En México la historia se reescribe cada periodo sexenal y por lo tanto, lo que fue heroico y digno de recordarse en determinado periodo de gobierno, al siguiente es posible que ya no lo sea.
Como ejemplo de lo anterior tenemos el caso de los Niños Héroes, que durante el tiempo en que el Presidente Zedillo fungió como Secretario de Educación, se le olvido considerarlos en los libros de Historia de aquellos años y por lo tanto fueron literalmente descontinuados como héroes mexicanos.
Antonio López de Santa Ana por ejemplo ha sido catalogado por los libros de texto, sobre todo los oficiales, como un traidor a la patria, sin embargo uno no se explica porque tantas veces fue llamado a presidir el gobierno mexicano.
El caso de Don Agustín de Iturbide es verdaderamente de risa, algunos de nosotros, lo que pasamos de los 50 años de edad nos tocó estudiarlo como un héroe de la independencia de México, incluso cantamos un par de estrofas del himno nacional que se referían a su persona.
Personalmente me tocó conocer muy de cerca este caso, pues mi abuela vivía pared con pared con la propiedad donde nació esté personaje y de pequeño recuerdo claramente la placa que se encontraba precisamente en el sitio donde nació Iturbide.
Posteriormente, durante el sexenio del Presidente Echeverría, cambió el tratamiento de la historia y se le consideró como un villano, se le cortaron las estrofas alusivas al himno nacional prohibiéndose su canto en eventos oficiales y desde luego que se quitó la placa que adornaba aquella casona en el centro de Morelia, convirtiéndose ese inmueble en un café cantante que presentaba algunas variedades de trova latinoamericana y dejando en el olvido al prócer de la independencia.
Tuvo que venir el Presidente Zedillo para que le levantaran el castigo a Iturbide y hoy ya no tiene el adjetivo de villano, pero tampoco ha recobrado su sitio como héroe, se trata solo un personaje de la historia, sin embargo la vieja casona de Morelia recobró su placa y se cerró el café cantante.
Durante la administración panista, se crearon nuevos héroes; tal es el caso de Don Manuel Gómez Morín que bajo ningún aspecto fue un mal hombre, pero tampoco un prócer de la Patria, ingresara a la rotonda de las personas ilustres como uno de los fundadores del Partido Acción Nacional, para lo cual se tuvo que pactar con la izquierda y aceptar que ingresara también Don Heberto Castillo.
Por ello, no es de extrañarse que ahora que vivimos en un sexenio de izquierda, nazcan más personajes que, de acuerdo con la visión de la famosa 4T, sean todos unos héroes, incluyendo a su apóstol López Obrador.
Seguramente, con el pretexto de rehacer los libros de texto, que tanta polémica han desatado, es posible que en los próximos libros de texto oficiales ya aparezcan este individuo y su familia como grandes hombres ilustres y sean estudiados como auténticos héroes nacionales, pues como hemos visto, la historia se reescribe constantemente y siempre a la luz de los gobiernos en turno. N