Un proyecto genético del gobierno mexicano podría salvar de la extinción a la vaquita marina, la marsopa más pequeña del mundo.
Ante el fracaso de un plan de rescate del gobierno mexicano que buscaba capturarlas y facilitar su reproducción en cautiverio, las autoridades investigan el tejido y la sangre recolectadas de las especies endémicas que obtuvieron mediante el programa Vaquita CPR (conservación, protección y recuperación).
El secretario de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), Rafael Pacchiano, declaró a la prensa este jueves que por medio de este proyecto genético “la vaquita marina no desaparecerá”, aunque no explicó como funcionaría.
Según el funcionario, esta es la primera vez que el gobierno mexicano obtiene muestras de sangre y tejido vivo de dos ejemplares diferentes.
El programa para capturar y retener a las pocas vaquitas marinas restantes en el Golfo de California fue suspendido después de que un ejemplar muriera al poco tiempo de ser atrapado en noviembre pasado.
Sin embargo, continúa el monitoreo acústico de la vaquita marina a fin de identificar las zonas por donde se desplaza, comentó Pacchiano.
“Seguimos trabajando en la eliminación de redes fantasma”, dijo el funcionario. De esta forma se pretende evitar la pesca furtiva, unas de las principales amenazas de esta especie cuya población se ha reducido a 30 ejemplares.
Los esfuerzos de preservación de la vaquita han coincidido con la creciente demanda mundial por la vejiga natatoria de totoaba, el pez cuya captura es causa principal de la depredación de la marsopa, que muere asfixiada en las redes utilizadas en la pesca ilegal.
Un kilo de vejiga, considerado un manjar en China y Hong Kong, puede cotizarse en decenas de miles de dólares en el mercado negro.
La Secretaría de Medio Ambiente trabaja en un proyecto para la crianza de totoaba en cautiverio y abrir un mercado legal para este pez, con el objetivo de evitar la pesca furtiva.