El efecto “celebridad” es un término popular usado para referirse a la influencia que ejercen las celebridades en la conducta y las decisiones de las audiencias; este efecto puede ser tan simple como cambiar las marcas que se consumen, hasta arriesgar la vida por imitar al ídolo del momento. El mundo de las cirugías estéticas es uno de los más influenciados por los estándares de belleza que algunas celebridades promueven. En la actualidad, las redes sociales otorgan la posibilidad de que cualquier persona sea famosa e influya en las audiencias, lo que ha tenido un impacto significativo en el aumento y la promoción de ciertas intervenciones estéticas.
En Estados Unidos, las Kardashian han sido las principales promotoras indirectas de estas intervenciones, pues han creado estándares de belleza avasallantes. Aunque su fama en Latinoamérica es menor, en redes sociales se ofertan “paquetes” con sus nombres y consisten en rellenos de ácido hialurónico que prometen crear un parecido con Kim Kardashian o Kylie Jenner.
La Dr. Esther Pineda G, autora del libro Bellas para morir. Estereotipos de género y violencia estética contra las mujeres, afirma que el canon de belleza es un ideal aspiracional y siempre ha sido inalcanzable, sin importar el momento histórico en el que se viva y el precepto vigente.
En este sentido, las redes sociales han amplificado los cánones de belleza. En México, a partir de los años 1980 se notó un incremento en la demanda de servicios para realizarse cambios de mejora de imagen corporal por la influencia de los perfiles públicos.
LAS CIRUGÍAS ESTÉTICAS NO SON UNA ESPECIALIDAD MÉDICA
“Las redes sociales lo han masificado más de lo que ya lo hacían los medios de comunicación tradicionales”, detalla Pineda. “Lo han profundizado por medio de factores como los filtros y recursos de edición fotográfica, aunado al bombardeo publicitario de productos y servicios de la industria de la belleza, la cual parece no tener límites en un contexto donde no existen regulaciones al respecto”.
Si bien los estándares de belleza son un problema a nivel mundial, están delimitados por los contextos. En el caso de México, además de la influencia de las celebridades, los cánones también son resultado de la narcocultura.
Según la Asociación Mexicana de Cirugía Plástica (Amcper), México es el tercer lugar a escala global en realización de cirugías estéticas y se ha experimentado un crecimiento en el turismo médico, pues es uno de los países que reciben la mayor proporción de pacientes extranjeros junto a Colombia, Turquía y Tailandia.
A pesar de que el término “cirugía estética” es muy común en internet, esta no es una especialidad por sí misma, sino que es una de las áreas que abarca la cirugía plástica, que también cuenta con el área reconstructiva, según detalla el Dr. Martín de la Cruz Lira Álvarez, presidente electo de Amcper.
Sin embargo, el término se ha propagado en las redes para englobar un mundo de procedimientos invasivos y no invasivos que tienen como fin una mejora en la apariencia. Aunque esto podría parecer inofensivo, los usuarios que lo promueven suelen ejercen prácticas poco éticas, como usar información engañosa y hasta suplantar la identidad de profesionales calificados. Al hecho de que médicos no especialistas realicen cirugías se le conoce como intrusismo.
INTRUSISMO PROFESIONAL EN LA CIRUGÍA PLÁSTICA
La cirugía plástica es la especialidad que más sufre intrusismo profesional. “Este problema es un flagelo internacional, no es propio de México. Regularmente ocurre en los países en vías de desarrollo, porque es en donde falta más cultura médica para que las y los pacientes puedan identificar perfectamente a un especialista”, detalla el doctor Lira Álvarez.
Se estima que, por cada especialista en cirugía plástica, los pacientes tienen la posibilidad de caer en manos de 20 intrusistas en cirugía plástica. En 2022, la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) detectó un aumento en el número de clínicas clandestinas a lo largo del país.
En Sinaloa, uno de los cinco estados en donde más se realizan cirugías estéticas, existen decenas de “centros médicos” no certificados que ofrecen operaciones a precios accesibles y donde suelen atender doctores que no son cirujanos plásticos. Lo mismo ocurre con las redes sociales, cuyo contenido a favor de las intervenciones estéticas es mayormente compartido por personas ajenas al sector.
El doctor Lira Álvarez hace hincapié en la importancia de investigar a los cirujanos: “No basta con que te recomiende otra persona que se haya operado y que todo al parecer salió bien”, comenta. Y agrega: “Una complicación es más difícil de tratar que una paciente que se opera por primera vez. La oportunidad de oro que tiene una paciente para tener un resultado excelente es la primera cirugía”.
En el caso de buscar a un cirujano plástico para tratar complicaciones, lo primordial es salvar la vida del paciente, controlar los procesos infecciosos y cuidar la función de las extremidades. Aunque se cuida la cuestión estética, el resultado deja de ser excelente.
LA RESPONSABILIDAD SOCIAL DE LOS ESPECIALISTAS
Para los especialistas es un reto abrirse paso en las redes, pero también es una responsabilidad social, como lo demuestra la Dra. Ana Chang, cirujana plástica certificada por el Consejo Mexicano de Cirugía Plástica, quien cuenta con una plataforma y tiene como meta crear un espacio confiable para todas las personas que deseen mejorar su apariencia.
A pesar del esfuerzo de divulgación, muchos pacientes caen en manos no capacitadas. Según el doctor Lira Álvarez, es muy frecuente que a los consultorios de la Asociación Mexicana de Cirugía Plástica lleguen pacientes con complicaciones tras una intervención con un médico no especialista. Por lo general, estos pacientes comparten tres características: escasa o nula investigación previa del profesional, muchos procedimientos realizados en una sola cirugía y provenir de clínicas clandestinas.
El papel de las celebridades en esta tendencia, aunque indirecto, es innegable. Esther Pineda señala que ciertos comentarios y declaraciones de celebridades, artistas e influencers son demasiado preocupantes, pues “exaltan la delgadez o la juventud, contando los sacrificios o prácticas extremas y de riesgo para lucir de determinada manera; consumen algún tipo de fármacos o se realizan procedimientos quirúrgicos (en muchos casos por canje) y van a las redes sociales a mostrar qué se hicieron y recomendar con quiénes se lo hicieron. Están incitando a su audiencia a realizarse esos procedimientos”.
En el peor de los casos, las celebridades niegan haberse realizado alguna intervención, lo que deforma la realidad y afecta tanto la autopercepción de las audiencias como las expectativas con las que llegan a los quirófanos.
ADOLESCENTES EN PELIGRO
La población más vulnerable ante estos mensajes son los adolescentes, pues diversas investigaciones han demostrado un aumento significativo en los problemas de autoestima e insatisfacción con la imagen debido a la apariencia física “perfecta” de otros usuarios.
El anhelo de lucir de cierta manera llega a ser tan grande para algunos adolescentes que desarrollan dismorfia corporal o dismorfofobia, trastorno psicológico que consiste en la preocupación obsesiva por un defecto percibido en las características físicas. Si no se trata, esta dismorfia puede causar que los pacientes arriesguen su vida con tal de corregir o cambiar su apariencia.
El presidente electo de la Amcpec resalta la importancia de la primera consulta a la que acuden los pacientes que desean realizarse una intervención: “Es una consulta presencial que por lo menos dura una hora, en la que nos damos cuenta de todo lo que sucede en el entorno de la paciente”.
LAS CIRUGÍAS ESTÉTICAS NO RESUELVEN LOS PROBLEMAS PERSONALES
El especialista detalla que, en algunas ocasiones, se presentan pacientes que desean realizarse una cirugía influenciadas por problemas personales. Por ejemplo, para sentirse a gusto con ellas mismas tras una ruptura amorosa. “Eso no está bien porque esa paciente requiere primero vivir un duelo, por ejemplo, de una separación o un duelo de una pérdida física de algún familiar”.
No es recomendable realizarse una cirugía de carácter estético tras una pérdida o por problemas de autoestima, por lo que los cirujanos plásticos solicitan el acompañamiento de un familiar y se les traslada con el departamento de psicología para trabajar el aspecto emocional.
Ante la tendencia de realizarse cirugías estéticas a edades tempranas, Lira Álvarez señala que, desde el punto de vista fisiológico, lo recomendable es operarse una vez que se cuente con la mayoría de edad.
Aunque el impacto en la autoestima que tienen los influencers no cuenta con ninguna regulación al momento, cuando promueven intervenciones y recomiendan clínicas o médicos a través de sus plataformas están sujetos a la Ley Federal de Protección al Consumidor, pues cualquier información de bienes, productos o servicios que sea difundida por cualquier medio es considerada publicidad. N