Japón se convirtió en el quinto país en llegar a la Luna, después de Estados Unidos, la (hoy extinta) Unión Soviétca, China y, más recientemente, India. Sin embargo, presentó fallas después de sus paneles solares dejaron de generar energía.
Un módulo de Japón realizó una verdadera proeza tecnológica al posarse poco después de la medianoche del viernes 19 de enero, con extrema precisión, en la Luna; empero, sus paneles solares dejaron rápidamente de generar energía, indicó la agencia espacial nipona (JAXA).
JAXA indicó que la sonda SLIM “se posó en la Luna a las 00:20 horas locales del sábado” (15:20 GMT del viernes) y “se estableció contacto” con ella después del alunizaje. Sin embargo, las celdas de sus paneles no generan energía, informó, y agregó que los equipos estaban poniendo todo su empeño en recuperar los datos científicos recogidos por el módulo.
“SLIM funciona con baterías a bordo. Los datos recabados en el alunizaje se almacenan en la nave y actualmente estamos trabajando para maximizar los resultados científicos, transmitiendo esos datos a Tierra”, indicó Hitoshi Kuninaka, un responsable de JAXA.
El módulo SLIM (Smart Lander for Investigating Moon), que orbitaba el satélite terrestre desde finales de diciembre, inició su descenso sobre medianoche a una velocidad de unos 1,700 metros por segundo.
El módulo no tripulado, de 2.4 metros de largo por 1.7 de ancho y 2.7 metros de altura, fue diseñado para alunizar con una precisión extrema, a menos de 100 metros del punto escogido. Esto le valió el apodo de “Moon Sniper” (“francotirador lunar”, en español).
JAPÓN SE SITUÓ EN EL POLO SUR DE LA LUNA
Las naves enviadas a la luna suelen posarse a varios kilómetros del punto designado, lo que puede complicar sus misiones de exploración. La sonda, equipada con una cámara, fue desarrollada por JAXA junto a la empresa de fabricación de juguetes Takara Tomy.
Japón busca también con esta misión revertir la mala racha de su sector aeroespacial, que acumula dos misiones lunares y varios lanzamientos de cohetes fallidos. Al igual que India en su primera misión exitosa a la Luna en agosto, la misión japonesa se posó en el polo sur del satélite, muy poco explorado.
“La precisión de alunizaje del ‘francotirador’ es un enorme salto tecnológico, que permitirá diseñar misiones para abordar cuestiones de investigación mucho más específicas”, comentó Emily Brunsden, profesora de astrofísica y directora del Astrocampus de la Universidad de York.
“Normalmente solo hay una oportunidad de hacerlo bien, con lo que el mínimo error puede provocar el fracaso”, añadió.
JAXA ya consiguió un aterrizaje de precisión sobre un asteroide, pero el reto es mayor en la Luna porque la gravedad es más intensa. La misión también quiere aportar luz al misterio de la posible presencia de agua en el satélite, que sería clave para la eventual construcción de bases lunares.
PAÍSES Y EMPRESAS TRATAN DE IMITAR LA MISIÓN APOLO 11
Más de 50 años después de que el ser humano llegara a la Luna —con la misión estadounidense Apolo 11— muchos países y empresas privadas intentan imitar la gesta.
Pero la tarea no es fácil, y muchas de las misiones no tripuladas de los últimos tiempos terminan con naves estrelladas en el satélite, fallos de comunicación u otros problemas técnicos.
Este mes, un módulo de alunizaje privado estadounidense tuvo que regresar a la Tierra por una fuga de combustible y la NASA pospuso los planes para enviar misiones tripuladas a la Luna de su programa Artemis.
Rusia, China, Corea del Sur o Emiratos Árabes Unidos, entre otros, también intentan alcanzar el satélite terrestre. Japón cuenta con dos misiones fallidas en su historial, una pública y otra privada.
En 2022, el país insular envió sin éxito la sonda lunar Omotenashi como parte de la misión estadounidense Artemis 1. En abril, la empresa emergente ispace intentó convertirse en la primera firma privada en llegar a la Luna, pero perdió la comunicación con su nave después de un “aterrizaje duro”. N