El gobierno de Venezuela ha confirmado que Óscar Pérez, un exmiembro de la Brigada de Acciones Especiales (BAE) y exjefe de operaciones de la División Aérea del cuerpo policial que se sublevó contra la administración de Nicolás Maduro, murió junto a seis hombres de su grupo “rebelde” en una operación desplegada el lunes en las afueras de Caracas.
El ministro del Interior, el general Néstor Reverol, incluyó a Pérez, de 36 años, en la lista de los “siete terroristas fallecidos”, mostrando sus fotografías, en una comparecencia en la televisión oficial. El funcionario chavista dijo que otros seis presuntos integrantes del grupo están “detenidos siendo procesados en este momento”.
Pérez recobró fama internacional cuando se adjudicó el secuestro de un helicóptero oficial, el cual sobrevoló en junio del año pasado sobre la sede del Ministerio del Interior realizando 15 disparos sobre una fiesta con unos 80 invitados. Nadie resultó herido en esa ocasión.
Tras ese ataque al ministerio, rápidamente surgieron las sospechas que se trató de un “show” sobre todo porque el hecho ocurrió justo después de que Maduro amenazara con tomar las armas para permanecer en el poder. No obstante, el ministerio del Interior venezolano emitió una orden de arresto internacional contra el piloto y lo acusó de mantener vínculos con la CIA estadounidense.
Pérez también tuvo una carrera secundaria como actor y participó en una película de acción venezolana llamada Muerte Suspendida que se estrenó en noviembre de 2015. En su Instagram, varios posts documentaron el rodaje de la película, que lo llevó a ser como llamado el James Bond de Venezuela.
Este lunes, el exagente estuvo horas acorralado con sus hombres en una casa en la carretera a El Junquito, 25 km al noroeste de Caracas. En una docena de videos que difundió en Instagram durante el operativo, el expolicía acusó a las autoridades de querer matarlo pese a que él quería entregarse. El gobierno de Maduro asegura que cuando se negociaba su entrega el grupo rebelde abrió fuego contra las fuerzas del orden. La misma información refiere que dos agentes de la Policía Bolivariana murieron.
“Nos están disparando con lanzagrandas francotiradores, dijimos que nos íbamos a entregar y no quieren dejar que nos entreguemos, nos quieren asesinar”, afirmó temprano Pérez, en uno de los videos donde se le ve con sangre en el rostro. “Moriremos de pie defendiendo a nuestra Tierra, pero nunca de rodillas ante los tiranos”, dijo en uno sus últimos mensajes en las cuentas de Twitter.
El expolicía envío un mensaje a sus tres hijos en el que dice que sus acciones contra el gobierno las hizo por ellos y los niños que padecen los rigores de la crisis del país petrolero, agobiado por la escasez de alimentos y medicinas, y la hiperinflación.
Al presentar su informe anual de gobierno ante la oficialista Asamblea Constituyente, el presidente Nicolás Maduro aseguró, sin precisiones, que el grupo tenía “espeluznantes planes terroristas”: “Nos enteramos de que tenían preparado un carro bomba para explotarlo frente a una embajada de un país querido y prestigioso que tiene su representación aquí”.
En diciembre pasado, Pérez se atribuyó el asalto a una base militar en Laguneta de La Montaña, población del estado Miranda (norte), donde fueron robados 26 fusiles Kalashnikov, tres pistolas y municiones. Maduro acusó entonces a Estados Unidos de estar detrás del ataque y pidió “plomo a los terroristas”.