“Yo soy una artista. El artista no tiene color ni sexo”, enunció la actriz Whoopi Goldberg para la película estadounidense El color púrpura (1985). Esta locución formula un cuestionamiento sobre la actual participación de las mujeres en las artes. Particularmente en la industria cinematográfica, donde su intervención delante y detrás de las cámaras sigue por debajo con relación a los hombres. Ante ese panorama nació Anónima Media, una productora cuya misión es producir historias creadas y protagonizadas por mujeres de España y América Latina.
En México, el sector femenino ha estado subrepresentado en el cine y televisión, incluso cuando las industrias culturales se sostienen por mujeres que trabajan en el anonimato. De acuerdo con el Anuario Estadístico 2021 del Instituto Mexicano de Cinematografía, de los 259 largometrajes producidos en el país, apenas 25 por ciento fueron dirigidos por mujeres. Además, la representación en pantallas continúa construyendo y reproduciendo estereotipos de género que sostienen la brecha de desigualdad.
El nombre de la casa productora deriva de las mujeres que intentan representar su imagen, pero quedan ensombrecidas por aquellos a quienes acostumbramos a ver y escuchar. Unánimes y con la necesidad de crear un espacio seguro para hacer eco de sus voces, Natasha Ybrarra-Klor, Eréndira Ibarra y Bárbara Arredondo fundaron Anónima Media para lanzar distintos proyectos en cine, televisión y audio en formato de podcast.
“Cansadas de no vernos representadas como población de mujeres indígenas, comunidad LGBT+, trabajadoras del hogar y jefas de familia, nos cuestionamos qué historias no estamos contando al mundo y que verdaderamente vivimos”, comparte con Newsweek en Español, Bárbara Arredondo, activista mexicana, emprendedora y cofundadora de Lidh, primera plataforma de servicios y educación financiera con perspectiva de género.
“BRUJAS” Y MARE ADVERTENCIA
Cambiar de la indignación a la acción llevó tiempo. Hace cuatro años, Eréndira Ibarra, productora y actriz mexicoestadounidense de cintas de alto nivel como Sense8 y Matrix: Resurrections, conoció a Bárbara luego de invitarla a Decididas, una plataforma para empoderar a mujeres. Pero el camino para Anónima se inició en 2021, tras coincidir con la novela Brujas, de la escritora veracruzana Brenda Lozano.
“Ambas conectaron con el libro y me pidieron que lo adaptara. En el proceso de búsqueda de cómo narrar la historia, tuvimos el sueño de reivindicar a las anónimas”, comenta Natasha Ybarra-Klor, productora y escritora de series como Las Aparicio, Infames, Ingobernable y Rebelde.
Aunque todavía no cuentan con alguna plataforma para proyectar la serie, uno de los primeros proyectos para 2023 será la adaptación de Brujas, producción contada en español y mixteco por Ángeles Cruz. Otra de las historias que verá nacer el público en Anónima Media será sobre Mare Advertencia Lirika, una joven zapoteca aspirante a rapera en la periferia oaxaqueña.
“También tenemos un guion cinematográfico en etapas avanzadas para una historia de Yolanda Cruz, documentalista, directora y productora mexicana, quien en 2018 fue reconocida con el Premio CDI a la Mejor Película o Video Indígena del Festival Internacional de Cine de Morelia (FICM)”, agrega Natasha Ybarra-Klor.
Pero ahí no termina su lista de colaboraciones. Tienen acuerdos exclusivos con la actriz y guionista argentina, Marina Glezer; la escritora y directora Michelle Garza Cervera, Elena Gallén. Así como con la productora boliviana, Gabriela Maire, y conversaciones iniciales con las activistas Eufrosina Cruz y Marcelina Bautista.
“A lo largo de este año hemos tenido diálogos con mujeres de Colombia, Brasil, Argentina, España, Chile y esperamos próximamente Venezuela”, señala Eréndira.
ALIANZA ESTRATÉGICA CON PODER PRIETO
La iniciativa mexicana Poder Prieto es promovida por actores, actrices, miembros de la industria audiovisual, organizaciones civiles y académicos. Su misión es visibilizar la discriminación que atraviesan los seres humanos por su origen y tono de piel morena o negra. La intención es frenar el racismo originado por un sentimiento irracional de superioridad de una persona sobre otra.
“Tenemos una relación cercana con Maya Zapata, Christel Klitbo, Aketzaly Verástegui y otras personas de Poder Prieto, porque buscamos observarnos desde diferentes ejes al momento de hacer un casting y abordar un proyecto, para saber qué mirada nos está faltando. Si bien el sistema se sostiene a raíz de la opresión de género, también existe la de raza y clase”, resalta Eréndira Ibarra, quien también actuó en la serie televisiva Capadocia.
Aun cuando resaltan la construcción de identidades y realidades sociales establecidas por mujeres, el feminismo excluyente no es opción para las tres fundadoras. Dentro del equipo también involucran a hombres a fin de lograr una “sanación colectiva del sistema patriarcal”. Sin embargo, las cabezas de departamento son lideradas por ellas.
“No somos separatistas, esta idea de que solo nosotras vamos a sacar el trabajo adelante, pero en los puestos clave como dirección, producción y jefatura de escritura son guiados por mujeres”, coinciden.
Esta ruptura de paradigmas, en donde la mujer desarrolla el mismo hilo conductor unidimensional acostumbrada a interpretar y escribir de amor romántico, rindió frutos en la vida de Erendira, Natasha y Bárbara. Cada una, con su propia experiencia y deconstrucción, pasó de melodramas a relatos de acción, mayor autonomía y a un empoderamiento, tanto a nivel individual como colectivo.
Al final, “el cine es un espejo pintado”, como expresó el cineasta italiano Ettore Scola, y por ello la importancia de no ser personificadas por hombres, sino tener la libertad de contar quiénes son desde sus diversas realidades, gracias al trabajo de fotógrafas, actrices, directoras, guionistas y profesionistas de la industria audiovisual.
“Soy más que un objeto bonito que viene a decorar el set, soy una actriz seria, preparada y tengo la capacidad de hacer lo que quiera. Si es agarrar una metralleta, llorar o manejar un camión”, concluye la actriz Eréndira Ibarra. N