Un grupo de científicos detectó “concentraciones significativas” de microplásticos en tejidos de testículos humanos, lo que genera preocupación sobre sus efectos en la salud reproductiva.
Los microplásticos son definidos como cualquier plástico que mida menos de 5 milímetros de largo. Estas partículas se han encontrado en nuestros alimentos, agua, aire e incluso en la placenta humana.
La razón por la que el descubrimiento es preocupante es porque estos microplásticos contienen un coctel de diferentes sustancias químicas que se han demostrado que interrumpen la liberación natural de hormonas del cuerpo, lo que potencialmente aumenta nuestro riesgo de sufrir trastornos reproductivos y ciertos cánceres. También pueden transportar toxinas como metales pesados en su superficie.
Según estimaciones anteriores, la persona promedio consume aproximadamente el equivalente a una tarjeta de crédito de estos microplásticos cada semana, por lo que no es de extrañar que se encuentren dentro de nuestros cuerpos.
En un nuevo estudio, publicado en la revista Toxicological Sciences, investigadores de la Universidad de Nuevo México analizaron tejido posmórtem anónimo de 23 testículos humanos proporcionados por la Oficina del Investigador Médico de Nuevo México, así como 46 muestras de tejido canino de refugios animales y clínicas veterinarias privadas de la ciudad de Albuquerque.
Los microplásticos estuvieron presentes en el 100 por ciento de las muestras analizadas, con una concentración promedio de 329.44 microgramos por gramo en humanos y 122.63 microgramos por gramo en perros.
NO SE SABE AÚN CÓMO LOS MICROPLÁSTICOS EN LOS TESTÍCULOS AFECTAN LA REPRODUCCIÓN
“Al principio dudaba de que los microplásticos pudieran penetrar el sistema reproductivo”, dijo en un comunicado Xiaozhong “John” Yu, profesor de la Facultad de Enfermería de la Universidad de Nuevo México y líder del estudio. “Cuando recibí por primera vez los resultados para perros me sorprendí. Me sorprendí aún más cuando recibí los resultados para humanos”.
Pruebas adicionales con muestras de perros demostraron que niveles más altos de ciertos tipos de plástico en el tejido testicular (específicamente PVC) se correlacionaron con recuentos más bajos de espermatozoides.
“El plástico marca la diferencia: qué tipo de plástico podría estar correlacionado con su función potencial”, dijo Yu. “El PVC puede liberar muchas sustancias químicas que interfieren [con la producción de esperma] y contiene sustancias químicas que causan alteraciones endocrinas”.
En los últimos 50 años, el recuento de espermatozoides en varios países ha disminuido hasta en 50 por ciento, lo que los investigadores creen que puede estar parcialmente influenciado por la presencia de estos microplásticos.
“Estos hallazgos resaltan la presencia generalizada de microplásticos en el sistema reproductivo masculino, tanto en los testículos caninos como en los humanos, con posibles consecuencias en la fertilidad masculina”, escriben.
Sin embargo, se necesita más investigación para confirmar cómo estos plásticos podrían afectar la producción de esperma en humanos. “Tenemos muchas incógnitas”, dijo Yu. “Necesitamos realmente analizar el efecto potencial a largo plazo”.
Y añadió: “No queremos asustar a la gente. Queremos proporcionar datos científicos y crear conciencia de que hay muchos microplásticos. Podemos tomar decisiones propias para evitar la exposición de mejor manera, cambiar nuestro estilo de vida y modificar nuestro comportamiento”. N
(Publicado en cooperación con Newsweek. Published in cooperation with Newsweek)