La renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) se acercan a su recta final en medio de fuertes tensiones bilaterales que parecen no llegar a una solución amistosa. Estados Unidos, México y Canadá buscan modernizar el tratado vigente desde hace 24 años y el sector automotriz está en el centro de las negociaciones, pero no se han reducido las diferencias sobre los criterios para importar automóviles libres de impuestos.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, congregó este viernes a los principales fabricantes de autos del mundo y los presionó para aumentar la producción doméstica al tiempo que reiteró su descontento sobre el TLC.
“El TLCAN ha sido un horrible, horrible desastre para el país. Y veremos si conseguimos tornarlo razonable”, dijo Trump al abrir la reunión en la Casa Blanca.
Trump no dio indicios de que el acuerdo pueda ser afectado por una fecha límite fijada para la semana próxima, pero los negociadores de Canadá y México afirmaron que están centrados por el contenido y no por los plazos.
Las conversaciones están estancadas en las demandas de Washington por aumentar la cantidad de componentes estadounidenses en los autos que califican para ser importados libres de aranceles. Y el reloj está corriendo.
La ministra canadiense de Exteriores Chrystia Freeland, quien pasó la semana en Washington para reunirse con el ministro de Economía de México Ildefonso Guajardo y el Representante Comercial de Estados Unidos Robert Lighthizer, dijo a periodistas que “las negociaciones insumirán el tiempo que se precise para llegar a un buen acuerdo”.
El presidente de la Cámara de Representantes, Paul Ryan, dijo que se necesitaría un acuerdo por escrito hacia el jueves próximo para que de esa forma el Congreso pueda votarlo este año. Los republicanos son mayoría, pero la situación podría cambiar en las elecciones legislativas de noviembre.
Guajardo dijo que funcionarios comerciales seguirán las discusiones y los ministros estarán a la orden para seguir negociando la semana que viene. Advirtió empero que “no vamos a sacrificar la calidad debido a presiones por plazos”.
Reglas de emisión
Trump dijo que uno de los objetivos de la reunión con los ejecutivos de la industria automotriz era el de centrarse en “cómo fabricar más autos en Estados Unidos”.
“Tenemos una gran capacidad de fabricación. Importamos muchos autos y queremos que muchos de esos vehículos sean hechos en Estados Unidos”, dijo.
Los máximos jefes de Fiat Chrysler (FCRA), Ford y General Motors, y altos ejecutivos de BMW, Mercedes, Nissan, Toyota y Volkswagen asistieron a la reunión.
Trump elogió al presidente de Fiat Chrysler Sergio Marchionne porque esa compañía planea trasladar a Estados Unidos su planta de fabricación del popular Dodge Ram, que actualmente produce en México.
“Ahora, él es mi favorito en esta sala”, dijo Trump dirigiéndose a Marchionne. “Es muy bueno. Dejar México, irse a Michigan. Eso fue muy bien recibido. Lo aprecio. Muchas gracias”, le expresó.
En enero, Fiat Chrysler anunció inversiones por 1,000 millones de dólares para montar una planta de ensamblado en Michigan que generará 2,500 empleos.
Trump también quiso hablar sobre los planes de dejar atrás los estándares CAFE para el combustible aprobados en enero de 2017, en los días finales de la presidencia de Barack Obama. Esas normas apuntaban a reducir la emisión de gases que contribuyen al recalentamiento del planeta.
Los fabricantes de autos dicen apoyar los cambios a esas normas y piden que se establezca un standard nacional. California, por ejemplo, tiene reglamentaciones más estrictas que otros estados.
Pérdidas a la vista
Las consecuencias por la incertidumbre de la renegociación se han reflejado en la moneda mexicana, pues el peso perdió terreno por cuarta semana consecutiva. La caída fue de 15.35 durante la semana comprendida entre el 2 y 8 de mayo, un día antes de que el tipo de cambio alcanzara un máximo en el año de 19.7025 pesos por dólar, y borrara las ganancias acumuladas durante los primeros cuatro meses del año.
La moneda nacional finalizó la semana con una depreciación de 0.64 por ciento o 12.4 centavos, y cotizar alrededor de 19.39 pesos por dólar, de acuerdo con el grupo financiero Banco Base.
El Congreso de Estados Unidos advirtió que la fecha límite para concluir la renegociación y entregar la nueva versión del tratado comercial trilateral es el 17 de mayo, lo que ha aumentado las presiones en diversos sectores económicos.
Los resultados de una investigación de A.T. Kearney, una consultora global con sede en Chicago, elaborada para la Federación Nacional de Comerciantes Minoristas (NRF), señala que si Estados Unidos abandona el tratado, el costo de los bienes importados de Canadá y México aumentaría en 5,300 millones de dólares al año.
De esta forma las ganancias de los comerciantes minoristas caerían casi 16,000 millones de dólares. Además, los consumidores serían afectados con precios más altos en diversos productos, advirtió la consultora en un comunicado de prensa.
“Hay mucho en juego para los minoristas, trabajadores y consumidores estadunidenses en las negociaciones del TLCAN”, dijo el presidente y gerente general de NRF, Matthew Shay.
La siguiente semana se reanudan las renegociaciones para saber si se podrá cumplir con la fecha límite o si el Congreso estadunidense será flexible. De no ser así, el tipo de cambio podría alcanzar un nuevo máximo en el año en el corto plazo.
El Banco de México (Banxico), por su parte, analiza los riesgos para el país derivados del alza en la inflación y la depreciación del peso. El próximo 17 de mayo anunciará la decisión de su política monetaria en cuanto al cambio de la tasa de referencia ubicada actualmente en 7.5 por ciento.
(Con información de AFP)