Hace unas semanas el INEGI publicó la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública (ENVIPE) 2023. Unos de los indicadores que mide la encuesta son la confianza y percepción de corrupción de las autoridades de seguridad y justicia.
La ENVIPE arrojó que en Baja California las tres autoridades con menor nivel de confianza son la Policía de Tránsito con 48.8%, la Policía Municipal Preventiva 46.4% y la Policía Estatal 46.7%. El nivel de confianza de estas tres autoridades se encuentra por debajo de la media nacional. Por otra parte, el 58.3% señalaron que confían en la Policía Ministerial, Judicial o de Investigación, 60% en Jueces, 62.6 en Ministerios Públicos y Fiscalía General del Estado.
Las autoridades federales son en quienes más confían los bajacalifornianos. El 66.8% confían en la Fiscalía General de la República, el 81.5% en la Guardia Nacional, el 89.3% en el Ejército y la Marina con un 89.4%. Como se puede observar, las Fuerzas Armadas son las instituciones que mayor confianza inspiran en el Estado.
Los papeles se invierten al analizar la percepción sobre la corrupción en las autoridades. El 74.3% de los bajacalifornianos consideran que la Policía de Tránsito es corrupta, el 72% la Policía Municipal Preventiva y el 69.5% la Policía Estatal.
Por otra parte, el 58.3% considera que los Jueces son corruptos, el 58.1 los Policías Ministeriales, Judiciales o de Investigación, el 53.7% los Ministerios Públicos y Fiscalía General de Estado, el 51.5% la Fiscalía General de la Republica. Respecto a las fuerzas armadas, el 28.3% considera corrupta a la Guardia Nacional, el 22.7 al Ejército y 18.5% la Marina.
Vale la pena señalar que a nivel nacional la Guardia Nacional, el Ejército y la Marina tiene mayor nivel de confianza y menor percepción de corrupción. Sin embargo, del 2019 al 2023 el Ejército y la Marina aumentaron la percepción de corrupción, mientras que la guardia nacional en el 2020 registró una percepción de corrupción del 23% y para el 2023 aumentó a 29.9%.
En resumen, hay una relación inversamente proporcional entre la percepción de confianza y de corrupción de las autoridades. Además, las autoridades que tienen mayor contacto con la población son las que apuntan mayores niveles de percepción de corrupción y menores niveles de confianza. Por otra parte, el riesgo que corren las autoridades con mayor confianza y menor percepción de corrupción es que en la medida que se profundiza su estancia en las calles, la percepción de confianza y corrupción se revierta poco a poco.
Dentro de este marco, la mala percepción que tienen las policías locales se debe en gran medida a que el ejecutivo estatal y los municipales no dan señales sobre acciones concretas para mejorar la política de seguridad pública. Finalmente, la llegada de las Fuerzas Armadas cada vez que se registra un hecho violento de alto impacto en la entidad, así como los patrullajes y estancias en puntos delictivos, mandan el mensaje que ni los ejecutivos estatales confían es sus policías y/o se sienten rebasados por el contexto de criminalidad en el Estado. N