Como en otros campos de ingeniería y tecnología, existe un sesgo en la inteligencia artificial (IA); lo que supone un desafío para las mujeres, muy poco representadas en el sector de la computación y la codificación.
Según cifras de la Unesco, las mujeres apenas representan 12 por ciento de los investigadores en inteligencia artificial y 6 por ciento de los programadores a nivel mundial. En tanto, 88 por ciento de los algoritmos son creados por hombres.
“Si no se hace nada, eso significa que más de la mitad de la humanidad se quedará fuera de los cambios actuales y de los que están por venir”, declara Hélène Deckx Van Ruys, corresponsable del grupo mujeres e IA en el Laboratorio de la Igualdad francés.
París alberga este viernes 7 de febrero un encuentro internacional sobre IA que culminará el lunes y martes en una cumbre, con la presencia de líderes de unos 80 países.
La inteligencia artificial —es decir, el conjunto de técnicas que permiten a las máquinas realizar tareas normalmente reservadas para los humanos— se ha convertido en unos pocos años en un sector clave. Considerada como la nueva revolución industrial, debería generar cambios económicos de gran magnitud y transformar profundamente algunas profesiones.
SESGO EN LA IA: POR DECONSTRUIRSE LOS ESTEREOTIPOS DE GÉNERO
Para intentar revertir la situación, los especialistas del sector coinciden en la importancia de la sensibilización desde la escuela primaria, donde deben deconstruirse los estereotipos de género relacionados con determinadas profesiones.
En el ámbito digital, el doble de alumnas que de alumnos declaran que se sienten desanimadas, porque consideran que no se trata de “profesiones para mujeres” (33 por ciento de encuestadas, según el último barómetro GenderScan publicado a principios de 2024).
“Existe un verdadero desafío en educación y orientación”, insiste Hélène Deckx Van Ruys. Para Elyès Jouini, titular de la cátedra Unesco Mujeres y Ciencia en la Universidad Paris Dauphine, “los orientadores deben estar particularmente sensibilizados, así como los profesores, los directores y las familias”.
Por ahora, debido a la falta de suficientes mujeres en estas disciplinas, “la mayoría de los algoritmos son creados por hombres”, subraya Hélène Deckx van Ruys.
“Y consciente o inconscientemente, los hombres reproducirán sus sesgos”, añade. En marzo de 2024, la Unesco había dado la voz de alerta en un estudio. Señaló los prejuicios sexistas transmitidos “sin ambigüedad” por las herramientas desarrolladas por OpenAI y Meta.
Las mujeres eran descritas como trabajadoras domésticas hasta cuatro veces más a menudo que los hombres. Además eran asociadas frecuentemente con las palabras “casa”, “familia” y “niños”. En tanto, los hombres se privilegiaban con las palabras “empresa”, “ejecutivo”, “salario” y “carrera”.
“AMPLIFICA LAS DESIGUALDADES EN EL MUNDO REAL”
“Estas nuevas aplicaciones de IA tienen el poder de moldear de manera sutil las percepciones de millones de personas. Tanto que incluso ligeros prejuicios sexistas en el contenido que generan pueden amplificar significativamente las desigualdades en el mundo real”, según la directora general de la Unesco, Audrey Azoulay.
La Unesco ha lanzado una red para una IA ética (Women4Ethical AI). Paralelamente se han hecho llamados para incentivar a los programadores a “codificar la igualdad”, es decir, escribir la igualdad en el propio código.
“Es posible actuar en el plano técnico para corregir el rumbo”, explica Tanya Perelmuter, de la fundación francesa Abeona; pero las verdaderas soluciones son las soluciones sociales, y eso tomará tiempo”, añade. N
(Con información de AFP)