En enero de 2022, el fotógrafo suizo René Robert murió por indiferencia, así lo describieron medios nacionales e internacionales. A la edad de 84 años, cayó al suelo en una calle céntrica de París, Francia. Pero al no ser auxiliado por ningún transeúnte, falleció por hipotermia.
Un periodista y amigo del fotógrafo, Michel Mompontet, criticó en la cadena BFM TV que Robert fue “asesinado por la indiferencia”. Estuvo nueve horas en el pavimento, ya que no podía levantarse, hasta que una persona de la calle llamó a servicios de emergencia. Sus conocidos lo recuerdan como un gran conocedor del flamenco, además retrató a artistas como Paco de Lucía, Camarón de la Isla, Sara Baras y Eva Yerbabuena.
Pero este caso no es el único que evidencia la crueldad humana. Otro fue el del poeta mexicano Darío Galicia, a quien la escritora Ana Clavel encontró en condiciones lamentables después de una vida llena de letras, éxitos y fortuna. Al final, el autor de Blues para el retrato de un muchacho proletario y traductor considerado cercano al movimiento infrarrealista, terminó deambulando por las calles sin ser reconocido.
De acuerdo con la Real Academia Española (RAE), la palabra “indiferente” se define como aquel que no se inclina a una persona o cosa, también a la falta de interés y participación emotiva. Una carencia de expresión de las emociones. Desde la visión moral, se considera a la indiferencia como un valor opuesto a la empatía. Las personas se hacen inmunes al dolor ajeno y desplazan el básico sentimiento de compasión.
CAUSAS DE LA INDIFERENCIA
“La indiferencia hace que la persona sea incapaz de sentir empatía, esa emoción que nos conecta con los otros, al permitirnos experimentar su dolor como propio. Cuando se manifiesta la indiferencia afectiva, suelen sobrevenir la soledad, la inestabilidad en los planos social y laboral, la imposibilidad de hacer relaciones duraderas y, frecuentemente, la depresión”, refiere la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) en un artículo publicado este jueves 27 de octubre.
Según la máxima casa de estudios, desde el punto de vista psicológico, la indiferencia afectiva se caracteriza por presentarse en tres esferas: volitiva (voluntad), cognoscitiva (inteligencia) y afectiva, que incluye los sentimiento, emociones, ánimo y afectos.
Algunas de las causas que enumera la UNAM son: falta de implicación emocional, necesidad de protegerse para evitar ser heridos, arma de manipulación, necesidad de espacio, autonegación y deseo de causar daño.
Sin embargo, expresar esta actitud en ocasiones puede resultar positivo. Cuando en lugar de operar a partir del miedo, dolor y angustia, se recurre a ella como medida de control y supervivencia ante determinadas situaciones adversas.
“Puede utilizarse para enfriar la mente y, ante una situación de amenaza, permitirse tomar buenas decisiones”, detalla.
¿CÓMO DEJAR DE SER INDIFERENTE?
Algunas recomendaciones que hace la UNAM para dejar de ser indiferente en la sociedad son:
- Tener presente las fechas especiales para los demás.
- Centrar tu tiempo y atención en otras personas de tu interés, entorno y aprecio.
- Respetar el tiempo que compartes con otras personas, sin distracciones, por ejemplo, con el celular.
- Recordar que serás tratado como tú trates a los demás.
No obstante, exhorta a que si una persona experimenta un nivel alto de indiferencia, debe acudir a terapia para tener una mejor calidad de vida.
“La indiferencia o apatía puede tornarse patológica: constituye un síntoma de algunos trastornos de la personalidad”, acota. N