“SI ESTÁS escuchando en este momento, eres uno de los
afortunados que sobrevivió al Chalkening”.
Así inició el podcast semanal de abril 6 de Old Row, sitio
Web para compras y debates orientado a la cultura de las fraternidades y las
universidades sureñas. La declaración, digna de una película apocalíptica, se
refería a una campaña dirigida a los simpatizantes de Donald Trump en los
campus universitarios. Su arma de elección: chalk (tiza).
A fines de marzo, cuando se desataron protestas anti Trump
debido a unos mensajes pro Trump escritos con tiza en las aceras de la
Universidad de Emory, la organización nacional Students for Trump ordenó a sus
miembros que escribieran más mensajes con tiza. Al parecer, la idea fue de Dan
Scavino, director de medios sociales de Trump quien, el 1 de abril, publicó
información en Twitter sobre algo que llamó #TheChalkening. Students for Trump
se sumó al esfuerzo, igual que Old Row, que diseminó la palabra entre sus más
de 400 000 seguidores en medios sociales.
Incluso el candidato expresó su apoyo para el movimiento,
y escribió en Facebook acerca de una versión anterior de este artículo de
Newsweek: “Estoy muy agradecido por el apoyo de los estudiantes universitarios
en todo Estados Unidos. Juntos, haremos GRANDE A ESTADOS UNIDOS NUEVAMENTE”.
La respuesta fue abrumadora. Estudiantes de más de 100
universidades y colegios publicaron fotos verificadas de chalkings donde el
nombre de sus instituciones era claramente visible, informó Old Row. Casi todas
eran eslóganes del magnate como “Hacer que Estados Unidos sea grande otra vez”,
y también representaciones del candidato. Estudiantes de la Universidad de
Tennessee en Chattanooga escribieron: “Queremos el muro”, refiriéndose a la
muralla que Trump ha prometido levantar en la frontera mexicana. En la
Universidad Alfred de Nueva York, escribieron: “Trump 2016 construye ese muro”.
Mensajes adicionales aparecieron en la Universidad Estatal de Oklahoma, la
Universidad Estatal de Ohio, la Universidad Estatal de Carolina del Norte, la
Universidad Estatal de Arizona, la Universidad de Alabama, y otros lugares. Los
estudiantes de la Universidad de Carolina del Norte en Greensboro incluso
usaron pintura. “Deberíamos volver internacional el Chalkening y hacerlo en el
Taj Mahal”, propuso un podcaster en Old Row.
Expertos en votantes jóvenes dicen que los simpatizantes
de Trump en los campus son una nueva raza de republicanos universitarios, si
bien algunos parecen más interesados en tomar fotos para Snapchat usando
sombreros “Hacer que Estados Unidos sea grande otra vez”, o presumir mesas beer
pong marcadas con el nombre de Trump, que en adoctrinar a sus compañeros.
“Trump es el primer político, en mucho tiempo, a quien no
le importa respetar la corrección política”, dijo en un correo electrónico un
representante de Old Row (la marca opera de manera anónima). “Pero no se trata
sólo de Trump. La corrección política en los campus universitarios empieza a
convertirse en un blanco político, cosa que necesitamos resaltar, y de eso se
trata #TheChalkening”.
Students for Trump afirman tener miles de miembros y
cientos de capítulos en docenas de estados. Ryan Fournier, el presidente
nacional y estudiante de primer año en la Universidad Campbell de Buies Creek,
Carolina del Norte, dice que fundó el grupo en septiembre, como una cuenta
Twitter. En menos de un mes, tenía 15 000 seguidores, asegura Fournier, así que
pidió ayuda y comenzó a reclutar directores estatales. “Junto con nuestra gran
base de seguidores, decidimos que había que convertir esto en algo muy grande”,
explica Andrew Nixon, director de campo nacional de Students for Trump y
estudiante de primer año en el Colegio Comunitario de Brunswick, Carolina del
Norte. Ahora, el esfuerzo estudiantil tiene directores en cada uno de los
estados donde hay capítulos, amén de más de 55 000 seguidores en los medios sociales.
Aunque Students for Trump no está afiliado a la campaña
del candidato, Fournier dice que la campaña alentó al grupo a expandirse. Los
miembros realizan trabajos preliminares para apoyar a Trump, como encontrar
voluntarios para sus oficinas y mítines de campaña, hacer llamadas telefónicas
a simpatizantes potenciales, y atender mesas en eventos del campus.
Pese a la gran visibilidad de los escritores con tiza de
Trump, Katy Harriger, profesora de la Universidad Wake Forest y experta en
votantes jóvenes, dice que los estudiantes universitarios actuales evitan la
tendencia liberal porque “alcanzaron la mayoría” durante la presidencia Obama.
“Podríamos decir que son la generación Obama”, sugiere. “Así mismo, son la
generación más diversas, así que en ese grupo etario hay más gente que
representa a los constituyentes demócratas tradicionales… Además, esta
generación suele ser descrita como la generación más tolerante”.
Harriger agrega que el movimiento pro Trump de los campus
es, probablemente, una respuesta a todos esos factores, sobre todo para los
integrantes de la “vida griega”, quienes encaran la “represión de los campus
universitarios contra la cultura de las fraternidades”, pues diversos
investigadores afirman que promueve el alcoholismo y la agresión sexual. De
suerte que podríamos llamar a esta minoría la Generación Trump.
Por otra parte, Harriger apunta que la retórica de los dos
partidos durante el presente ciclo electoral ha sido más agresiva que nunca, y
el movimiento estudiantil pro Trump parece ser más intenso que los movimientos
universitarios republicanos previos (“#TheChalkening: Instigado por las
lágrimas de los liberales”, dice una imagen de una publicación Instagram de
Students for Trump).
“Tanto en la izquierda como en la derecha, existe un
fuerte sentimiento… de que el sistema se ha descompuesto”, prosigue Harriger.
“Los estudiantes que favorecen a Trump vienen de la derecha, y los que
favorecen a Bernie vienen de la izquierda”.
Pese al impulso pro Trump, algunos estudiantes conservadores
de escuelas liberales dicen sentir temor de manifestar sus opiniones políticas.
El clamor en Emory por los mensajes a favor de Trump llegó a los titulares
nacionales y hace poco, New York Post informó que simpatizantes de Trump en la
Universidad de Nueva York tuvieron “miedo de mostrar la cara”.
“Me han tildado de supremacista blanco, de racista, de
miembro del KKK, de todo eso”, dice Nixon. Por su parte, Fournier comenta que
algunos miembros han enfrentado ataques verbales y amenazas. Esta elección presidencial
será la primera en que muchos de los líderes de Students for Trump podrán
votar, incluidos Fournier y Nixon. “En este momento, el sistema está
descompuesto”, dice Fournier. “El señor Trump ha puesto los cimientos para
arreglar esos problemas… Entiendo que no es un hombre perfecto. Sé que no podrá
hacerlo de la noche a la mañana. Que no hay un candidato perfecto”. Pero
también, añade, “sé que el muro no es mala cosa”.
“Lo idolatro”, dice Nixon, “y él hará que este país, ya
sabes, sea grande otra vez”.
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Publicado en cooperación con Newsweek / Published in
cooperation with Newsweek