Cuando un gato doméstico regresa a casa con pequeños reptiles en el hocico o un perro deja en la puerta un roedor muerto es común que los tutores reaccionen con desagrado o diversión ante el “trofeo” que los animales de compañía suelen cazar cuando se les permite explorar su entorno sin supervisión. Sin embargo, el impacto que tienen estas “ofrendas” en la biodiversidad no es menor y debe tratarse con urgencia.
Al hablar de tenencia responsable se suele pensar en la alimentación, las idas al veterinario o la recreación. Sin embargo, un aspecto usualmente olvidado es la prevención del impacto que tienen los animales domésticos en la reducción de la fauna silvestre y nativa, lo cual incluye depredación, perturbaciones, enfermedades, competencia e hibridación. Esta alteración es una responsabilidad puramente humana.
Si bien el término “fauna nociva” se ha popularizado para denominar a todos aquellos animales (no solo los de compañía) que pueden representar un riesgo para la salud humana, la propiedad o el medioambiente, esta es una denominación injusta que pone una carga innecesaria sobre los animales, pues ellos no son perjudiciales por inherencia, considera el Dr. Lázaro Guevara, jefe del Departamento de Zoología del Instituto de Biología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
“Nuestros animales de compañía no son malos ni nocivos. Ellos no son el problema para nada. De hecho, tenemos mucho que agradecerles, todavía tenemos una deuda con ellos por toda la ayuda que nos siguen ofreciendo”, explica el especialista. “Más bien, se nos ha salido de las manos a los humanos; pero todavía estamos a tiempo de crear una mejor relación con nuestros animales y que sean lo que son: seres vivos que merecen nuestra admiración y respeto”.
Para que este cambio de paradigma sea posible es urgente repensar la relación del ser humano con los animales y, en el caso de aquellas especies consideradas de compañía, tomar precauciones para disminuir su impacto en los ecosistemas.
Incluso en zonas urbanas, es recomendable que gatos y perros permanezcan en espacios cerrados y supervisados por sus tutores. En la calle, además de estar expuestos a diversos peligros como perderse, ser víctimas de atropellamiento, hurto, contagiarse de alguna enfermedad o morir, los animales sin supervisión son una amenaza para la fauna silvestre.
“Hoy vivimos una crisis de biodiversidad, donde estamos perdiendo a un ritmo muy acelerado especies nativas, que ya están en peligro de extinción o incluso en riesgo crítico, y muchas veces las razones somos nosotros como tutores, que no hemos sido responsables en el cuidado de los animales de compañía”, explica el especialista de la UNAM. “Deben estar en un lugar cerrado y siempre que salgamos, o queramos que ellos salgan, deben estar en compañía de una persona tutora. Esa es la nueva regla”.
Para garantizar la estadía en el hogar, hay diferentes barreras que se pueden instalar en puertas y ventanas. Además, se sugiere salir a pasear diariamente en sitios autorizados, enriquecer su ambiente y satisfacer las necesidades recreativas con juguetes o gimnasios.
VIGILAR A NUESTRA MASCOTA FUERA DE CASA
Lugares como humedales, parques nacionales o zonas costeras son especialmente vulnerables a la introducción de nuevas especies. Incluso si algunas de estas zonas no cuentan con lineamientos sobre los animales de compañía, es vital resaltar la necesidad de supervisión constante mientras se visita y recordar que el abandono de animales es un delito con diferentes penas en todo México.
El abandono es otro gran problema, pues cuando se dejan animales de compañía en zonas silvestres, hay una probabilidad muy grande de que se vuelvan ferales y ataquen a la fauna.
“No solamente es el hecho de consumirlas o de disminuir las poblaciones de estos animales silvestres, sino de todos los papeles que esas especies pueden estar jugando en los ecosistemas”, señala el especialista. “Consumen una gran diversidad de aves o de algunas especies que son esenciales para polinizar algunas plantas y se crea un efecto indirecto”.
El Dr. Guevara remite al ejemplo de la propia UNAM, pues recientemente en Ciudad Universitaria se establecieron lineamientos a seguir para toda aquella persona que visite el campus con animales de compañía. “Es una escala muy fina, pero empieza a permear en diferentes niveles de organización, como municipal, estatal e incluso federal, para que poco a poco vayamos todos en la misma ruta”.
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Como parte de la urgencia de preservar y proteger la biodiversidad, es fundamental combatir la indiferencia ante la desaparición de especies que pueden considerarse menos atractivas a la vista o generan miedo, pues todos los animales cumplen una función y la vida de todos los seres importa.
El Dr. Guevara detalla que algunos consideran que hay animales carismáticos y no carismáticos. Aquellos que no son carismáticos tienen la mala fortuna de ser atacados por los humanos, lo que desvela una visión y valoración muy antropogénica.
“Eso los afecta mucho, porque como no son atractivos visualmente, creemos que son nocivos, y eso es algo que está muy impregnado en nuestra cultura y es un error. Y otra vez, volvemos al tema del desconocimiento. Parece que no hemos sido capaces de transmitir la importancia de estos animales”.
EL BIENESTAR DE LOS ANIMALES DE COMPAÑÍA
Un claro ejemplo, señala, son los pequeños roedores, las aves o murciélagos, que pueden ser considerados no bonitos, tal vez son menos llamativos o carismáticos, pero cumplen un papel esencial en los ecosistemas. Y cuando son cazados, sin importar si es solo uno o tres, se interrumpe su función esencial en los procesos de los ecosistemas.
Cuidar el manejo de heces para evitar focos de infección, concienciar sobre la importancia de la esterilización y no olvidar que los tutores son responsables del bienestar de los animales de compañía y del bienestar o malestar que puedan crear al resto de la sociedad es fundamental para reducir su impacto en la pérdida de especies silvestres y nativas.
“Tenemos un nuevo rol y no quiero humanizarlo, pero son casi parte de la familia. Entonces, cada animal de compañía que logremos cuidar creará un impacto positivo en la comunidad o, al menos, no va a afectar de manera negativa a la fauna silvestre”, concluye el experto. N