Monólogo interno; discurso interior; comunicación intrapersonal. Todos estos son términos que describen un fenómeno muy simple que experimenta una gran cantidad de personas, y se refieren a la conversación mental que sostenemos con nosotros mismos.
“Si preguntas qué es la comunicación, casi todos te dirán que es lo que ocurre cuando dos personas hablan cara a cara”, explica el Dr. Leonard Lenny Shedletsky, profesor de comunicación en la Universidad del Sur de Maine. “Ahora bien, cada individuo es una especie de laboratorio ambulante, y todos hemos tenido la experiencia de hablar en silencio con nosotros mismos; aunque a veces lo hagamos en voz alta.
“Siempre desafío a mis alumnos a pasar unos minutos sin pensar en algo, y he comprobado que eso es imposible para el humano promedio. Algunos incluso intentan evitar que crucen palabras por su mente, pero tampoco lo consiguen. A todas luces, este fenómeno es parte de nuestro funcionamiento”, comenta el profesor.
¿QUÉ ES EL MONÓLOGO INTERNO?
El monólogo interno o la “comunicación intrapersonal” es la conversación que una persona sostiene consigo misma, y que está vinculada con su sentido de identidad. La comunicación intrapersonal puede ser exactamente igual a una conversación con otra persona. La diferencia es que se desarrolla en nuestro interior.
Por ejemplo, la solución de un problema —como encontrar un objeto perdido— casi siempre se presenta en la forma de un monólogo interno.
“Hay quienes argüirían que, más que ‘comunicación’, lo que pasa por nuestra cabeza se llama ‘pensamiento’”, prosigue Shedletsky. “Y, por supuesto, difiero. Todos llevamos dentro un ‘entorno’ de comunicación que recibe estímulos del exterior; de lo que vemos, oímos o lo que sea. La diferencia es que no respondemos, necesariamente, a otra persona viva, por así decirlo”.
El experto en comunicación prosigue: “Me parece que todos podemos reconocer este fenómeno interno. Cuando repasamos un evento de comunicación, lo que hacemos es repetirlo mentalmente; pensamos en lo ocurrido y hablamos al respecto con nosotros mismos. Por ejemplo: ‘Ojalá hubiera recordado decirle esto o aquello [a la otra persona]; aunque también ocurre cuando estamos preparándonos para hablar con alguien y ensayamos lo que vamos a decir”.
JUEGOS MENTALES
Por supuesto, no todo lo que nos pasa por la cabeza cuenta como comunicación intrapersonal. A veces, la mente toma nota de una sensación sin que ocurra la comunicación. “Diría que la comunicación se vuelve intrapersonal una vez que la mente encuentra el significado. Digamos que percibo el peso de mi cuerpo en una silla o que siento frío. Hasta aquí, hablamos de sensación. No obstante, cuando pienso ‘por Dios, ¡qué frío!’, es entonces que inicia la comunicación intrapersonal”.
Una de las preguntas más persistentes en la investigación de este fenómeno es: ¿cómo saber cuándo inicia la comunicación intrapersonal? “¿Qué excluyes de todo lo que pasa por tu mente? ¿Cuándo inicia [el monólogo interno]? La respuesta a que he llegado —y sigo creyendo que aplica— es que el inicio lo marca el momento en que evalúas algo o le asignas significado”.
¿CUÁN COMÚN ES ESTE FENÓMENO?
Los científicos todavía no logran llegar a un acuerdo en cuanto a la posibilidad de que todos tengamos un monólogo interior. El Dr. Russell Hurlburt, psicólogo experto en comunicación de la Universidad de Nevada en Las Vegas, ha dedicado su vida a estudiar este tema y aún tiene dudas.
En entrevista con Newsweek, Hurlburt dice: “No sé cuánta gente sea capaz de tener un monólogo interno. Para responder esa pregunta, tendría que hacer un muestreo aleatorio en gran escala, así como estudios transculturales. Pero, hasta ahora, nadie ha emprendido una investigación así y con el nivel de sofisticación necesario.
“Considero que podríamos afirmar que, si el término ‘monólogo interno’ se refiere a una narrativa interior constante, mucha gente podría ‘pensar’ que lo experimenta; cuando, de hecho, son muy pocos los que tienen una experiencia auténtica de ese tipo”, añade.
En vez de ello, lo que sucede a los individuos que carecen de monólogo interno es que están visualizando sus pensamientos. Y eso se denomina “conciencia sensorial”. Hurlburt ha realizado numerosos estudios para esclarecer este asunto. En uno de ellos, evaluó a un grupo de 30 estudiantes universitarios que llevaban un “buscapersonas” adaptado a la oreja. El dispositivo se activaba durante el día de manera aleatoria; y en ese momento, los participantes debían registrar lo que estaban pensando.
Concluido el experimento, Hurlburt se reunió con los voluntarios para hablar de sus registros y tratar de entender la manera de pensar de cada individuo. Sus hallazgos revelaron que el discurso interior solo ocurrió en 26 por ciento de todas las muestras. Con base en estudios como el aquí descrito, Hurlburt calculó que solo una de cada cuatro personas experimenta un monólogo interno real.
¿ACASO ES UN INDICADOR DE INTELIGENCIA?
La comunicación intrapersonal comienza a desarrollarse en diferentes momentos de la vida. Una investigación publicada en 2015, en la revista Psychological Bulletin, determinó que los niños de entre cinco y siete años ya tienen monólogo interno. Sin embargo, según otro estudio presentado en la revista Cognition, hay sujetos que pueden empezar a desarrollarlo entre los 18 y 21 meses de edad.
Así pues, aunque parece que todos poseemos una voz interior, solo unos pocos la utilizan más que otros. Con todo, este fenómeno no se relaciona, necesariamente, con la inteligencia.
Shedletsky señala que, en los 40 años que ha dedicado al estudio de este tema, no ha observado diferencia alguna entre el monólogo interno de un joven y el de una persona mayor. Más aun, afirma que la frecuencia en cada grupo etario parece ser exactamente la misma.
“Los dos [grupos de edad] presentan los mismos patrones; solo que las personas de más edad demoran unos segundos adicionales en experimentar el fenómeno. Eso no debe sorprendernos, pues es bien sabido que la cognición se ralentiza con la edad sin que el individuo pierda la capacidad para resolver problemas. La diferencia es que demora un poquitín más”, explica el profesor.
¿ES UN RASGO POSITIVO O NEGATIVO?
La comunicación intrapersonal puede ocurrir de muchas maneras y, en opinión de Hurlburt, no se trata de una capacidad positiva o negativa. Pese a ello, algunos podrían experimentar un monólogo interno consistente de un discurso deprecativo [negativo]. Y mientras que algunas personas no prestan atención al monólogo interno, otras sí lo hacen.
Hay individuos más propensos a la comunicación intrapersonal positiva, en tanto que otros pueden experimentarla de manera más negativa. Una investigación de la Fundación Nacional para las Ciencias de Estados Unidos calcula que cualquier persona tiene entre 12,000 y 60,000 pensamientos al día.
Sin embargo, alrededor de 80 por ciento de esos pensamientos son negativos, lo cual puede precipitar problemas de salud mental como depresión o ansiedad. En tales casos, la terapia cognitiva conductual podría combatir la ansiedad ayudando al individuo a limitar el diálogo interior negativo que pasa por su mente.
TU MONÓLOGO INTERNO PODRÍA ESTAR CONTROLÁNDOTE
Por otra parte, la comunicación intrapersonal no siempre es consciente. De hecho, es común que el inconsciente intervenga en el discurso interior y, según Shedletsky, “esa es un área muy difícil de abordar”.
La comunicación intrapersonal, junto con nuestro sentido de identidad, pueden influir de manera inconsciente en nuestros juicios cotidianos. Por ejemplo: se hace una convocatoria para un debate y, mientras los participantes toman asiento, el diálogo interno puede haber iniciado inconscientemente en uno de ellos, lo que se traduce en que esa persona podría abrir la boca en cualquier momento y tener lista una respuesta.
En 2015, la revista Judgement and Decision Making publicó un estudio que halló que las personas que poseen una conversación interior son capaces de emitir opiniones sobre el tema en discusión con una aparente falta de reflexión previa. Esto indica que el monólogo interno también ocurre en el nivel subconsciente.
Por otro lado, el estudio en cuestión determinó que las opiniones emitidas casi siempre corresponden a las creencias y perspectivas personales.
“La comunicación ocurre de manera intuitiva. Es algo a lo que respondemos automáticamente, sin detenernos a pensar”, agrega Shedletsky. “Es así como, automáticamente, conoces el significado de lo que estoy diciendo en este momento.
“Considero que [la comunicación intrapersonal] aplica a cualquier situación en la que debemos tomar decisiones”, prosigue Shedletsky. “Por ejemplo, es de lo más desconcertante que en asuntos como la vacuna contra el covid-19 o el cambio climático —pese a que los científicos han presentado evidencias incontrovertibles— todavía haya mucha gente que dice: ‘No lo creo’.
“Pues bien, lo que sucede en tales casos es que esas personas reaccionan, automáticamente, sobre la base intuitiva de sus creencias”, concluye el profesor. N
(Publicado en cooperación con Newsweek. Published in cooperation with Newsweek).