La Academia Sueca, que concede el Premio Nobel de Literatura, está en crisis después de que varios de sus miembros dimitieran por acusaciones de abuso y acoso sexual. El punto crítico llegó cuando la secretaria permanente, Sara Danius fuera cesada de su cargo, lo que provocó la intervención del rey Carlos Gustavo, quien prometió reformas para permitir que la academia continúe.
“Tengo la intención de modificar los estatutos de la Academia sueca para que quede claro que es posible abandonarla a petición propia”, dijo el rey en un comunicado emitido este miércoles. La reforma implicará también que se considerarán fuera de la institución a quienes no participen en sus actividades durante dos años.
El pasado noviembre, el diario Dagens Nyheter publicó los testimonios de 18 mujeres que aseguraban haber sido víctima de violencia o acoso sexual por parte de un hombre de origen francés casado con una académica, la poetisa y dramaturga Katarina Frostenson, quien el jueves anunció su salida de la prestigiosa institución.
El retiro de Danius es el primero realizado por un secretario permanente en más de 230 años. Los académicos son miembros permanentes y, en principio, no pueden dimitir.
Siete de los 18 académicos ya no son miembros activos, ya que otros dos estaban de excedencia desde hacía varios años. Esto significa que solo hay 11 miembros activos de la academia y las reglas requieren que los nuevos miembros sean elegidos por 12 asociados.
Ahora con las propuestas de Carlos Gustavo se prevé la posibilidad de renuncia para que pueda haber el necesario reemplazo. No es la primera vez que la institución se enfrenta a una ola de dimisiones.
Desde 2017 la Academia inició una investigación interna y contrató a un bufete de abogados. Las conclusiones no se conocen. Los académicos están sujetos a un estricto deber de reserva.
Este caso dividió profundamente al santuario de la literatura y la poesía del país escandinavo, cuyas decisiones están envueltas en un gran secretismo.
El director general de la Fundación Nobel, Lars Heikensten, expresó en días pasados su preocupación en público ante una “situación grave y difícil”.
La propia Sara Danius reconoció que esta crisis “afectó al Premio Nobel de forma más bien seria. Es un problema grave”.
Para Lisa Irenius, jefa de las páginas culturales del diario Svenska Dagbladet, con las tensiones actuales “es difícil tener mucha esperanza en la Academia”.
Peter Englund, uno de los académicos que dimitieron, considera que Sara Danius, quien lo sucedió en el cargo en 2015, es objeto de críticas internas “injustificadas”.
Según otro de los académicos, Horace Engdahl, la Academia constató que había “un problema de liderazgo”. “Hacía falta algo radical para crear las condiciones de una nueva salida”, dijo a la televisión pública SVT.
Sara Danius, profesora de Literatura en la Universidad de Estocolmo, fue la primera mujer que ocupó ese puesto.
No es la primera vez que la institución se enfrenta a una ola de dimisiones. En 1989, tres académicos decidieron abandonar sus asientos ante el rechazo de la institución a condenar la fatua contra el escritor Salman Rushdie tras la publicación de sus “Versos satánicos”. Al final, la denunció 27 años más tarde.
En el ámbito judicial, la fiscalía de Estocolmo anunció a mediados de marzo que una parte de la investigación abierta contra el hombre que está en el centro del escándalo fue sobreseída debido a la prescripción o a la ausencia de pruebas. Se trata de presuntas violaciones y agresiones cometidas entre 2013 y 2015. No se divulgó cuáles son los casos que aún no se archivaron.
(Con información de AFP)