El papa Francisco ordenó investigar las acusaciones de encubrimiento de abusos sexuales por parte del obispo Juan Barros a quien dio su apoyo durante su más reciente visita a Chile, empañada por una serie de protestas.
El máximo pontífice envió al arzobispo de Malta, monseñor Charles J. Scicluna, “para escuchar a quienes han manifestado la voluntad de dar a conocer elementos que poseen” sobre el religioso.
El arzobispo de Malta es el fiscal del tribunal de la Congregación para la Doctrina de la Fe, encargado de investigar los “delicta graviora”, es decir, los crímenes que la Iglesia considera más graves, cometidos contra la eucaristía, el secreto de confesión o los abusos sexuales perpetrados por el clero a menores.
Barros, de 61 años, está acusado de haber callado los abusos repetidos del sacerdote Fernando Karadima, un influyente formador de obispos en Chile y a quien el Vaticano condenó en 2011 a “retirarse a una vida de oración y penitencia”.
“Juan Barros estaba parado ahí, mirando, cuando abusaban a mí. No me lo contaron, me pasó”, le dijo en ese entonces a BBC Mundo Juan Carlos Cruz, uno de los denunciantes del “Caso Karadima”.
En enero del 2015, el papa decidió designar a Barros obispo de Osorno pese a las críticas que pesaban sobre él. El nombramiento causó que unos 30 sacerdotes y diáconos de Osorno enviaran una carta al nuncio apostólico, Ivo Scapolo, donde decían estar “confundidos e irritados” por la decisión.
Barros, quien fue sacerdote por 30 años y se desempeñó además como obispo de las Fuerzas Armadas, fue nombrado obispo de Osorno el 14 de marzo de 2015. Una semana después asumió su cargo en una misa a la que asistieron manifestantes que le gritaron a su paso e incluso lo empujaron.
La Conferencia Episcopal chilena aseguró este día que la decisión del papa demuestra que su reciente visita a Chile “ha significado para él una actitud de verdadera escucha y cercanía hacia la realidad y los desafíos de la sociedad chilena y de la Iglesia”.
Barros aseguró por su parte, a través de la Conferencia Episcopal, que “todo lo que disponga el papa lo acoge con fe y alegría pidiendo a Dios que resplandezca la verdad”.
Francisco había tildado de “calumnias” las acusaciones de las víctimas contra el obispo. “No hay una sola prueba en contra, todo es calumnia. ¿Está claro?”, dijo el papa a la prensa. Barros acompañó al máximo pontífice a lo largo de sus actividades en las tres ciudades chilenas que visitó .
El papa manifestó su “dolor y vergüenza” por los casos de pederastia del clero en un país donde la Iglesia de Roma pierde adeptos aceleradamente. Incluso recibió y “lloró” con dos víctimas de abusos en una decisión que no estaba contemplada en su agenda.
En el avión que le llevó a Roma, Francisco pidió “disculpas” a las víctimas de abusos sexuales tras su apoyo a Barros: “El caso de Barros se estudió, se reestudió, y no hay pruebas. Es lo que quise decir. No tengo pruebas para condenarlo. Y si yo condenara sin prueba o sin certeza moral, cometería yo un delito de mal juez”.
(Con información de AFP)