completas entre nuestros Estados”, declaró Putin al recibir a Bolton en el Kremlin.
“Desgraciadamente, las relaciones ruso-estadounidenses no están en el mejor nivel”, lamentó el presidente ruso, considerando que “en gran parte es el resultado de la dura lucha de política interior en Estados Unidos”.
Putin, cuyo país acoge actualmente el Mundial de Futbol, felicitó a Estados Unidos por haber logrado, junto con México y Canadá, la organización de la Copa del Mundo de 2026: “Compartiremos nuestra experiencia con ustedes con gusto”, dijo sonriendo.
¿A mediados de julio?
Según Ushakov, la cumbre puede incluir un cara a cara, un almuerzo de trabajo, una conferencia de prensa conjunta y la publicación de una “declaración común que podría subrayar las próximas etapas de las dos partes para mejorar las relaciones bilaterales”.
Bolton, que no excluyó “acuerdos concretos”, explicó ante la prensa que el objetivo principal es reanudar el diálogo “en interés” de Estados Unidos y “a pesar de las críticas políticas”, en un momento en que la investigación sobre las acusaciones de injerencia rusa y las sospechas de colusión entre el Kremlin y el equipo de campaña de Trump envenenan la presidencia del republicano.
“El presidente Trump consideró, y el presidente Putin estuvo de acuerdo, que era hora de que los dos se reunieran”, explicó el consejero estadounidense. “La celebración de la cumbre ya es en sí misma un resultado”.
Durante la cumbre, Trump “dirá claramente que es totalmente inaceptable inmiscuirse en nuestras elecciones”, aseguró el secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo, durante una audiencia parlamentaria en Washington.
Para calmar los ánimos en un momento en que diputados estadounidenses y de países aliados se preocupan sobre las posibles concesiones que se pudiera hacer a Putin, el jefe de la diplomacia estadounidense reafirmó que Washington “rechazará” la anexión de Crimea por Rusia, la intervención en el este de Ucrania y la ocupación parcial de Georgia.
La cita podría tener lugar en una capital europea, antes o después de la cumbre de la OTAN, prevista para los días 11 y 12 de julio en Bruselas, según medios de comunicación rusos y extranjeros.
El día 13, Trump viajará a Londres, en tanto que Putin asistirá el 15 a la final del Mundial de fútbol.
Viena y Helsinki se presentan como las principales candidatas para acoger la cumbre, que se celebrará en un contexto de tensión entre Trump y sus aliados europeos, evidente sobre todo desde la cumbre del G7 en Canadá a inicios de junio.