Un tribunal federal de Estados Unidos informó al gobernador de Texas, Greg Abbott, que tiene nueve días para retirar la barrera de boyas que instaló en julio pasado en el río Bravo para impedir el paso de migrantes desde México.
El tribunal federal con sede en Austin coincidió con los argumentos del gobierno del presidente Joe Biden, que exigía la suspensión de la instalación de esta barrera. Tras el anuncio de este miércoles 6 de septiembre, el gobernador Abbott anunció inmediatamente que apelaría esta decisión.
LAS BOYAS IMPIDEN EL PASO DE MIGRANTES EN EAGLE PASS
Las boyas instaladas están diseñadas para girar si alguien trata de asirse a ellas y, a cada lado, tienen unos discos metálicos dentados. La línea de boyas color naranja de unos 300 metros está tendida en el sector de Eagle Pass, Texas, que limita con Piedras Negras en México. Es uno de los tramos utilizados por migrantes para entrar a Estados Unidos.
El tribunal federal prohibió a las autoridades estatales y a cualquier entidad que trabaje a su servicio “construir o agregar cualquier boya, barrera o estructura de cualquier tipo en el río Grande”, en espera de una decisión de un tribunal superior sobre el fondo de la cuestión. También ordena “reubicar antes del 15 de septiembre” todos los elementos ya existentes que componen esta barrera flotante “en la orilla del Río Grande del lado de Texas”.
“Nos mantendremos atentos a la resolución final y reiteramos la urgencia de retirar de manera definitiva las boyas en nuestra frontera compartida”, reaccionó el ministerio de Relaciones Exteriores de México en la plataforma X. La cancillería mexicana ya había informado en agosto del hallazgo de dos cuerpos en la zona de estas boyas.
LAS BOYAS SON UNA AMENAZA A LA VIDA HUMANA
El juez justifica su decisión por los “daños causados por la barrera flotante”, citando “las enormes tensiones que ha provocado en las relaciones entre Estados Unidos y México”, así como “amenazas a la vida humana y obstrucción de la navegación libre y segura”.
Además, la corte considera “probable” que la sentencia de fondo sea favorable al gobierno federal estadounidense. Su instalación en julio generó una pronta controversia en el vecino latinoamericano, donde el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, la calificó de una “provocación” que viola la soberanía de su país.
El Departamento de Justicia de Washington advirtió entonces que estas boyas representan un problema humanitario y diplomático, porque van en contra de los tratados fronterizos celebrados con México. “Estamos satisfechos de que el tribunal haya determinado que la barrera es ilegal y pone irremediablemente en peligro las relaciones diplomáticas, la seguridad pública, la navegación y las operaciones de los agentes federales en el Río Grande y sus alrededores”, reaccionó en un comunicado la fiscal federal Vanita Gupta.
(Con información de AFP)