El oso pardo Mark ha vivido 20 años en cautiverio en una pequeña jaula ubicada junto a un elegante restaurante de la capital de Albania. Ahora, ha llegado el momento de que el animal viva en libertad en un santuario de animales austriaco.
Liberado el miércoles 7 de diciembre, pasará el resto de su vida en el santuario de los osos de Arbesbach en Austria, administrado por la asociación Four Paws, que se dedica a ayudar a los animales en situación difícil. “Mark tendrá todos los tratamientos veterinarios necesarios, los cuidados adecuados y una comida adaptada a su especie para que pueda recuperarse rápidamente y disfrutar de una vida digna de un oso”, asegura Sajmir Shehu, coordinador albanés del proyecto de rescate de animales salvajes.
Si bien el rescate de Mark es un hito importante, los osos en Albania todavía están en peligro de ser abusados como mascotas o atracciones turísticas en el futuro sin un cambio en la legislación, dijo la organización. Además, los grandes felinos son comercializados ilegalmente y sufren en malas condiciones de mantenimiento privado en Albania. Four Paws aboga por una prohibición total de la cría privada de osos y grandes felinos. Para ello pide un santuario local apropiado para las especies de animales salvajes confiscados. Entre las peticiones también figuran medidas legales para combatir el creciente comercio ilegal de vida silvestre.
EL OSO MARK ESTÁ DE CAMINO A SU NUEVO HOGAR
Después de que el equipo de Four Paws sedara y liberara a Mark de su jaula, un chequeo médico por parte del veterinario de vida silvestre que lo acompañaba aseguró de que fuera apto para viajar. Ahora Mark está de camino a su nuevo hogar. La ruta que seguirá será desde Albania hasta Austria a través de Macedonia del Norte, Grecia, Bulgaria, Rumania y Hungría.
En su jaula demasiado pequeña, Mark estuvo expuesto al calor y a condiciones climáticas extremas. No tenía lugar para retirarse y estaba constantemente expuesto a las miradas de los visitantes de los restaurantes. Él tampoco ha podido hibernar. El propietario del restaurante entregó a Mark al cuidado de Four Paws voluntariamente y acordó por escrito que ningún oso volverá a sufrir en el restaurante.
“Mark pasó más de 20 años en una jaula estéril que es demasiado pequeña y carece de materiales para mantenerlo ocupado y estimulado. Debido al aburrimiento y el estrés, muestra comportamientos anormales, incluyendo ritmos repetitivos y morder las barras de metal de su jaula. Tiene mucho sobrepeso, los dientes están parcialmente rotos y la forma en que se mueve indica que necesita más examen y tratamiento. Pronto nuestro equipo en Arbesbach proporcionará a Mark los tratamientos veterinarios necesarios, la atención adecuada y los alimentos apropiados para las especies para que pueda recuperarse y disfrutar de una vida digna de un oso”, dijo Four Paws.
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