El festival literario “Centroamérica Cuenta”, que reúne en Panamá a escritores de Latinoamérica y España, como Leonardo Padura (Cuba), Juan Villoro (México), Sergio Ramírez y Gioconda Belli (Nicaragua), arrancó este miércoles 22 de mayo con un llamado a defender la libertad de prensa.
“Quiero rendir homenaje al periodista guatemalteco José Rubén Zamora (…) un periodista injustamente preso en su país por ejercer su papel insoslayable de investigar la corrupción, uno de los peores males de nuestros sistemas políticos y de nuestra vida social”, comentó Sergio Ramírez, forzado al exilio en España por el gobierno de Daniel Ortega.
En palabras del escritor y político nicaragüense, “él [Rubén Zamora] y tantos otros periodistas centroamericanos son perseguidos, exiliados, sus medios de comunicación confiscados, porque decidieron ejercer a fondo su oficio, el oficio de la palabra libre; que es un oficio con consecuencias, como lo es el de novelista, cuando se va al fondo en el empeño por la búsqueda de la verdad“.
Zamora, fundador de un diario crítico con el gobierno guatemalteco, fue detenido en 2022, pese a que una sala de apelaciones anuló en 2023 una condena de seis años de cárcel por presunto lavado de dinero. El 15 de mayo un tribunal le concedió prisión domiciliaria. Sin embargo, sigue en la cárcel por otro proceso en su contra.
“CENTROAMÉRICA CUENTA TAMBIÉN ES UN FESTIVAL PARA PENSADORES, MÚSICOS Y CINEASTAS”
Sergio Ramírez, de 81 años, hizo estas manifestaciones durante un discurso en el Teatro Nacional, en Ciudad de Panamá, en la gala de inauguración de “Centroamérica Cuenta”. Un diálogo posterior entre el famoso salsero panameño Rubén Blades y Padura, autor de El hombre que amaba a los perros (2009), dio inicio formal a este encuentro literario.
“No solamente es un festival para escritoras y escritores, sino también es para pensadores, músicos, cineastas”, añadió la directora del festival, la nicaragüense Claudia Neira.
Ramírez fundó en 2013 en Nicaragua “Centroamérica Cuenta”, pero tras las protestas contra Ortega de 2018, apoyadas por el escritor, se celebra dos veces al año, una en Madrid y la otra en un país centroamericano o caribeño.
El también abogado fue vicepresidente de Nicaragua de 1985 a 1990, tras el triunfo de la revolución sandinista, que en 1979 derrocó al dictador Anastasio Somoza.
Sin embargo, el Premio Cervantes 2017, autor de Castigo divino, Margarita, está linda la mar y Adiós muchachos fue despojado de su nacionalidad y obligado al exilio tras apoyar las protestas contra el gobierno que en 2018 dejaron más de 300 muertos. En esta edición de “Centroamérica Cuenta” también habrá una mesa para debatir sobre autoritarismos.
“Es un poco lo que plantean los autoritarismos de gobiernos en Latinoamérica y en Centroamérica, tenemos una pluralidad de voces que nos permiten tener distintos enfoques”, afirma Neira.
LA LITERATURA CENTROAMERICANA DEL SIGLO XX
La literatura centroamericana se centró en el siglo XX en temas relacionados con las dictaduras militares y guerras civiles que asolaron la región, los grandes enclaves bananeros, mineros y la situación de pobreza que castiga a la población.
“Hoy en día los grandes temas son las migraciones masivas hacia Estados Unidos, el narcotráfico, el reinado de la droga, los barones de la droga, las dictaduras populistas, la corrupción y la demagogia. Las mujeres, que estuvieron ausentes prácticamente de la literatura en el siglo XX, hoy son grandes protagonistas (…) este es un fenómeno completamente nuevo “, señaló Ramírez.
Gioconda Belli, al igual que Ramírez obligada a exiliarse en España y despojada de su nacionalidad, presentará su libro Toda la poesía. “Hay toda una nueva generación de escritoras y de escritores que, sin lugar a dudas, están contando una serie de mundos distintos y maravillosos que nos van a permitir que las literaturas centroamericanas tengan una larga vida”, afirmó la directora del festival Claudia Neira.
Los participantes también debatirán sobre el impacto de la inteligencia artificial en la literatura. La inteligencia artificial “ahora mismo en la literatura se está viendo como fenómeno muy peligroso”, aunque “no es posible que pueda mejorar o intentar mejorar lo que yo escriba”, declaró Leonardo Padura.
PARA EL ESCRITOR LEONARDO PADURA, CUBA VIVE UNA DISTOPÍA
En esa vía, el escritor cubano Padura también cree que Cuba vive una “distopía”, un mundo imaginario donde parece que nada cambia ni funciona y, sin embargo, la sociedad sigue operando y experimentando “muchos cambios”
El autor manifestó que prefiere quedarse en Cuba porque allí están sus referentes culturales. Padura, de 68 años, aseguró que “lo más importante” es que sus libros son leídos por los cubanos, pese a ser “invisible” en los canales oficiales.
—¿Está cambiando algo en Cuba? — pregunta la agencia AFP.
—Con Cuba pasa un problema, como el sistema sociopolítico económico es el mismo hace más de 60 años parece que no ocurre nada y en la sociedad cubana ocurren muchos cambios. Por ejemplo, ahora están estos pequeños emprendimientos privados que están aprovechando todos los espacios que la ineficiencia del Estado ha creado durante estos años.
“Por otra parte, ha habido estas explosiones de inconformidad de la gente que han tenido una respuesta represiva muy dura. Y esa política de los Estados Unidos, piensan que con una política de enfrentamiento van a cambiar las cosas en Cuba y eso no ha fructificado y tampoco va a fructificar”, agregó.
—En el Macondo de Gabriel García Márquez el aire parece que no corre, mientras que en La casa de los Espíritus de Isabel Allende todo se mueve. ¿A qué se parece más Cuba?
—Cuba se parece más a una historia de una distopía. Es ese lugar en el que se ha creado una estructura en la que las cosas funcionan con unos códigos muy específicos. Yo soy fumador, pero si me preguntas cuánto vale una caja de cigarrillos en Cuba no te sé decir. Y si me preguntas dónde los puedo comprar, tampoco te sé decir. El caso es que compro cigarrillos.
“Todas las estructuras están alteradas y no se sabe exactamente cómo funcionan las cosas y, sin embargo, siguen funcionando”, añadió.
“ESTAMOS VIVIENDO UNA PARODIA”
—¿Alguna vez habrá algún tipo de cambio importante en Cuba?
—Espero que sí. Yo confío en la dialéctica. Pienso que sí, que puede haber. El tiempo dirá.
—¿Se puede amar un lugar donde no se pueden vender los mismos libros que puede vender en otro país?
—Si tú empiezas a tener una actitud de odio y de rechazo te estás envenenando a ti mismo. El concepto de Cuba es mucho más grande que un gobierno. Mis libros se han publicado en Cuba, aunque los más recientes no han salido. La razón que me dicen es que falta papel, y realmente falta papel. Hemos publicado por vías alternativas y la gente de una forma u otra accede a mis libros. Entonces, sí soy invisible en los canales oficiales, pero de alguna forma soy visible para los lectores cubanos y eso es lo más importante.
EN EL FESTIVAL CENTROAMÉRICA CUENTA, PADURA DICE QUE NO DEJARÁ SU ISLA
—¿Nunca ha pensado en dejar Cuba?
—Lo pienso todos los días, pero también pienso que no debo hacerlo.
“Porque es mi lugar; ahí está mi cultura, mi lengua, mi familia, mis referentes; ahí está mi literatura, mis personajes. Mis conflictos tienen que ver con esa realidad cubana”.
Sobre el papel que juegan actualmente los artistas cubanos, Leonardo Padura contestó que cada cual tiene que hacer su trabajo artístico y cada cual debe hacerlo desde sus condiciones, con sus perspectivas e intereses. En palabras del escritor, “no le puedo decir a los otros cómo tienen que escribir o cómo tienen que actuar o pintar. Yo sé cómo tengo que escribir y escribo una literatura que interroga la realidad, que trata de mostrar y hacer una crónica de esa realidad”. Además, para Padura existen límites éticos que uno debe respetar.
—Estamos viendo en América Latina presidentes como Javier Milei en Argentina o Nayib Bukele en El Salvador, ¿estamos condenados siempre a los extremismos?
—Estamos viviendo una parodia, pero no hay mayor parodia que ver a Donald Trump en un juzgado en Nueva York o saber que la primera ministra de Italia (Giorgia Meloni) censura y lleva a juicio a los escritores. En Europa hay personajes como Milei y Bukele, y a veces incluso peores. No hay sociedad más perversa que la sociedad china y todo el mundo comercia con los chinos y les parece perfecto. Entonces no creo que seamos los peores del mundo ni mucho menos. N
(Con información de AFP)