Un reciente robo a la plataforma petrolera Xux-A, ubicada en el sureste del Golfo de México, paralizó la producción en pozos petroleros de Pemex y provocó una pérdida de 40,000 barriles diarios de crudo así como una cifra millonaria en bienes materiales que fueron a parar al mercado negro.
SEIS LANCHAS se desplazan a 11 nudos —11 millas náuticas por hora—. Con parsimonia surcan las aguas del Golfo de México. A medida que avanzan, apenas levantan el apretado oleaje que se abre y cierra. De fibra de vidrio y pintadas de color blanco, aguamarina y azul cielo, las lanchas se parecen a las que utilizan los pescadores ribereños; solo que estas llevan adaptados potentes motores turbo fuera de la borda, que alcanzan entre 200 y 500 caballos de fuerza.
A simple vista, sus tripulantes podrían pasar por pescadores furtivos: visten de civil y usan cachuchas en una zona en la que solo ingresan “legalmente” personas que portan uniformes y equipamiento especializado. Ello, conforme al protocolo para poder trabajar en este trecho del golfo donde se explora, extraen y producen hidrocarburos. Solo que, a diferencia de los pescadores, los tripulantes de estas seis lanchas sí calzan botas especiales que les protegen de resbalar o derrapar al estar a bordo de un artefacto náutico.
Más aún, a diferencia de los pescadores que se internan en altamar —traspasando los límites permitidos con sus redes ansiosas por atrapar camarones, robalos, mojarras o cazones que comercializan para subsistir—, los viajantes de estas seis lanchas tienen un propósito enteramente distinto: desvalijar plataformas petroleras.
Se trata de 20 hombres distribuidos de tres y cuatro por lancha, a bordo de las seis barcazas que, la mañana del pasado 19 de mayo, zarparon de Puerto Frontera, en el litoral de Tabasco, donde convergen muelles comerciales, de pesca, de Petróleos Mexicanos (Pemex) y de compañías privadas.
En el argot náutico, se les conoce como guateros. Navegan al noreste, entre la mansedad de las aguas que regala el último mes de primavera. Oficialmente, esta área del golfo está blindada por las fuerzas armadas y grupos policiacos federales por lo que, a medida que las lanchas se internan en un área restringida a pescadores y a cualquier embarcación ajena a la industria petrolera, se supondría que deberían detenerlas, al irrumpir en una zona clasificada como de seguridad nacional. Esto no ocurrirá. Desde la Torre de Control de Pemex se debe advertir de su presencia y, en teoría, se debería atajar su paso a la zona de plataformas. Esto tampoco pasará.
Como si fuesen invisibles a ojos de autoridades, directivos y especiales (personal de seguridad física) de Pemex, las lanchas avanzarán más de diez kilómetros allá de Puerto Frontera rumbo a los campos petroleros. Y sin obstáculo alguno, maniobrarán hasta adentrarse en el campo Xux: uno de los más importantes yacimientos de gas y condensado descubierto por Pemex apenas a finales de 2009 y que comenzó a explotarse este sexenio.
Un nuevo saqueo en el Golfo de México ocurrirá a plena luz del día y sin detención alguna. Con base en entrevistas a diversos testigos, revisión de primera mano a información y comunicaciones entre funcionarios de Pemex —incluida el área de Control Marino y áreas portuarias de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes—, Newsweek en Español pudo reconstruir el atraco más reciente a plataformas petroleras de Petróleos Mexicanos. También obtuvo, en exclusiva, material gráfico con el que se registra el ilícito de mayo pasado, donde se documenta el robo a la plataforma Xux-A, así como fotografías que registran atracos anteriores en la plataforma Tsimin, en la misma zona del Golfo.
ROBOS MILLONARIOS
En las aguas territoriales del Golfo de México se encuentra el Xux: uno de los campos de las llamadas aguas someras. Se ubica en los lindes de la porción suroccidental del Pital Tectónico de Akal, a solo diez kilómetros de distancia de Puerto Frontera y a 55 kilómetros de la Terminal Marítima de Dos Bocas.
Las plataformas de perforación tipo octópodo —llamadas Xux-A y Xux-B— perforan 14 pozos que son altamente productivos en hidrocarburos y que tienen gas y condensado de buena calidad. Estas plataformas le costaron a Pemex más de 400 millones de pesos cada una, según datos de las licitaciones 18575106-521-11 y 18575106-522-11, a través de las cuales se adquirieron. Fueron construidas exprofeso por las empresas Evya y Construcciones Mecánicas Monclova y se pusieron en operación en 2014; es decir, por su vida útil, son prácticamente nuevas.
El pasado 19 de mayo, cuando las lanchas con tripulantes vestidos de civil se aproximaban al Xux, fueron aminorando su velocidad hasta colocarse a un costado de la plataforma Xux-A —que se halla a un tirante de agua de 15 metros.
Una vez que la proa de la primera lancha rozó con las patas de esta, el resto de barcazas se detuvieron. Apagaron sus motores y quedaron flotando mientras algunos de los tripulantes se amarraron con arneses y reptaron hábilmente por las patas de la plataforma, cargando consigo herramientas. Ya en cubierta se quitaron los arneses y con maestría comenzaron a desatornillar, desoldar y arrancar equipos y materiales. Mientras unos desmontaban estructuras de las pistas de anaviaje, luces de navegación, válvulas y tubería, otros los llevaban a las lanchas. Nadie los detuvo.
Las Xux son plataformas que Pemex identifica como “satélite”. Esto significa que no cuentan con personal fijo a bordo aunque sí son monitoreadas permanentemente desde la Torre de Control y en revisiones físicas de forma directa. Son también los equipos más nuevos con que cuenta la industria petrolera mexicana y que se han convertido en el principal blanco de robo.
Luego de haber tomado los materiales de su interés, los guateros volvieron a amarrarse de nuevo a los arneses y descendieron hacia las lanchas. Los materiales y equipos robados eran tantos que, ya dispuestos en las lanchas no pudieron ser cubiertos por lonas plásticas. Así, a plena luz del día, con la carga semidescubierta, las embarcaciones retornaron, sin interrupción alguna, a los mares oficialmente “blindados”.
De acuerdo con información del personal operativo en la zona a la que se tuvo acceso, los materiales sustraídos en la plataforma Xux-A paralizaron la producción en los pozos y provocaron una pérdida de 40,000 barriles diarios de crudo, lo que podría equivaler a unos 2 millones 600,000 dólares diarios, si se considera el precio de referencia del barril de petróleo mexicano, que por estos días promedia los 65 dólares.
Ese sábado, aún de primavera, tras desvalijar la plataforma, y dado el gran peso que transportaban, los hombres de las lanchas retornaron lentamente a la costa. Su camino concluyó en la zona de Puerto Chiltepec, en las inmediaciones de la Barra de Chiltepec, en el municipio de Paraíso, Tabasco, donde hay varios canales y atracaderos para lanchas pesqueras y de recreo, que en otros tiempos tuvieron auge en el comercio fluvial, principalmente del cacao. Allí los aguardaba un tráiler para descargar y asegurar el equipo de Xux-A para luego trasladarlo hasta los patios de un terreno ubicado en la misma zona del río.
La mercancía robada fue, a su vez, redistribuida: las luces de navegación y los equipos de comunicación se trasladaron a la Ciudad de México; las válvulas y otros equipos fueron llevados a “la maquiladora” —un taller que opera en Paraíso. Se buscó darles su “manita de chango” a las piezas y los equipos sustraídos de las plataformas petroleras, es decir, limpiarlas y repintarlas para su reventa —como si fueses nuevas.
El grupo criminal dedicado al robo de piezas a plataformas de Pemex tiene una segunda maquiladora similar en Coatzacoalcos, Veracruz. Y el resto de materiales suelen venderse como chatarra a una tarifa diferenciada (tipo A, tipo B, tipo C) según su calidad.
Los materiales de las plataformas petroleras —que los delincuentes comercializan a empresas privadas que se dedican a manufacturar, rehacer o fundir esos materiales— se pagan según sus condiciones físicas: el tipo A es el material limpio, que no debe tener nada pegado, ni soldadura ni nada; el material B son tubos, que deben estar limpios; y el material C se clasifica como pedacería, y es el que lleva adherida soldadura o tiene alguna perforación.
El robo de equipos y materiales a plataformas petroleras costa afuera se ha convertido en un negocio muy lucrativo para grupos criminales que operan en el Golfo de México. Por ejemplo, solo las luces de ayuda a la navegación sustraídas en la Xux-A en el atraco del 19 de mayo cuestan 159,632 dólares; es decir, poco más de 3 millones de pesos.
Cabe recordar que la estructura de pista de anaviaje que se sustrajo de la plataforma Tsimin, entre la noche del 31 de octubre y la mañana del 1 de noviembre pasado —un robo que fue revelado por Newsweek en Español en su edición No. 46— vale 641,000 dólares, casi 13 millones de pesos. En esta entrega se presenta material fotográfico que evidencia daños por el robo de otros equipos en la misma plataforma.
‘MODUS OPERANDI’
Si bien el de la Xux-A es el robo más reciente a una plataforma de Pemex, este tipo de ilícito se comenzó a registrar en el año 2008. Como lo documentó Newsweek en Español en noviembre pasado, hay grupos criminales que llevan ya una década operando en el lugar.
Entrevistas a trabajadores de las plataformas petroleras en la zona, de compañías privadas basadas en los puertos de Dos Bocas, Puerto Frontera y Puerto Chiltepec, y el acceso a información confidencial, proporcionada por autoridades federales, atribuyen la operación a un grupo organizado que se dedica al robo de materiales y equipos a plataformas del Golfo de México —y que supuestamente se vincula a los Zetas. En este participarían varios miembros de familias asentadas en Chiltepec. De hecho, a uno de sus líderes se le identifica con el sobrenombre de Shichito.
Chiltepec es una pequeña villa y puerto pesquero que tiene menos de mil habitantes y que pertenece al municipio de Paraíso; se ubica a 18 kilómetros de la cabecera municipal, y a 98 de Villahermosa, capital de Tabasco.
El grupo referido supuestamente opera terrenos y bodegas aledañas a los puertos de Dos Bocas, Chiltepec y Frontera. Uno de estos terrenos sería el que se ubica en las inmediaciones de la carretera Paraíso-Comalcalco, adonde se guardaron paneles y equipos “muy parecidos” a los que, entre la noche del 31 de octubre y la mañana del 1 de noviembre de 2017, fueron desvalijados de las plataformas Tsimin, como reveló en exclusiva este medio.
Este grupo utiliza lanchas similares a las de los pescadores ribereños pero con motores potentes fuera de borda. Las plataformas convertidas en blanco de sus atracos son en su mayoría plataformas que Pemex identifica como “satélite” y que no cuentan con personal fijo a bordo —aunque deben estar permanentemente vigiladas— y, además, la Torre de Control de Pemex registra todo lo que ocurre en cada plataforma y artefacto marítimo en el Golfo; es decir, cualquier tipo de embarcación.
En las plataformas los atracadores desvalijan desde las pistas de anaviaje hasta las luces de navegación que en una plataforma son algunos de los equipos más costosos. También, bombas, válvulas, tableros y hasta cableado y cobre. Cada equipo o material es de gran interés para el mercado negro.
Los equipos suelen bajarlos en lanchas hasta zonas ribereñas, en los tres puertos ya citados, y los materiales que se sustraen los guardan en bodegas y espacios dispuestos en las inmediaciones portuarias donde se realiza la clasificación para la venta.
Según fuentes internas de Pemex, equipos como las luces de navegación se llevan luego a la Ciudad de México, donde ya se tienen compradores. Las válvulas se meten a “reformar”, es decir, se calibran y remozan en dos talleres —el de Paraíso y el de Coatzacoalcos— para luego revenderse a compañías contratistas. Estas compañías, basadas en Campeche y Tabasco, a su vez las utilizan para sus equipos o se las revenden a Pemex. El resto de los materiales se comercializa como chatarra tanto en Tabasco y en Veracruz.
En los últimos meses no solo las plataformas que Pemex tiene en el Golfo de México son blanco de sus atracos, sino las compañías de la zona de Tabasco que construyen plataformas petroleras. Estas compañías han debido incrementar su seguridad particularmente en Paraíso.
El encargado del área de operaciones de una de estas empresas, que ha construido plataformas para Pemex, explica: “Operan en grupo siempre, mínimo de 15 a 20, se brincan las rejas, y se llevan todo lo que pueden. Hace unos meses aquí todas las noches se metían y arrasaban con lo que se encontraban en los patios. Una vez se llevaron un carrete de más de dos metros de ancho que traía 150 metros de cable de 5 centímetros de ancho, brincándose las bardas; entre todos se lo cargaron y se lo llevaron. Acá se decidió contratar seguridad privada, y allí vigilan desde las torretas, pero ni con eso hemos podido parar los robos”, revela.
ZONA DE RIESGO
El campo Xux, blanco del atraco más reciente, forma parte de lo que administrativamente Pemex llama Proyecto Tsimin- Xux, que es uno de los proyectos operativos que en este sexenio se identifican como estratégicos en la región sureste del Golfo de México.
En esta región hay 19 plataformas: Xux-A, Xux-B, Tsimin-A, Tsimin A-1, Tsimin A-2, Tsimin-A-3, CA-Tsimin-A, HA-Tsimin-A, Tsimin-B, Tsimin-C, Tsimin-D, May-A, CB-Litoral-A, PB-Litoral-A, CA-Litoral-A, PB-Litoral-T, HA-LT-A, HA-LT-A2, E-Litoral-A, conectadas entre oleoductos, gasoductos y oleogasoductos.
Información interna de Pemex, a la que tuvo acceso este medio, identifica robos a plataformas de esta zona así como a campos de Cantarell.
Entre las plataformas que han sido blanco de atracos desde 2008, con una incidencia cada vez más frecuente desde 2016, se encuentran la Yaxché-Bravo, Litoral Tabasco, Litoral-A, Kab-A, Kix-2, Sinan-SO, Akal-N, Tsimin-A, Tsimin-B, Tsimin-C, Tsimin-D, Akal-N, Xux-B, May-A, Xux-A, Manik-A, Balam, Etkal-101, Tumut-A, Kuil-A, Chuc-B, Bolontiku-A.
Algunas de estas plataformas han sido saqueadas en varias ocasiones. Las más vulneradas han sido las plataformas Bolontiku-A, que cuenta ya siete robos —cuatro en 2016 y tres en 2017—; la Tsimin-A —atracada en cinco ocasiones—, y la May-A —tres veces.
En 2016 se registraron 38 hurtos; en 2017 la cifra de hurtos ascendió a 103. Y este año se han registrado una veintena de atracos a las plataformas. El más reciente: el de Xux-A.
En el Golfo de México hay 235 plataformas petroleras costa afuera. En torno a estas hay una restricción mínima de distancia de 200 metros e incluso en algunos polígonos de hasta 49 kilómetros para cualquier embarcación ajena a la actividad petrolera, incluidas las pesqueras. Aprovechando que muchos pescadores desafían los cercos adentrándose a pescar, ahora los atracadores de plataformas utilizan en su mayoría ese mismo tipo de embarcaciones como fachada, para colarse en la zona a cometer sus ilícitos.
Newsweek en Español presenta fotografías exclusivas donde se ve a los presuntos saqueadores saliendo con los equipos robados tanto en la Xux-A ocurrido apenas este 19 de mayo, así como los robos en la plataforrma Tsimin en la que se usaron embarcaciones similares a las utilizadas en el atraco a la Xux-A.
En las fotografías se observa el atraco a la plataforma Tsimin-C: cuatro hombres vestidos de civil, dos de ellos con playeras rojas y cachuchas, quienes llegaron a bordo de la lancha, dos de ellos subieron a la plataforma, desconectaron equipos que sus cómplices les ayudaron a cargar y juntos los cuatro retornaron con su lancha cargada hasta la Terminal Marítima de Dos Bocas, a 62 kilómetros de distancia del campo Tsimin.
CLASIFICA SEMAR ROBOS
El área interna de Secretaría de Marina-Armada de México (Semar) ha identificado una serie de ilícitos que ocurren en la Sonda de Campeche y el litoral de Tabasco, y que se detallan en un documento interno clasificado como “Confidencial”, al cual tuvo acceso este medio. En orden de incidencia se identifica el robo a instalaciones marítimas de Pemex:
“Un ilícito común es el robo de material y equipos en las plataformas marinas, en particular de los bancos de baterías o válvulas y tuberías. Este hurto provoca que las plataformas no estén bien habilitadas, lo cual facilita que una embarcación pueda aproximarse y robar el material y los equipos”.
En segundo orden de incidencia se identifica el tráfico o robo de combustible:
“El tráfico se realiza de manera ilegal entre buques contratados por Pemex para diferentes servicios relacionados con la Sonda de Campeche y buques provenientes de países centroamericanos, que venden el combustible en sus países de origen.
También se ha detectado que barcos pesqueros nacionales reciben combustible de manera ilícita, con el fin de abatir sus costos de operación, o incluso obtener ganancias con la venta del combustible al crimen organizado.
También es del conocimiento de la Semar que durante el suministro de combustible a las plataformas para su operación, las cantidades que se entregan son alteradas, y los buques se quedan con excedentes de combustibles que venden después de manera ilegal”.
Se identifica también la pesca ilegal en proximidades de plataformas, es decir, a menos de 500 metros de estas:
“Si bien se han restringido la pesca y el tráfico de buques y embarcaciones en la sonda de Campeche, es común que tanto buques como embarcaciones pesqueras se introduzcan al área, lo cual además de dificultar la operación de los buques prestadores de servicios, pone en riesgo las vidas de los pescadores infractores, que pueden ser embestidos por algún buque que se encuentre realizando sus maniobras o cuando cometen este ilícito en condiciones de visibilidad restringida. Esta actividad ilegal pone también en riesgo las instalaciones como ductos de petróleo y gas”.
Se cita luego el tráfico de mercancías ilícitas:
“Este tráfico se realiza, entre otras maneras, en buques abastecedores al área de las plataformas, en los que se introducen las mercancía ilegales, que de este modo pueden pasar inadvertidas al estar mezcladas con la mercancía legal”.
Newsweek en Español solicitó una entrevista con los directivos de Pemex para hablar de los robos a las plataformas petroleras. Hasta el cierre de esta edición no hubo respuesta.