CUATRO ROQUEROS californianos dan sonido a la calmada vida que se disfruta en las playas de este estado estadounidense. Aunque su rock psicodélico se canta en inglés, los jóvenes de Allah Las han conquistado al público de habla hispana y cuentan que algunas de sus ciudades favoritas para tocar en vivo son España, Argentina, Chile, México y Costa Rica.
Tuvimos la oportunidad de platicar con ellos minutos después de su presentación en el festival Desert Daze. Los jóvenes se encontraban contentos, no solo por los gritos de sus seguidores que coreaban su música, sino también por el éxito de un partido de beisbol que escuchaban en la radio al momento de la entrevista.
—¿Cómo fue la última vez que tocaron en México?
—Muy buena —contestan los jóvenes en un español bastante decente—. La gente en México es muy amable y parece que les gusta mucho nuestra música, todos bailan y en el escenario se siente la emoción y energía del público.
—Con la situación que se vive en el mundo, ¿cómo es formar parte de este momento en la historia del rock?
—Es difícil porque vivimos en un tiempo muy loco y agresivo. Creo que cuando veamos atrás en el tiempo tendremos una mejor perspectiva de lo que está pasando, pero ahora todo se ve como un desastre. Lo que hacemos con la música es expresar situaciones y sentimientos que el resto de la gente tiene miedo a expresar, eso es lo que hace el rock en este tipo de situaciones.
—En su último álbum se salieron un poco del rock psicodélico. Sin embargo, son aclamados por la comunidad que sigue esa corriente…
—Es bueno poder alcanzar gente que no es exactamente como nosotros o que tienen otra forma de pensar y de apreciar la música. Es bueno que la gente sea diferente y nos gusta expresar esas diferencias en lugar de ser todos iguales. Ser alguien de otra escena que es incluido en este grupo del rock psicodélico es el mejor cumplido que nos pueden hacer.
—¿Por qué un álbum de covers?
—Hemos hecho covers desde que comenzamos a tocar. Hace poco nos dimos cuenta de que nunca habíamos grabado uno, y eso fue lo que quisimos hacer. Es simplemente algo entre el último disco y el que vendrá después.
—¿Creen que su sonido ha cambiado en los últimos años?
—A nosotros no nos suena tan distinto, es más bien que eso es lo que queríamos hacer en ese momento. Lo que hacemos es meternos en el estudio y crear con lo que en ese momento está en nuestras cabezas. Mucha gente dice que sonamos igual y otros, que sonamos distinto. Intentamos no pensar mucho en lo que vamos a hacer, lo dejamos salir, y si es distinto o igual no nos importa.
—¿Últimamente han escuchado algo que nos quieran recomendar?
—Sí, Drinks, es el nuevo proyecto de Cate Le Bon y Tim Presley, de White Fence. Dos grandes artistas tocando juntos. Suena increíble.