En el próximo proceso del 1 de julio no será el voto duro quien defina la elección presidencial, de acuerdo con Alfredo Estrada Caravantes, Director de la Escuela de Derecho de CETYS Universidad Campus Tijuana.
Según el comunicado de la CETYS, esto responde a que los ciudadanos han perdido el miedo a votar por un candidato en lugar de la institución que los respaldó.
“Hablar de voto duro es referirnos a la cantidad de personas que siempre votan por un mismo partido en todas las elecciones, en nuestro país el más amplio lo han ganado los dos partidos con mayor historia y eso es lo que los ha hecho más competitivos, sin embargo, para estas elecciones ese no será el caso”, puntualizó el Estrada Cervantes.
El académico destaca que en una importante proporción, el voto duro ha disminuido y ha abierto paso a actores llamados como switchers, fenómeno que en México conocemos como voto cruzado, y del que hablamos en el #38 de Newsweek en Español Baja California.
El término switchers —nacido en el derecho electoral estadounidense—, se refiere a electores que toman como principal referencia su perspectiva respecto al candidato, dejando en un segundo plano el tema del partido o coalición a la que pertenecen.
“Poco a poco la gente le ha perdido el miedo a votar por un candidato, estas elecciones serán definidas por los llamados switchers, seguramente el PRI (Partido Revolución Institucional) y el PAN (Partido Acción Nacional) contarán con el respaldo de su voto duro, sin embargo, este actualmente oscila entre un 15% o menos y una elección a la presidencia no se puede ganar con esa estadística”, compartió el Alfredo Estrada.
En relación con el voto joven, destacó que históricamente el segmento que va de los 18 a los 29 años de edad es el que menos vota, principalmente como resultado de la dificultad para concientizarlos y convencerlos de la relevancia que tiene ejercer su derecho ciudadano.
Sin embargo, para el académico de CETYS Universidad no todo está dicho, pues es ese sector de la población es el que en anteriores ocasiones ha demostrado que el cambio está en ellos.
“Ha sido en los momentos donde se tiene la sensación de que pueda darse un cambio que el porcentaje de participación de los jóvenes se eleva, dos grandes casos se dieron en las elecciones a la gubernatura de Baja California en 1989 y en el proceso del 2000 para elecciones presidenciales, dándose en ambos casos la alternancia política que tanto se buscó en aquel entonces”, puntualizó.
Además, en la revista abordamos el tema en el reportaje “¿Se impondrá el voto joven?” de la edición #36, en el que contrastamos la influencia de las redes sociales con la participación electoral de los jóvenes.