Las venas varicosas, o várices, son venas normales, pero que se agrandan porque algo está causando que retengan más sangre de lo normal; se trata de una insuficiencia venosa crónica, una afección del sistema circulatorio, que ocurre cuando la presión arterial de las venas de las piernas es más elevada de lo normal.
Las várices tienden a lucir como venas de color azul oscuro o morado y a menudo están retorcidas y abultadas bajo la piel. Se estima que afectan al 50 por ciento de las personas mayores de 50 años y son más frecuentes en las mujeres.
El Dr. Tony Lu, cirujano vascular del Hospital Houston Methodist, detalla que estas ocurren “cuando una sección o segmento de venas (generalmente las válvulas) no funciona correctamente en devolver la sangre al corazón. Como resultado, la sangre comienza a acumularse en estas venas, expandiendo su tamaño“.
Las várices suelen aparecer en las piernas, pues al estar de pie las válvulas trabajan más duro mientras luchan contra la atracción descendente de la gravedad.
“Cuando puedes ver venas varicosas, pero no tienes ningún síntoma acompañante, es principalmente un problema superficial que representa poco riesgo, aunque es posible que te moleste su apariencia”, expone el Dr. Lu. Cortar accidentalmente una que está cerca de la piel, añade el especialista, puede ser el único riesgo de las várices en etapa temprana, pues causa mucho sangrado.
Si bien en un principio pueden ser muy pequeñas, con el paso del tiempo tienden a crecer más y más, hasta el punto de ser visibles debajo de la piel. “Por lo general, las venas varicosas no ponen en peligro la vida ni las extremidades, y generalmente no aumentan la posibilidad de trombosis venosa profunda (TVP) o de desarrollar coágulos de sangre”, aclara el experto en cirugía vascular.
LAS VÁRICES EN LAS PIERNAS SON PROGRESIVAS Y EMPEORAN CON LOS AÑOS
Aunque no son un peligro inminente, las várices en las piernas son progresivas y tienden a empeorar con los años. En caso de no tratarse, alerta el cirujano, pueden ser dolorosas y causar sensación de pesadez en los pies, fatiga, hinchazón, hemorragia, decoloración permanente de la piel y debilidad, haciendo la piel propensa a rasgarse o desgarrarse fácilmente.
Según el National Heart Lung and Blood Institute, los síntomas pueden empeorar al permanecer sentado o de pie durante periodos prolongados, y pueden mejorar cuando se acuesta o eleva los pies. Algunos hábitos que también pueden ayudar son el ejercicio regular, evitar alimentos con mucha sal y usar calzado adecuado (ni demasiado alto ni demasiado bajo).
Se recomienda acudir con un especialista al notar los primeros síntomas, como pesadez en las piernas y fatiga. La evaluación médica es importante, pues es un problema que, se reitera, no se cura por sí solo.
El cirujano vascular es el especialista más idóneo, pues aunque no siempre es necesario un procedimiento vascular para tratar el problema, el especialista ayuda a evaluar el nivel de gravedad de las venas varicosas, aconseja sobre los pasos más efectivos para obtener alivio y explica qué opciones de tratamiento de várices se pueden considerar en el futuro.
El tratamiento casi siempre comienza con medias de compresión, también llamadas medias para venas varicosas. Estas aplican presión a las venas de las piernas, lo que ayuda a vaciar y encoger las várices a un tamaño normal. Así se evita el progreso.
“A veces el tratamiento es tan fácil como simplemente usar estas medias. Estas también es lo que solemos probar antes de recomendar un procedimiento para tratar de forma más permanente las várices sintomáticas”.
LA ABLACIÓN ALIVIA EL DOLOR, LA HINCHAZÓN Y LA POSIBILIDAD DE SANGRADO
Por otro lado, si las várices son dolorosas y la compresión ayuda a aliviar esos síntomas, la ablación puede ser beneficiosa. El Dr. Lu explica que esta opción “es un tratamiento más permanente en donde se usa calor, un láser o un pegamento especialmente formulado para colapsar o bloquear el segmento de la vena que no puede mover la sangre”.
La ablación alivia el dolor, la hinchazón y la posibilidad de sangrado, pues desvía la sangre a través de otras venas profundas de la pierna. Las venas también se encogen y dejan de ser visibles, por lo que se usa como un procedimiento cosmético, incluso sin ningún síntoma.
El Dr. Lu señala que esta terapia no es una cirugía mayor y se puede realizar en el consultorio de un médico o como un procedimiento ambulatorio.
Algunos factores de riesgo a tomar en cuenta para prevenir las várices en las piernas son la obesidad, el sedentarismo y el tabaquismo.
Por otro lado, el tener una edad avanzada o contar con una predisposición genética también influye en el desarrollo de este padecimiento, así como estar de pie con frecuencia y por largos periodos.
En el caso de las mujeres, la frecuencia es más alta debido a que los cambios en ciertos niveles hormonales pueden aumentar el tamaño de las venas. Las fluctuaciones de estrógeno que pueden ocurrir durante la vida de una mujer, como durante el embarazo y la menopausia, pueden afectar sus venas. N