Unicef advirtió que alrededor de 52 millones de niñas y mujeres vivas han sufrido mutilación genital a manos de un personal de salud. “Esto indica un crecimiento en la medicalización de la práctica”, alertó la agencia de la ONU este fin de semana.
La mutilación genital femenina (MGF) es una práctica que implica la lesión de los genitales femeninos por motivos no médicos. Esta acción a nivel internacional es reconocida como una violación grave de los derechos humanos.
Millones de niñas corren un mayor riesgo de mutilación genital femenina como resultado de la pandemia de covid-19, informó Unicef durante la conmemoración del Día Internacional de Tolerancia Cero con la Mutilación Genital Femenina.
“El cierre de las escuelas, los confinamientos y la interrupción de los servicios que protegen a las niñas de esta práctica dañina significan que otros 2 millones de casos pueden ocurrir en la próxima década”.
“Estamos perdiendo terreno en la lucha para poner fin a la mutilación genital femenina. Habrá graves consecuencias para millones de niñas donde la práctica es más frecuente”, dijo Nankali Maksud, Asesora Principal de Prevención de Prácticas Nocivas de Unicef.
A propósito del Día Internacional de Tolerancia Cero con la Mutilación Genital Femenina, Unicef alertó que las niñas sometidas a mutilación genital femenina corren un mayor riesgo de contraer matrimonio infantil. Con esto ocurre el abandono escolar que amenaza su capacidad de construir un futuro mejor para ellas.
DATOS DE LA MGF
Al menos 200 millones de niñas y mujeres vivas hoy en día han sufrido mutilación genital femenina. De los 31 países con datos disponibles sobre la mutilación genital femenina, 15 países padecen conflictos y aumento de la pobreza y la desigualdad. Estos elementos crean una crisis dentro de una crisis para las niñas más vulnerables y marginadas del mundo.
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En algunos países, la mutilación genital femenina sigue siendo casi universal, con alrededor del 90 por ciento de las niñas en Djibouti, Guinea, Malí y Somalia afectadas.
En aproximadamente la mitad de los países, la mutilación genital femenina se realiza cada vez más a edades más tempranas. Lo anterior reduce la ventana de oportunidad de intervención. Por ejemplo, en Kenia, la edad promedio para someterse a la práctica ha disminuido de los 12 a los 9 años en las últimas tres décadas.
En las últimas dos décadas, la proporción de niñas y mujeres en países de alta prevalencia que se oponen a la práctica se ha duplicado.
En 2012, la Asamblea General de las Naciones Unidas designó el 6 de febrero como el Día Internacional de Tolerancia Cero para la Mutilación Genital Femenina. El objetivo es ampliar y dirigir los esfuerzos para la eliminación de esta práctica. N