DURANTE el mes de junio tiene lugar la celebración del orgullo gay en México y en Estados Unidos. De acuerdo con la Biblioteca del Congreso de este último país, en junio de 1969 ocurrió una redada en el bar Stonewall de Nueva York en el que se reunía la comunidad lésbico, gay, bisexual, transexual, queer (LGBTQ). La diferencia que tuvo este operativo con cualquier otro es que, en esa ocasión, esta comunidad reaccionó de manera unida ante los actos violentos de la policía. Por ello se elige este mes para conmemorar la unión de la comunidad y para reconocer el impacto y aportaciones que tiene en la sociedad.
En este contexto, no solo hace falta señalar sus aportaciones, sino también reflexionar sobre sus necesidades específicas que requieren atención. Desde el ámbito concreto de la actividad consular se ha comenzado a identificar y abordar situaciones particulares de la comunidad LGBTQ de origen mexicano en Estados Unidos, tomando en cuenta que actualmente, tras la reforma constitucional de 2011 en materia de derechos humanos, el servicio público debe centrarse en la persona. En primera instancia se volvió necesario conocer sus características a fin de detectar sus intereses e inquietudes.
Del último estudio del Instituto Williams de la Universidad de California sobre población LGBTQ latina en el estado se desprende que son más de 200,000; que es una población joven y urbana; que México es el principal país de origen; que uno de cada cuatro individuos en parejas del mismo sexo son latinos; que 81 por ciento de los latinos en parejas del mismo sexo son de origen mexicano; que 69 por ciento se encuentran dentro de la población económicamente activa; que sus ingresos y la propiedad de bienes inmuebles son menores que los de la comunidad LGBTQ total en California, por mencionar algunos de los hallazgos.
La realidad es ineludible; hay un grupo de compatriotas en California que necesitan servicios específicos y que se enfrentan a retos distintos que requieren de una atención consular especializada. Ante esto, en primera instancia, el Consulado General de México en San Francisco ha promovido que todo su personal participe en talleres de sensibilización sobre quiénes son los miembros de la comunidad LGBTQ, cuáles son sus retos, cuáles son los procesos físicos y psicológicos por los que atraviesan y, por tanto, cómo darles una atención apropiada sin prejuicios ni estigmatizaciones. De igual manera, se realiza un constante trabajo de difusión de información entre todos los mexicanos que acuden al consulado para que conozcan también la realidad del colectivo LGBTQ y así dejen de verlo como algo ajeno y lo reconozcan como parte de toda la comunidad.
La red consular de México en Estados Unidos, coordinada desde la Dirección General de Protección a Mexicanos en el Exterior, ha dado fuerte impulso a una campaña denominada “Zona segura”, en la que se especifica que los consulados ofrecen servicios a todo nacional sin distinción de origen étnico, religión, creencia política y preferencia sexual. En el área específica de documentación, donde entre otros documentos se expiden pasaportes y matrículas consulares, se tiene especial tacto con las personas transgénero para que, al momento de procesar sus trámites con sus nombres legales, se evite ponerles en una situación incómoda con los funcionarios o el resto de los usuarios. Este pequeño ajuste en los procesos de atención ha sido muy valorado por la comunidad, haciéndola sentirse en un verdadero espacio seguro.
En el área de protección, se ha identificado que entre la comunidad LGBTQ existen importantes retos en materia de derechos laborales y violencia doméstica. En el primer caso, la autoidentificación como miembro de dicha comunidad ha significado situaciones de hostigamiento y acoso sexual en el trabajo. Debemos tener en cuenta que en muchas ocasiones las personas víctimas de estos delitos prefieren silenciarse por vergüenza e, incluso, por el estatus migratorio en el que se encuentran en Estados Unidos. El Consulado de México hace un esfuerzo continuo para allegar de información a nuestros nacionales sobre los derechos que tienen en el trabajo, que en dicho país son válidos sin importar la situación migratoria. Esto quiere decir que, si existe una situación irregular en el trabajo, se pueden comenzar procedimientos administrativos y judiciales para atender el agravio sufrido.
Con respecto a la violencia doméstica, se hace una valoración junto con la víctima sobre su situación y los servicios que necesita; de igual manera, se elabora en conjunto un plan de seguridad para proteger a la persona. Una vez identificadas las necesidades, se le refiere con agencias que ofrecen servicios de refugio, de atención psicológica y legal, por mencionar algunos. Por supuesto, también se les apoya con los remedios migratorios disponibles para las víctimas con casos probados de violencia doméstica.
Por otro lado, se encuentran los retos en materia de salud. Según información del Instituto Williams de la Universidad de California, en 2015 se identificó que, con las medidas adoptadas por la administración estadounidense pasada, el número de adultos LGBTQ sin seguro se redujo de 21.7 a 11.1 por ciento. No obstante, con las nuevas medidas que se pretenden adoptar se prevé que las aseguradoras cobren primas más altas para personas que tienen condiciones médicas preexistentes, se reduzcan los beneficios de salud y se impongan límites de edad a las coberturas de seguro. Desde luego, esto impactará a las personas de menores recursos y particularmente a las que tengan algún problema de salud crónico, como lo puede ser el VIH o alguna enfermedad mental.
El Consulado de México cuenta con la Ventanilla de Salud, cuyo objetivo primordial es promover acciones de prevención en materia de salud. De esta forma se da información y se realizan pruebas de detección que permiten evitar o detectar de manera temprana las enfermedades. Incluso, se cuenta con una red de aliados que pueden ofrecer servicios de manera gratuita. Sin embargo, aún está pendiente abordar la necesidad de contar con doctores especialistas y medicinas a precios accesibles.
Finalmente, es preciso hablar de los temas pendientes en materia legal. Si bien se está tomando conciencia de que la población LGBTQ tiene retos particulares y que requieren servicios especializados, existe la necesidad de ajustar en el ámbito legislativo y normativo la actuación de los consulados en asuntos tan cruciales como son la facilitación de la modificación del nombre legal para las personas que deciden realizar un cambio de género, así como la posibilidad de llevar a cabo matrimonios de personas mexicanas del mismo sexo en el consulado. Es posible que los procesos que implican estas modificaciones lleven tiempo, pero el primer acto, que es el del reconocimiento del problema, se ha dado y sin duda activará los mecanismos legislativos requeridos para poder atender estas necesidades de un sector importante de la población mexicana en Estados Unidos.
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Gemi José González López es el cónsul general de México en San Francisco, y Wilma Laura Gandoy Vázquez es la cónsul de protección en el mismo consulado