De acuerdo con el Instituto de Estrategia y Competitividad de Harvard y su afamado fundador el profesor Michael Porter, la competitividad de un territorio (país, región, clúster) se basa en los fundamentos de su ventaja competitiva. En sus propias palabras “La prosperidad de una nación es creada…su competitividad depende en la capacidad de su industria de innovar y modernizarse”. Las propuestas de Porter desde 1991 han contribuido a transformaciones significativas de modelos económicos a nivel mundial, y siguen siendo ideas fundamentales, sin embargo, el mundo ha cambiado radicalmente y hoy en día las exigencias de los mercados, inversionistas, talento y de la sociedad en general son distintos.
En los últimos 30 a 40 años el incremento en la competitividad de las empresas es impulsada por dos grandes transformaciones, la digital y la sostenibilidad. La transformación digital es tan profunda que se ha considerado como una cuarta revolución industrial (Schwab, 2016). Los avances en las tecnologías de la información han permitido el incremento en las capacidades de cómputo, comunicación masiva de datos instantánea y el desarrollo de la inteligencia artificial. La convergencia de una gran variedad de aplicaciones tecnológicas en la industrial, lo que llamamos la Industria 4.0, permite a las empresas incrementar su productividad al reducir costos y tiempo, colaborar con grandes redes de generación de valor y aumentar la satisfacción de sus clientes. El nivel de adopción de dichas tecnologías varía mucho entre regiones, industrias y tamaño de empresas generando una divergencia significativa y rezagos acelerados por los efectos de la Pandemia del COVID 19.
Por su lado la transformación hacia la sostenibilidad es menos clara y con mayor divergencia aún en los niveles da adopción empresarial. Esta corriente tiene sus orígenes en la ética empresarial de hacer el bien por principios morales, hoy ha logrado un consenso social y político sobre la conveniencia colectiva de no afectar a otros a cuesta de un beneficio personal, hoy y en el futuro. De ahí el surgimiento de movimientos globales para promover el desarrollo sustentable, esto es el equilibrio entre el desarrollo económico, social y medioambiental. El sector empresarial en forma gradual ha reconocido su responsabilidad, y en forma colectiva promueve iniciativas como el ESG (Environmental, Social, Governance), Creando Valor Compartido (CSV), la economía circular, reconocimientos a empresas Socialmente Responsables, y otras más. El Pacto Mundial impulsado por el Foro Económico Mundial liderea un gran esfuerzo colectivo del sector empresarial por lograr el cumplimiento de los Objetivos del Desarrollo Sostenible definidos por las Naciones Unidas en la agenda 2030.
La convergencia de estas dos grandes transformaciones, la digital y la sostenibilidad, constituyen una nueva visión del desarrollo al futuro y se manifiesta en el concepto de Industria 5.0. La I5.0 es una respuesta a las exigencias de la sociedad para vivir en un mundo más incluyente, en equilibrio medioambiental, que pone el bienestar de la humanidad como su centro. Implica una verdadera revolución en la forma de conceptualizar las empresas y la industria. En la Unión Europea desde 2021 han lanzado una plataforma que guía y promueve las mejores prácticas, conocimiento y herramientas para transitar hacía la I5.0, un ejemplo que debe seguirse a nivel mundial.
La adopción generalizada por las empresas de estas transformaciones y el avance hacia la Industria 5.0 difiere significativamente por regiones, cómo consecuencia no solo de las prácticas y principios de los empresarios, si no de las condiciones de política pública y factores de la microeconomía, resultando en una gran divergencia de competitividad territorial. La tarea de los líderes empresariales es decidir que nivel de competitividad quieren en su territorio.
Autor: Dr. Flavio Olivieri
Profesor investigador de Competitividad y Estrategia Empresarial en CETYS Universidad. Doctor en Estudios del Desarrollo Global y cuenta con más de 32 años en la promoción del desarrollo económico regional en Baja California y San Diego, California. N